El Estado de derecho es eficaz en Suecia, Holanda y varios otros países ricos, pero está ausente en naciones pobres como Pakistán, Kenia y Liberia, según el nuevo índice del Proyecto de Justicia Mundial (WJP, por sus siglas en inglés).
El índice, que evalúa a 35 países de acuerdo con nueve variables, parece sugerir que las naciones de altos ingresos cuentan con las condiciones necesarias para que funcione el imperio de la ley.
No obstante, el estudio también constató amplias diferencias en el desempeño de categorías específicas dentro y entre países de ingresos diversos.
Argentina, un país de medianos ingresos, tuvo mucho mejor desempeño en una sub-variable clave (acceso a consejería legal) que, por ejemplo, Estados Unidos y Canadá, mientras que México, Colombia e India presentaron mejores resultados que Singapur y otras naciones ricas en transparencia gubernamental, de acuerdo con el estudio de 125 páginas presentado el jueves.
"La situación en los países de medianos ingresos es particularmente interesante", dijo Alejandro Ponce, economista del WJP y quien ayudó a diseñar el nuevo índice, así como otros utilizados por el Banco Mundial.
Esas naciones "tienden a ubicarse bien en algunas áreas, y no tan bien a otras", añadió.
De hecho, India se colocó noveno en la categoría de transparencia gubernamental, pero en el puesto 27 en acceso al sistema de justicia civil. Mientras, Ghana, un país de bajos ingresos, se ubicó en el lugar 12 en la variable de límites efectivos al poder gubernamental.
Sin embargo, quedó en el puesto 26 en el área de orden y seguridad, debido a sus altos índices de criminalidad y de acciones extrajudiciales.
El índice, que aspira a abarcar a 100 países en 2012, fue presentado en medio de una creciente atención a la importancia del imperio de la ley para asegurar la calidad de la gobernanza, necesaria para un desarrollo económico y social exitoso.
"El imperio de la ley es fundamento de oportunidades y de equidad para las comunidades, es necesario para la erradicación de la pobreza, de la violencia, de la corrupción, de las pandemias y de otras amenazas a la sociedad civil", dijo William Neukon, presidente del WJP y ex presidente de la Asociación Estadounidense de Colegios de Abogados.
Esta última organización creó al WJP con ayuda, entre otros, de la Fundación Bill y Melinda Gates en 2006.
Las nueve variables usadas por WJP son: límites al poder gubernamental; ausencia de corrupción; claridad, publicación y estabilidad de las leyes; orden y seguridad; respeto a los derechos fundamentales, incluyendo la ausencia de discriminación; apertura y transparencia del gobierno; imparcialidad y efectividad de las regulaciones gubernamentales; acceso a la justicia civil; y efectividad e imparcialidad del sistema penal.
Todos los países fueron evaluados de acuerdo con su desempeño en esas categorías. El informe también incluyó 49 sub-variables.
El puntaje fue adjudicado de acuerdo con información recolectada en encuestas a 1.000 residentes de grandes ciudades en cada uno de los 35 países estudiados, considerando su experiencia y percepciones. También se utilizaron los resultados de detallados cuestionarios respondidos por un total de 900 expertos legales locales.
La metodología y los resultados fueron revisados en forma independiente por el Centro de Investigación Conjunta de la Comisión Europea, que consideró al índice "conceptualmente coherente".
El estudio no incluyó un ranking general de países, sino solamente uno para cada una de las nueve variables. "Se pierde mucha riqueza del informe colocando un puntaje general, porque un país puede estar muy bien en una categoría y muy mal en otra", explicó Ponce a IPS.
"La fortaleza del índice es que está orientado a la acción: le dice a la gente dónde se necesita mejorar", añadió.
No obstante, el estudio sugiere una correlación entre la riqueza de un país y la fortaleza del Estado de derecho. Suecia, por ejemplo, se ubicó primero en cinco de las nueve variables, mientras que Holanda se colocó segundo o tercero en siete.
Pakistán, por otra parte, se situó en los puestos más bajos: 34 y 35 en cinco de las categorías, y 32 y 33 en tres de las otras cuatro. En "orden y seguridad", referido a la falta de delincuencia y violencia, se ubicó en el puesto 24, más alto que la mayoría de las naciones de América Latina y de África subsahariana estudiadas.
Kenia también tuvo un bajo puntaje. Se colocó en los puestos 33 y 35 en seis de las nueve categorías. Su mejor desempeño fue en justicia penal, donde recibió el lugar 25, delante de la mayoría de las naciones latinoamericanas, Pakistán, Liberia y Nigeria.
Liberia también quedó en el fondo: quedó en los últimos tres puestos en cinco de las nueve variables. Sin embargo, trepó al 16 en la categoría de transparencia gubernamental.
Entre los cinco países africanos estudiados, Sudáfrica generalmente tuvo los más altos puntajes, ocupando los puestos del 10 al 18 en ocho de las nueve variables. En orden y seguridad, sin embargo, cayó al lugar 34, por encima de Liberia.