Referendo en Sudán del Sur es sólo el comienzo

La situación en Sudán luego del referendo de autodeterminación del sur, que comenzará este domingo 9, seguirá siendo muy frágil, alertaron funcionarios de gobierno y expertos independientes de Estados Unidos.

Materiales para la votación son descargados de un helicóptero de la Organización de las Naciones Unidas en Tali Payam, distrito inaccesible por tierra de Sudán del Sur. Crédito: UN Photo/Tim McKulka
Materiales para la votación son descargados de un helicóptero de la Organización de las Naciones Unidas en Tali Payam, distrito inaccesible por tierra de Sudán del Sur. Crédito: UN Photo/Tim McKulka
Se necesitará una continua atención de la comunidad internacional para asegurar que se respete el resultado de la consulta popular –que casi seguramente apoyará la secesión de Sudán del Sur— y para que se cumplan todas las provisiones el Completo Acuerdo de Paz alcanzado en 2005 entre Jartum y el Ejército/Movimiento para la Liberación del Pueblo de Sudán.

"El plan es permanecer absolutamente involucrados", dijo Gayle Smith, especialista en Sudán para el Consejo de Seguridad Nacional del presidente estadounidense Barack Obama, al hablar ante una audiencia en la Institución Brookings.

Analistas también temen que los resultados del referendo, que se extenderá en principio hasta el 15 de este mes, renueven tensiones y violencia en otras regiones como Darfur, Kordofan del Sur, y las zonas de Alto Nilo, lo que podría también amenazar la integridad del norte.

"La situación en el norte es muy frágil y debe ser administrada cuidadosamente", según Hide Johnson, ex ministro de Desarrollo noruego que desempeñó un papel clave en la negociación del Completo Acuerdo de Paz y publicó un libro con sus experiencias titulado "Waging Peace in Sudan" ("Librando la paz en Sudán").
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"Si no se maneja bien la situación, el riesgo no es sólo de tener un estado fallido, sino también fragmentado", opinó Johnson, hoy subdirector ejecutivo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.

La realización de la consulta popular, cuando hace apenas un mes estaba en duda, es de inmenso alivio para la administración de Obama, que intensificó sus esfuerzos diplomáticos a fines de agosto.

Hay mucho en riesgo. Si los resultados de la votación son rechazados por Jartum, la guerra civil que llegó a su fin por el Completo Acuerdo de Paz podría resurgir. Alrededor de dos millones de personas, la vasta mayoría del sur, habrían muerto en ese conflicto.

En los últimos años, el gobierno semiautónomo del sur invirtió alrededor de 40 por ciento de su presupuesto comprando armamento y capacitando a sus fuerzas, mientras que, en un abierto desafío a los términos acuerdo, Jartum no desarmó a las milicias tribales, históricamente aliadas del norte.

Sin embargo, funcionarios y observadores están entusiasmados por los últimos avances, particularmente el tranquilo proceso de registro de votantes.

Y fueron gratamente sorprendidos cuando, el martes, el propio presidente de Sudán, Omar Hassan Al Bashir, viajó a Juba, la capital del sur, y pareció aceptar la inevitabilidad de la secesión.

"Seré feliz si tenemos paz en Sudán entre ambas partes", señaló Bashir, acusado por la Corte Penal Internacional de genocidio por la brutal campaña contrainsurgente que lanzó en Darfur en 2003.

"Aun antes de que nazca el estado del sur, estamos dispuestos en el gobierno de Jartum a ofrecer cualquier tipo de apoyo técnico o logístico para entrenar o aconsejar. Estamos dispuestos a ayudar", añadió.

No obstante, la desconfianza hacia Bashir y su gobierno sigue siendo alta en Washington, a la luz de su fracaso hasta la fecha para alcanzar un acuerdo con el gobierno del sur, encabezado por el vicepresidente Salva Kirr Mayardit, sobre varias de las provisiones del Completo Acuerdo de Paz.

Estas incluyen, entre otras cosas, el control de la región de Abyei, rica en petróleo, en la frontera entre el norte y el sur.

Teóricamente, el destino de ese territorio sería decidido en un segundo referendo realizado en forma paralela al que comienza este domingo, pero fue demorado por una comisión el mes pasado debido a desacuerdos sobre si podrían votar miembros de un grupo nómada con estrechos vínculos con Jartum.

Estados Unidos y sus dos socios en la troika que ayudó a negociar el Completo Acuerdo de Paz, Gran Bretaña y Noruega, presionaron duro a ambas partes para que llegaran a un convenio sobre el referendo de Abyei este domingo, pero parece imposible alcanzar ese plazo, según funcionarios estadounidenses.

El hecho de que el referendo sobre Abyei no se haya realizado en tiempo es de "significativa preocupación", reconoció Johnson el martes.

Ambas partes tampoco lograron un pacto sobre cómo compartir las ganancias del petróleo si, como es lo más probable, el sur obtiene la independencia. El convenio vigente hasta hoy, bajo el cual las ganancias de petróleo de los campos sureños se dividen por mitades iguales con Jartum, expirará en julio próximo.

Las ventas de petróleo sudanesas, que se multiplicaron por seis en la última década, hoy representan 90 por ciento de los ingresos por exportaciones del país y financian casi todo el presupuesto de Sudán del Sur, excluyendo la ayuda exterior, y cerca de dos tercios del presupuesto de Jartum.

Pero alrededor de 80 por ciento de la producción total de Sudán procede de campos del sur.

Pese a los planes de Juba de buscar rutas alternativas para exportar el petróleo, seguirá dependiendo de Jartum para contar con puertos. Esto le da al norte una importante ventaja en las negociaciones sobre la futura forma de compartir las ganancias, opinó Rich Williamson, enviado especial a Sudán de la administración de George W. Bush (2001-2009).

"Ambas partes serán ambiciosas", dijo el martes, y añadió que Estados Unidos y otros actores internacionales mantendrán la presión para que se llegue a un acuerdo sobre el petróleo y otros temas importantes en los seis meses entre el referendo y el nacimiento formal del nuevo estado.

"Quiero elogiar… el nivel de involucramiento de la administración y del propio presidente Obama en los últimos meses", destacó Williamson, quien en el pasado había acusado en duros términos a Washington de ser demasiado solícito a las exigencias de Al Bashir.

"Sin embargo, creo que se pondrá más difícil" en el futuro, alertó.

* El blog de Jim Lobe sobre política exterior se puede leer en http://www.lobelog.com.

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