«Chile en la retina» es el título del recién lanzado libro del fotógrafo Patricio Guzmán Campos, una retrospectiva de las mejores imágenes de la vida cotidiana de este país que captó entre 1957 y 1973. «Años efervescentes», recuerda.
Una pequeña bahía de pescadores, una ceremonia indígena mapuche, tres niños con sus ropas y cuerpos sucios posando en la mitad de una calle de tierra, una concentración popular en el Día del Trabajo o retratos del asesinado cantautor Víctor Jara (1932-1973) y del premio Nobel de Literatura Pablo Neruda (1904-1973).
Estas son algunas de las escenas que componen "Chile en la retina", de LOM Ediciones, presentado el día 9 en la Biblioteca Nacional de Santiago por otras dos leyendas vivas de la fotografía nacional: Luis Ladrón de Guevara y Domingo Ulloa.
Las imágenes fueron registradas entre fines de la década de los 50, cuando Guzmán aprendió ese arte, hasta que salió al exilio tras el golpe militar perpetrado en septiembre de 1973 contra el presidente socialista Salvador Allende (1970-1973).
Guzmán, Ulloa, Ladrón de Guevara y otros autores destacados, como Sergio Larraín, participaron en la magna exposición "Rostro de Chile" (1960), liderada por su maestro, Antonio Quintana (1905-1972). La histórica muestra recorrió numerosos países durante la década de los 60.
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Se especializó en fotografía aérea, registrando Chile a bordo de un avión Cessna 172, y antes de arribar a Canadá, donde reside, estuvo exiliado en Argentina y Hungría.
"La cámara de Guzmán captura intimidad y respeto al enfrentarse a los más humildes, descubriendo su dignidad y altivez, tal como lo hizo Antonio Quintana en Chile, Martín Chambi en Perú y Manuel Álvarez Bravo en México", describe el periodista y crítico Víctor Mandujano en el prólogo del libro.
Como continuador de la obra de Quintana, uno de los grandes legados del autor de "Chile en la retina" es que supo mirar al país y a los ciudadanos humildes y anónimos, dijo a IPS Luis Poirot, un reconocido fotógrafo chileno autodidacta.
Al libro se suma la exhibición de algunas de sus fotografías, todas registradas en cámara análoga y en blanco y negro, en la céntrica estación Santa Lucía del tren subterráneo de Santiago.
"Estoy haciendo una lista del equipo de reporteros gráficos que había en mi época, que eran bastantes y muy buenos. Mi idea es contactarlos, saber qué pasó con sus fotos, a dónde fueron a parar sus negativos", comentó a IPS Guzmán, de 75 años, quien, pese a su trascendencia, es semidesconocido en Chile.
Guzmán recordó entre los autores de esa lista en construcción a Eliodoro Torrente o los hermanos Miguel, Félix y Emiliano Rubio.
"Yo podría nombrar a por lo menos 10 o 12 fotógrafos que han muerto, cuyos archivos se han perdido o están en manos de las familias que no saben qué hacer con ellos y que de pronto se van a aburrir y van a terminar en la basura", comentó Poirot.
¿Quién se acuerda de Jorge Soré, que fotografió a Neruda cuando era un joven poeta de 20 años, quizás uno de los mejores retratistas que ha habido en Chile? Gran parte del propio archivo de Antonio Quintana no se sabe dónde está", aseguró.
Pese a que hay iniciativas destacadas, como las investigaciones sobre la historia de la fotografía en Chile de Hernán Rodríguez Villegas, para Poirot no es suficiente.
"La simple acumulación de imágenes antiguas no es una historia de la fotografía. Eso es lo que se ha hecho hasta ahora. Eso es lo que hay en museos, en libros que se han publicado y se siguen publicando", sostuvo Poirot, agregado cultural en Bélgica durante el gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006).
"Para mí la historia de la fotografía es la historia de los autores, de los poseedores de una determinada visión. Eso es lo que no se ha hecho en Chile, eso no existe y hay nombres perdidos y olvidados", enfatizó.
Para Poirot es necesario crear un Museo de la Fotografía, que "pueda guardar responsablemente esos negativos, esos registros".
"De lo contrario, va a suceder lo que me vaticinaron en Europa: que vamos a tener que ir a estudiar la historia de la fotografía de Chile a Estados Unidos o Europa, porque aquí no va a quedar nada", dijo.
A su juicio, también es necesario estimular la compra de libros sobre esta temática en el país, "y que los profesores no crean que la fotografía chilena empezó en 1980".
Para el próximo año, Guzmán prepara una segunda obra de fotografías sobre las antiguas jornadas dominicales de los santiaguinos en el Parque Quinta Normal, un amplio espacio que alberga una laguna artificial y variados museos.
Las imágenes fueron tomadas de las dos y las cinco de la tarde entre 1966 y 1970.