A pocos metros de la Línea Azul, la frontera entre Israel y Líbano establecida por la Organización de las Naciones Unidas en 2000, toma forma un proyecto turístico de unos 20 millones de dólares.
Líbano estuvo en guerra con su vecino desde la creación del estado judío en 1948. El sur de este país llevó la peor parte del conflicto al ser ocupado por Israel de 1978 a 2000.
Desde entonces reina una frágil paz que se rompe de tanto en tanto. El sur de Líbano es un bastión del Partido de Dios (Hezbolá).
Los israelíes crearon uno de los principales centros de interrogación y detención en una aldea vecina de Jiam. "Es una zona de importancia estratégica porque está cerca de la frontera", dijo a IPS el ex general libanés Wehbe Katish. "El Wazzani, afluente del río Jordán, también es motivo de conflicto entre ambos países", apuntó.
Pero unos inversionistas decidieron convertir la zona en un destino turístico. Jalil Abdallah y su hermana Zahra construyen un restaurante y un hotel en una propiedad familiar de 50.000 metros cuadrados, cerca de la frontera.
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"Mi padre siempre soñó con realizar un proyecto turístico en nuestra propiedad", relató Zahra. Jalil hizo su fortuna en el sector de la construcción de Costa de Marfil.
Será un hotel ecológico construido cerca del río. El restaurante se llamará Les pieds dans lEau (los pies en el agua), en el que los visitantes podrán literalmente remojar los pies en el río. También habrá chalés de lujo, un hotel y tres piscinas.
"Decidimos incluir símbolos religiosos para mostrar la apertura de la región. En otra etapa construiremos una mezquita y una iglesia", explicó Zahra.
En un primer momento se construirán 18 chalés, de los 60 previstos.
"En el sur, la gente no tiene opciones turísticas como en otras partes de Líbano, donde tienen lugares para organizar bodas, salir a cenar o tomarse unos días de descanso. Es una zona que carece de infraestructura. Nuestro proyecto cubrirá una demanda creciente", indicó Zahra.
Está previsto un segundo hotel con centro de conferencias y otro restaurante, rodeado de 15 casas. Se están construyendo dos piscinas, un área de juegos, una cancha de tenis y un centro ecuestre.
"El valor de la propiedad es de unos 7,5 millones de dólares, al que hay que agregar el costo del proyecto, estimados en unos 20 millones de dólares cuando esté terminado. Llevamos invertidos unos 3,5 millones de dólares", indicó Zahra.
Respecto de la ubicación, la joven explica que no le preocupa una guerra con Israel.
"El conflicto de 2006 demostró que hay un nuevo equilibrio de poder en el sur", señaló. "El proyecto forma parte de nuestro desafío, promover proyectos en la zona es una manera pacífica de luchar contra Israel", añadió.
Pero reconoció que estar tan cerca de la frontera es problemático. De vez en cuando se ven efectivos israelíes patrullando del otro lado del río.
"Tuvimos problemas con unos soldados que le prohibieron a los trabajadores cruzar al otro lado del río, que es parte de nuestra propiedad", precisó Zahra.
El proyecto tendrá un impacto positivo en la economía local porque empleará a trabajadores de los pueblos vecinos, señaló el alcalde de Jiam, Mohammad Rida Abdallah.
El desempleo en la zona afecta a 20 por ciento de la población económicamente activa, apuntó.
El complejo Wazzani empleará a unas 100 personas en la etapa inicial de lanzamiento, estimó Zahra.
Otro integrante de la familia construye un hotel cuatro estrellas en Jiam, a pocos kilómetros del río Wazzani.
"No podemos vivir con miedo a que haya otra guerra con Israel. Tenemos que progresar", señaló Mohammad Ali Abdallah, responsable del proyecto de tres millones de dólares.
Frente a tanto optimismo es difícil obviar los tanques israelíes inmóviles que esperan para entrar en acción.
"Es un lugar perfecto para un proyecto turístico si hay paz. Pero en caso de guerra, en la zona habrá una confrontación directa", alertó el general Katish.