El Banco Mundial retornó al negocio de las grandes represas con el mayor proyecto hidroeléctrico de la historia de Laos y no deja de recibir críticas por sus efectos ambientales y sociales.
En vísperas de una ceremonia este jueves para celebrar la creación de la central Nam Theun Dos (NT2) en este país de Asia sudoriental sin salida al mar, una coalición de activistas presentó una carta de protesta al presidente del organismo multilateral, Robert Zoellick.
"Más de 6.200 personas de minorías étnicas reubicadas por el proyecto están todavía luchando para obtener un sustento tres años después de haber perdido acceso a sus recursos naturales, como campos de arroz, campos para tala y quema, bosques y tierras de pastoreo", indica la misiva, firmada por 34 individuos y grupos de la sociedad civil de 18 países.
Los activistas también llamaron la atención sobre las dificultades de más de 110.000 personas que viven en 71 aldeas sobre el río y 101 del interior del país que afrontan peligros por los cambios del ecosistema. "El impacto en las áreas río abajo incluye inundaciones, disminución de la pesca, erosión de la ribera, inundación de los jardines en la orilla, cambios en ecosistemas a lo largo del río y mala calidad del agua", añade la carta.
Los activistas decidieron enviar la misiva a Zoellick también al presidente del Banco Asiático de Desarrollo, Haruhiko Kurodaluego de que el Banco Mundial proveyera una garantía a la empresa encargada del proyecto hidroeléctrico, la Nam Theun Two Power Co., de accionistas franceses, tailandeses y laosianos.
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La decisión del Banco de apoyar este proyecto privado por 1.500 millones de dólares en Laos, uno de los países más pobres de Asia sudoriental, marcó su regreso a la industria de las grandes represas después de una larga ausencia.
El organismo se había alejado de este tipo de proyectos luego de las duras críticas que recibió en un informe de 2000 de la Comisión Mundial de Represas, señalando que su apoyo a la construcción de diques en el Sur en desarrollo había dejado una estela de daños ambientales y sociales.
El Banco presentó a la NT2 como un modelo de su nuevo enfoque: apoyar iniciativas hidroeléctricas sostenibles.
"Nam Theun Dos es un ejemplo de cómo la hidroenergía puede apoyar el desarrollo en forma económica, ambiental y socialmente sostenible", afirmó la gerenta del Banco para Laos, Keiko Miwa.
"Nuestra participación en la infraestructura hidroeléctrica e hidráulica es una parte integral del enfoque del Banco Mundial sobre el desarrollo en un mundo con 1.500 millones de personas que carecen acceso a la electricidad y en el que se siente cada vez más el cambio climático", añadió.
El Banco asegura que el proyecto impulsará la economía de Laos, un tercio de cuyos 5,8 millones de habitantes viven por debajo de la línea de pobreza. Desde que se instalaron las turbinas de la NT2 en marzo pasado, el gobierno laosiano ganó 5,6 millones de dólares en ventas de electricidad a Tailandia, dijo Miwa a IPS vía correo electrónico.
Las ganancias del gobierno para el año próximo se estiman en 10 millones de dólares, añadió. "Alcanzarán un promedio de 80 millones de dólares anuales durante el periodo de concesión de 25 años".
Las divisas obtenidas por el NT2, una represa de 39 metros de alto y con una producción de 1.000 megavatios, serán destinadas a educación, salud y proyectos de infraestructura rural.
Dos millones de dólares ya han sido volcados a educación en distritos pobres, 1,7 millones a la construcción de carreteras en áreas rurales y un millón a proyectos de salud pública, reveló el Banco.
La venta de electricidad a Tailandia es parte de los esfuerzos de Laos para salir de la pobreza y convertirse en "la batería de Asia sudoriental".
Aprovechando su terreno montañoso y su gran arteria de ríos, este país tiene planes de construir 12 centrales más para exportar energía a sus vecinos, incluyendo Vietnam.
Este escenario enfrenta al Banco Mundial con la sociedad civil, aun cuando la mayoría de los proyectos son apoyados en realidad por inversores privados de Tailandia, China y Vietnam.
El Banco espera que las demás represas sigan el modelo de "hidroenergía sostenible" ofrecido por la NT2. "El gobierno de Laos debe aplicar las lecciones aprendidas por la NT2 en otros proyectos hidroeléctricos", dijo Miwa.
Pero activistas alertan que esto podría desencadenar una ola de construcción de represas por parte de inversores privados poco preocupados por los impactos sociales y ambientales.
Tres centrales apoyadas por el sector privado en Laos están siendo construidas sin que los responsables publiquen su evaluación de impacto ambiental, señaló Ikuko Matsumoto, director de programas para Laos de International Rivers, organización ambientalista internacional con sede en Estados Unidos.
"Estos constructores están ignorando el modelo sostenible que el Banco Mundial dice promover con la NT2", afirmó.