El apoyo a un proyecto de ley sobre salud reproductiva crece a pasos agigantados en Filipinas, pese a que no hay certeza sobre su aprobación y financiamiento y a que los obispos católicos amenazan con la excomunión a quienes lo promueven.
Esto último ocurre en los furiosos debates sobre el uso de métodos anticonceptivos, como la píldora, el dispositivo intrauterino (DIU) y los condones.
Ochenta y cinco por ciento de los 92 millones de habitantes de este país del sudeste asiático son católicos.
En respuesta a la vehemente oposición de la Iglesia Católica al proyecto, conocido como RH (siglas en inglés de "salud reproductiva"), los activistas organizaron la primera "Fiesta de la Excomunión" al cierre de 2010.
El encuentro se realizó bajo el eslogan: "Si apoyar el proyecto RH significa excomunión, ¡excomúlguenme!". Fue coordinado por la organización secular Filipino Freethinkers (Librepensadores filipinos) y publicitado como una noche de "cena, entretenimiento y disenso".
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En el parlamento hay pendientes seis proyectos de salud reproductiva. Todos permiten el uso de métodos artificiales de planificación familiar, mientras que la Iglesia solamente permite el método natural, es decir la abstinencia.
Se estima que cada día nacen 4.000 bebés en el país.
La Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas amenazó con excomulgar a los políticos que apoyen el proyecto RH, que dispone el acceso universal a métodos e información sobre control de la natalidad y cuidados maternos.
Las organizaciones católicas sostienen que algunos contraceptivos artificiales inducen abortos y que el proyecto en cuestión promueve una "cultura de muerte e inmoralidad" al alentar el aborto y la promiscuidad entre los jóvenes.
En un reciente incidente en la catedral de Manila, integrantes de Pro-Life Philippines (Pro-Vida Filipinas), liderados por su presidente Eric Manalang, prohibieron a un grupo de estudiantes, madres pobres y profesionales asistir a un servicio religioso que se referiría al proyecto de ley.
Manalang es uno de los más notorios opositores a ese texto.
"¡Satán, aléjate de nosotros! Deberías haberle pedido a tu madre que te abortara", fueron algunas de las declaraciones proferidas por los miembros de Pro-Life en un vídeo filmado por los Filipino Freethinkers que se exhibió esa noche.
"Manalang llamó Satán incluso a los católicos que estaban con nosotros", dijo Red Tani, presidente de los Filipino Freethinkers, en un comunicado.
Llamó "oxímoron" a cada católico, "como si fuera una contradicción estar a favor del proyecto RH y ser católico. Si la jerarquía eclesiástica piensa que apoyar el proyecto significa herejía, entonces, sin dudarlo, ¡excomúlguennos!", dijo Tani.
En la fiesta de la excomunión, que se señala como la primera de este tipo, hubo música en vivo, juegos para adultos, mensajes de solidaridad de personalidades que están a favor de la ley, poesía improvisada y actuaciones teatrales sobre temas vinculados a la salud reproductiva y el aborto.
Los participantes también firmaron un simbólico "documento de excomunión", una copia del cual se enviaría al gobierno distrital de cada uno, así como a la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas, a fin de mostrar su apoyo a la causa.
"Es maravilloso que la libertad de expresión signifique algo: que la gente finalmente esté manifestando sus ideas y expresando lo que siente de una manera muy creativa", dijo a IPS el artista y activista Carlos Celdrán.
En septiembre, Celdrán fue encarcelado por "ofender los sentimientos de los fieles" tras protestar contra la oposición de la Iglesia Católica al proyecto RH durante un servicio ecuménico en la catedral de Manila.
Sobre el acoso a estudiantes en la catedral, Celdrán dijo: "Lo que sea que se haya hecho se hizo de un modo muy pacífico. Fue una epítome absoluta de la libertad de expresión".
Una cartelera ubicada cerca de la entrada del recinto se convirtió en un muro para grafitis. "Guárdese su dogmatismo", escribió una persona dirigiéndose a la Iglesia Católica. "¡Fuera de mi vagina! ¡Mi vagina, mis reglas!", escribió otra.
En su mensaje de Navidad, el presidente de la Conferencia de Obispos, Nereo Odchimar, equiparó el proyecto RH al terrorismo y señaló en un comunicado que, con su aprobación, "el útero de una mujer puede ser una feroz amenaza para quienes todavía no nacieron".
Sylvia Estrada-Claudio, profesora y directora del Centro para los Estudios de la Mujer en la Universidad de Filipinas, dijo a IPS que la alta concurrencia fue emblemática de la reacción del público ante el juego equivocado de la Iglesia con la "carta de la excomunión".
Las últimas encuestas de la consultora Social Weather Stations (SWS) muestran que 71 por ciento de los filipinos están a favor de la aprobación del proyecto de ley, mientras que 76 por ciento quieren que se eduque sobre planificación familiar en las escuelas públicas.
Elizabeth Angsioco, presidenta nacional de Mujeres Social Demócratas de Filipinas, dijo en un comunicado que mientras se debate el proyecto se han perdido vidas.
"Creemos que la aprobación del proyecto es urgente. Se necesita desde hace mucho tiempo. Las mujeres pobres continúan muriendo por complicaciones de embarazo y parto que se pueden prevenir. Esto debe terminar", opinó.
Por lo menos 11 mujeres mueren cada día por complicaciones vinculadas al parto, según el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem).