La clase de la maestra Beatrice Namuzibira, de 90 alumnos, no es grande si se la compara con la de otras escuelas de Uganda. Es que la instauración de la educación primaria universal ha sobrepasado la capacidad de los salones escolares.
Namuzibira reconoce que sus primeros días como maestra fueron sumamente estresantes, entre enseñar, corregir cuadernos y preparar la lección del siguiente día. "Al salir de la sala de clases, yo empezaba enseguida a revisar cuadernos en mi casa y a preparar los nuevos contenidos. No tenía tiempo para mi familia", contó.
Bajo presión, Namuzibira pronto abandonó la elaboración de nuevas lecciones para sus alumnos, un aspecto vital en su trabajo. Con los años, ella llegó a depender de la simple repetición de las mismas enseñanzas una y otra vez.
Pero su trabajo —y su vida de hogar— han recibido un nuevo estímulo, gracias a unos innovadores módulos en línea ofrecidos a maestros por el Teacher Education for Sub-Saharan Africa project (Tessa, por sus siglas en inglés), una red creada para apoyar la enseñanza efectiva de cada materia.
Según Richard Mutiibwa, director de la Escuela Masajja Kibira Parents, ubicada en las afueras de Kampala, los módulos han hecho divertida la enseñanza nuevamente.
Con los módulos, enseñar es como un juego, describió a IPS.
Los alumnos son orientados, por ejemplo, a aprender resolviendo puzzles. "En uno de los módulos, piezas marcadas con números por un lado tienen diferentes letras por el reverso. Cuando los estudiantes ponen juntos los números, se dan cuenta que además han formado una palabra, como olla", dijo Mutiibwa.
Doris Kaije, profesora de la Kyambogo University y coordinadora de Tessa en Uganda, dice que Namuzibira lo estaba haciendo mal.
"Un profesor tiene que ser dinámico porque el mundo está cambiando. No puedes repetir los mismos ejemplos que usaste el año pasado. Simplemente no funcionan porque sonarás añejo", sostuvo.
Según Kaije, una clase ideal debería tener 40 estudiantes o menos, pero ahora las salas están desbordadas, y la creatividad de los docentes sobrecargados, sofocada.
Namuzibira aún debe sobrellevar el estrés de una clase numerosa, pero los módulos TESSA salvan su valioso tiempo y le permiten llegar a trabajar cada día con un plan creativo y ejemplos nuevos para usar.
Cada lección Tessa es el fruto de un esfuerzo conjunto de diferentes profesores miembros de la red.
Los módulos ayudan a superar la falta de libros y otros materiales didácticos del lugar donde trabaja Namuzibira: la Buyala Church of Uganda Primary School.
"Mi escuela nunca compraría tantos libros, pero a través de Internet tú puedes obtener varios módulos fáciles de leer y luego decides cuál usar ", explicó.
El proyecto que Kaije está coordinando crea módulos disponibles gratuitamente a través de Internet. Ella imprime algunos para distribuir a profesores y escuelas participantes porque muchos aún no tienen acceso a una computadora o Internet.
La iniciativa Tessa fue iniciada por la Open University en Reino Unido y es apoyada por la Commonwealth of Learning, una organización intergubernamental.
Se trata de ayudar a profesores en varios países africanos a compartir módulos de aprendizaje y experiencias en línea.
Kaije está convencida que el proyecto está cambiando el trabajo de la enseñanza para mejor.
"Nosotros empezamos con cinco colegios y a través de ellos el proyecto se ha sido expandido a otras escuelas, donde a los profesores se les da el material de enseñanza impreso, aunque éstos pueden obtenerlos fácilmente en línea si tienen acceso a una computadora", recordó.
Ella dice que el proyecto ha tenido buena aceptación de parte de los docentes, pero que los limitados recursos no permiten llegar a todos quienes desean participar: "si las escuelas pudieran tener computadoras y conexión a Internet se nos haría la vida más fácil".
La Open University entrega a Kaije 20.000 dólares cada año para imprimir materiales y organizar talleres de trabajo con profesores, pero a ella le gustaría hacer mucho más.
Al consultor de educación, Fagil Monday, le preocupa que los módulos puedan matar la creatividad de los propios maestros si ellos son capaces de conseguir todo lo que quieren en una fuente virtual. Pero Doris Kaije dice que este temor es infundado.
A su juicio, los módulos en línea no son rígidos y los profesores son libres para añadir sus propias pensamientos e ideas, lo cual significa que su propia creatividad puede además ser compartida con otros.
"Ahora estamos trabajando en tener un editor que asegure el control de calidad de los contenidos que llegan al sitio", indicó.
Los módulos Tessa están respondiendo a los desafíos enfrentados por muchos maestros en África subsahariana.
Para profesores como Beatrice Namuzibira, hasta ahora superada por sus numerosos alumnos y sola en una sala de clases rural, Tessa significa conectarse con recursos y una comunidad de apoyo de colegas de todo el continente.