A pesar de que las autoridades de China se manifiestan satisfechas con su ofensiva para erradicar la prostitución, el comercio sexual continúa en franco crecimiento sin que las mujeres puedan acceder a servicios de salud ni evitar caer en las redes del crimen organizado.
El Ministerio de Seguridad Pública lanzó la campaña "Golpe duro" en junio, tras exitosas redadas en clubes de Beijing y otras ciudades.
En esas ocasiones se detuvo a 557 mujeres y se suspendió la actividad de cuatro clubes durante seis meses. Se trata de la sanción más severa impuesta en China por operar un servicio de acompañantes sexuales, informó el Ministerio.
En mayo, la policía de Dongguan, conocida por ser un área donde abunda el trabajo sexual, investigó a 30 centros de esparcimiento y detuvo a unos 1.100 sospechosos. El 8 de julio, las autoridades de Chengdu, capital de la sureña provincia de Sichuan, investigaron a 97 clubes y detuvieron a 279 sospechosos.
La campaña nacional tomó por objetivo a 26 ciudades a lo largo de seis meses. En una sola noche de julio, 10 equipos de control arrestaron a 370 sospechosos en ocho ciudades de seis provincias, entre ellas Jilin (nororiente), Shanghai (oriente) y Hainan (sur).
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El Ministerio dijo en octubre que los casos penales que involucran trabajos sexuales se redujeron 18,4 por ciento anual. Y el Beijing Morning Post informó en noviembre que en los seis meses anteriores 30 por ciento de las trabajadoras sexuales habían abandonado la prostitución para pasarse a otras industrias.
Pero los expertos sostienen que, aunque mayor en escala y más efectiva que las anteriores, la campaña aborda apenas superficialmente la vasta prostitución informal que opera en el país.
Sostienen que el gobierno necesita combinar redadas contra casas de baños y clubes con karaoke —conocidos en China por ser semilleros de prostitución— con una mejor educación y capacitación laboral para las mujeres pobres que trabajan en la industria.
Algunos incluso sugieren que el gobierno legalice los distritos prostibularios en un intento por controlar una industria que emplea a millones de mujeres jóvenes.
"La prostitución tiene un mercado enorme en China", dijo Sun Wenguang, profesor del Instituto de Administración de Empresas de la Universidad de Shandong que investiga el trabajo sexual en este país asiático.
Sun dijo que la prostitución en China tiene sus raíces en dos factores principales: la pobreza y la demanda. La vasta mayoría de las trabajadoras son jóvenes de las áreas rurales, con escasa educación y a quienes les resulta difícil hallar trabajos decentes.
La demanda principal es de trabajadoras migrantes, que pasan meses y años separadas de sus familias, trabajando extensas jornadas en pésimas condiciones.
Según Sun, el gobierno lanza campañas casi todos los años, pero éstas son apenas "acciones cosméticas" para demostrar que se está ocupando del tema. Las redadas "no abordan los problemas prácticos. El gobierno no conoce las causas básicas de este problema. Nunca (prevé) lo que pueden hacer estas prostitutas para ganarse la vida luego de abandonar o perder sus trabajos", agregó.
Aunque hay algunas organizaciones no gubernamentales que trabajan con meretrices, reciben poco apoyo financiero y político, dijo Sun.
Qiao Xinsheng, director del Centro para las Investigaciones sobre Desarrollo Social en la Universidad de Zhongnan, señaló que gobiernos locales corruptos, profundamente vinculados al delito organizado, actúan a veces como "escudos" para la industria de la prostitución.
"Los funcionarios se aprovechan de sus potestades para obtener réditos personales", dijo a IPS.
El Ministerio de Seguridad Pública afirmó en un documento difundido en diciembre que las redadas más recientes también tomaron por blanco a quienes protegen al comercio sexual, entre ellos funcionarios de gobiernos locales.
Según Qiao, la única manera de manejar efectivamente el trabajo sexual en China es legalizar y controlar los distritos donde se ejerce el meretricio.
La mayoría de las autoridades locales ya se han dado cuenta de que esta actividad es tan dominante que muchos ya han cambiado su objetivo a intentar contener la propagación de enfermedades de transmisión sexual en vez de buscar erradicar la prostitución.
Muchos expertos coinciden en que la legalización es la mejor solución, aunque pocos creen que el gobierno siga este camino.
"Siempre habrá demanda de sexo extramarital", dijo Sun a IPS.
"Para minimizar la aparición de enfermedades de transmisión sexual y delitos vinculados al sexo, pienso que es mejor idea legalizar la prostitución", opinó.
En una entrevista con Global People Magazine, Li Yinhe, socióloga y feminista, dijo que las ofensivas tradicionales hacen que las mujeres practiquen el meretricio de un modo aún más informal, a menudo operando bajo control del las redes del crimen organizado.
Según ella, el gobierno debería abrir "escuelas de mujeres", donde las trabajadoras sexuales pudieran aprender distintas habilidades mientras se legaliza su actividad.
"Deberíamos cambiar nuestras actitudes. No podemos simplemente tomar medidas enérgicas contra ellas. Deberíamos ayudarlas", dijo Li a la revista.