Tratamientos contra el cáncer inaccesibles para ugandesas

Josephine Adongo se ilusionó cuando dos médicos de Kampala ofrecieron exámenes gratis en ésta, su ciudad. Se le había diagnosticado cáncer de cuello uterino hacía más de un año, pero no podía viajar a la capital para recibir tratamiento.

Examen de cáncer de cuello uterino. Crédito: Rosebell Kagumire/IPS
Examen de cáncer de cuello uterino. Crédito: Rosebell Kagumire/IPS
Adongo, una campesina de 68 años que perdió todo durante el largo conflicto entre el gobierno de Uganda y el insurgente Ejército de Resistencia del Señor, vive a unos 300 kilómetros del centro de tratamiento más cercano.

Pero sus ilusiones se desmoronaron cuando los médicos solamente hicieron chequeos y derivaron los casos más peligrosos a Kampala.

Esos estudios, un servicio poco habitual para mujeres pobres en este país, fueron auspiciados por el programa de Intercambio Internacional Cultural de Mujeres de ISIS, organización dedicada a temas de salud reproductiva y a mujeres en zonas post-conflicto.

El programa fue lanzado como parte del décimo aniversario de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, que entre otras cosas busca asegurar la protección de mujeres, niños y niñas en áreas que fueron escenario de enfrentamientos bélicos.
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El cáncer de cuello uterino es el segundo tipo de cáncer más común entre las mujeres de todo el mundo, causado principalmente por el virus de papiloma humano (VPH), y en Uganda se ubica en el primer lugar.

Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de septiembre, titulado "Virus del papiloma humano y tipos de cáncer relacionados en Uganda", cada año se diagnostica la enfermedad en este país a 3.577 mujeres, y 2.464 mueren a causa de ella.

Las mujeres como Adongo, en zonas alejadas, corren más riesgos.

El número de enfermas podría incluso ser más alto debido al bajo nivel de chequeos y la limitada información sobre el VPH en la población general ugandesa. Sólo se realizan estudios en hospitales regionales, y muchas mujeres no pueden pagar los costos de transporte para llegar allí.

Las mujeres, particularmente las que habitan áreas afectadas por la guerra, también están en alto riesgo debido a la propagada violencia sexual. Muchas aún son víctimas de violaciones en grupo.

Según Tom Otim, ginecólogo en el Hospital de Mbale, en el este de Uganda, los casamientos tempranos en las zonas rurales también las pone en riesgo debido a la falta de conocimientos de la población sobre higiene y salud reproductiva.

"Un gran obstáculo para la prevención y el tratamiento del cáncer de cuello uterino es la falta de información", dijo.

"Si las mujeres vinieran cuando las condiciones que llevaron al cáncer pueden ser detectadas, sería de gran ayuda. Pero pocas mujeres tienen información sobre la existencia de este cáncer", añadió.

La mayoría acuden a los centros de salud ya en avanzadas etapas de la enfermedad, presentando síntomas como sangrado vaginal irregular y en algunos casos sangrado luego de la menopausia.

"La protesta de muchas mujeres es: ‘¿Por qué nos envían a Mulago para hacer radioterapia cuando no podemos pagarla?’", dijo Otim.

"Es desmoralizante tener que diagnosticar a una mujer y no poder mejorar su vida. Pero es aun más doloroso cuando le dices que los servicios están disponibles, pero ellas no lo pueden pagar porque son pobres".

Los pocos centros de chequeo y tratamiento son en su mayoría financiados por donantes, y una vez que se acaban los recursos, es poco lo que el gobierno puede hacer.

Helen Angura es una partera capacitada para detectar cáncer de cuello uterino. El hospital donde trabaja, el Mbale, no ha podido brindar tratamiento a mujeres cuyos exámenes muestran síntomas tempranos de la enfermedad.

Los chequeos en ese hospital son financiados por la iniciativa Salud Femenina, del Instituto Nacional de Salud. La iniciativa fue lanzada en mayo de 2009, pero después de un año, la máquina de radioterapia en el hospital no funciona.

"No hemos podido tratar a mujeres con lesiones que pueden derivar en cáncer de cuello uterino porque el gas de óxido nitroso usado para la máquina se acabó hace cuatro meses", dijo Angura.

"Hemos enviado cartas a los administradores del hospital desde junio y no hemos obtenido respuesta. Cientos de mujeres a quienes hemos hecho chequeos están esperando", añadió.

En un país que invierte menos de 10 por ciento de su presupuesto anual en salud, temas como el cáncer de cuello uterino son por lo general ignorados.

Uganda cuenta con un sistema de salud descentralizado, pero cuyo financiamiento depende del gobierno central. Otim opinó que el gobierno debería invertir en la prevención del cáncer de cuello uterino. Vacunas contra el VPH están disponibles en el país, pero pocos pueden acceder a ellas. "Tenemos vacunas muy seguras que han demostrado prevenir el cáncer de cuello uterino, pero uno debe pagar más de 600.000 shillings (300 dólares) por una dosis entera", explico Otim.

Hay sólo dos hospitales que ofrecen la vacuna. Los programas son todos financiados por Pathfinder International, organización que busca garantizar el derecho a una saludable vida reproductiva.

El informe de la OMS de septiembre recomendó al gobierno que incluyera a las vacunas contra el VPH en sus programas nacionales de inmunización.

También llamó a la integración de los programas de vacunación y de detección de cáncer de cuello uterino, para que todas las mujeres examinadas sean a la vez inmunizadas.

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