Se confirmaron cinco casos de cólera en la capital de Haití tras el brote de la zona rural del departamento de Artibonito, que dejó más de 200 personas muertas.
Los casos detectados en la capital "no significan una propagación de la epidemia" porque se infectaron en el centro de Haití, según un boletín difundido por la misión de la Organización de las Naciones Unidas con el título "Mensaje clave", al que tuvo acceso IPS.
"La identificación de nuevos casos y la rápida respuesta muestra que funciona el sistema de registro que implementamos", concluye.
Pero la población de la capital no está tan convencida.
"La gente se muere, por supuesto que tengo miedo", declaró Boudou Lunis al periódico Miami Herlad. El muchacho de 25 años es una de las 1,3 millones de personas que perdieron su casa tras el terremoto que sacudió a Haití en enero y siguen viviendo en asentamientos provisorios.
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La radio Boukman se encuentra en medio de Cité Soleil, un tugurio recorrido por canales tapados de basura y donde un brote de cólera haría estragos.
La emisora no recibió ningún comunicado oficial de las autoridades con recomendaciones, dijo a IPS el productor Edwine Adrien el sábado, cuatro días después de que se conociera la existencia de casos de cólera.
En un pequeño campamento desolado con tiendas de campaña rotas hay un reluciente tanque de agua vacío apoyado sobre ladrillos.
Fue instalado hace una semana por la Organización Internacional para las Migraciones, más de nueves meses después de que los residentes perdieran sus casas por el terremoto.
"Necesitamos agua potable", dijo a IPS el joven Charlot.
La propagación del cólera, una enfermedad bacteriana que se transmite a través de agua y alimentos contaminados, puede expandirse más allá del área capitalina.
Se sospecha que hay casos en los departamentos Norte y Sur, según la Organización Panamericana de la Salud. Por lo menos 2.600 personas pueden haber contraído la enfermedad, según estimaciones.
El médico Pierre Duval relató cómo estabilizó a dos hombres enfermos en el único hospital del pueblo de Lafiteau, a 30 minutos en automóvil de Puerto Príncipe. Pero no pudo atender más de seis pacientes. Uno murió el sábado.
Todos llegaban de St. Marc, cerca del epicentro de la epidemia. El principal hospital de la localidad está atestado de personas infectadas.
Había pocas reservas de sales para rehidratación oral, según dijo a IPS el médico estadounidense Riaan Roberts, quien llegó al lugar el viernes.
"Primero hablamos con una señora de la ONU que nos dijo tengo una reunión, les hablaré de ustedes, pero vuelvan mañana", relató.
En cambio un equipo de Médicos Sin Frontera se puso al servicio, apuntó. La ONU "tiene tanta burocracia que no es efectiva para atender pequeños brotes como éste, que se agravan y se propagan con rapidez", señaló Roberts.
En la polvorienta carretera que va del centro de Haití a Puerto Príncipe, autobuses y tap-taps, como llaman aquí al transporte colectivo de pasajeros, circulan a toda velocidad.
En la reunión realizada por el Ministerio de Agua y Saneamiento, "se habló de cerrar escuelas y rutas", señaló Nick Prenata, subdirector de SOIL, una organización que instala inodoros químicos en campamentos de refugiados.
"Pero si hablan de eso ahora, mucho tiempo después de detectado el primer caso, ya es tarde", se lamentó.
La bacteria del cólera puede causar una diarrea mortal y vómitos después de cinco días de incubación. Personas que parecen sanas pueden viajar e infectar a otras.
La organización Socios en Salud llama al cólera la "enfermedad de la pobreza" porque es causada por la falta de agua potable.
El origen de la epidemia se ubica en el río Artibonito, que recorre el centro de Haití, y a las fuertes lluvias y consiguientes inundaciones. La zona es conocida como "granero" por sus cultivos de arroz.
La economía agrícola fue devastada porque durante años Estados Unidos importó arroz haitiano a muy bajo precio, según especialistas.