Expertos de Asia llamaron a actualizar los sistemas de riego del continente para asegurar una adecuada producción de arroz y poder alimentar a más de 1.000 millones de nuevas bocas en los próximos 40 años.
Los científicos realizaron este llamado en momentos de creciente preocupación sobre el impacto del recalentamiento planetario sobre la seguridad alimentaria.
La agricultura de secano (sin riego y dependiente de la lluvia) es vulnerable a los patrones climáticos erráticos, por lo cual el uso de sistemas de irrigación es cada vez más necesario para arroceros de todo el continente, señalaron.
"La agricultura irrigada es una plataforma más segura", dijo Thierry Facon, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). En cambio, "la agricultura de secano es menos productiva", añadió.
Esta distinción se ha hecho más notoria en el marco del recalentamiento planetario. "Los campesinos son renuentes a invertir buenas semillas y fertilizantes en áreas de lluvia debido a la incertidumbre generada por el cambio climático", explicó Facon a IPS.
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"Y es en esas áreas donde se encuentran la mayoría de las poblaciones pobres rurales y vulnerables", añadió.
Estudios del Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI, por sus siglas en inglés) reflejan esta realidad. "Aproximadamente 27 millones de hectáreas de arroz cultivado con lluvia se ven frecuentemente afectados por sequías", señala un informe de ese organismo científico con sede en Los Baños, Filipinas.
"Los ambientes arroceros con lluvias experimentan múltiples presiones abióticas y están caracterizados por altos niveles de incertidumbre, particularmente en relación al tiempo, duración e intensidad de las precipitaciones", dijo.
Pero los sistemas de irrigación construidos y administrados por los gobiernos deben ser actualizados para poder crear más y mejores plantaciones de arroz y trigo, y para atender las nuevas demandas de los agricultores, según una serie de nuevos estudios divulgados en una reunión días atrás en Manila auspiciada por el Banco Asiático de Desarrollo.
Una de esas demandas es una más equilibrada distribución del agua. "Es muy común que los agricultores no consigan el agua que necesitan", dijo Elizabeth Humphreys, científica del IRRI. "Esto obliga a los campesinos a bombear agua subterránea".
La experta señaló que no todos los campesinos se benefician de igual manera por los sistemas de irrigación, que no son modernizados por falta de fondos.
"Los campesinos ahora necesitan más flexibilidad para dedicarse a los cultivos comerciales, pero el sistema no les puede dar este servicio", dijo Facon.
"Lo prometido ya no es suficiente para los agricultores. El estilo de administración no responde a las nuevas tendencias de cultivo", añadió.
Muchos de los actuales sistemas de irrigación fueron construidos durante la Revolución Verde, en los años 60, que se basó en un radical empuje hacia un aumento de la producción de arroz mediante la introducción de variedades más eficientes para atender el hambre en el continente.
Según la FAO, la Revolución Verde permitió un incremento de 300 por ciento en la producción arrocera en las últimas cuatro décadas, ayudando a "reducir la proporción de hambrientos de 34 por ciento en 1970 a 16 por ciento en 2006".
Ahora, cuando la región afronta el desafío de alimentar a 1.500 millones de nuevas bocas en las próximas cuatro décadas, la atención otra vez se vuelca hacia los sistemas de irrigación.
"La población de Asia alcanzará los 5.000 millones de habitantes en 2050, y para alimentar las 1.500 millones personas adicionales se necesitarán sistemas de irrigación que generen más valor por gota de agua", indica uno de los estudios presentados en la reunión del Banco Asiático de Desarrollo, de la que participaron unos 600 políticos.
El trabajo fue titulado "Produciendo más alimento con menos agua: ¿Cómo puede ayudar la revitalización de la irrigación en Asia".
"Asia tiene 70 por ciento de la tierra irrigada del planeta y es hogar de algunos de los sistemas de irrigación más antiguos y grandes", señaló el Banco, con sede en Manila. "Pero la mayoría fueron construidos antes de los años 70, funcionan mal y por lo general no logran responder a las necesidades de los agricultores".
El arroz es el alimento básico para más de 3.000 millones de personas, la mayoría de las cuales viven en Asia. El continente responde por 90 por ciento de la producción mundial en unas estimadas 250 plantaciones, según IRRI.
Los principales productores de arroz, plantado en unas 150 millones de hectáreas en todo el planeta, son China, India, Indonesia, Bangladesh, Vietnam, Tailandia, Birmania y Filipinas.
De esas, 79 millones de hectáreas son tierras bajas, que producen 75 por ciento de la cosecha anual mundial, según el informe de IRRI titulado "Arroz y agua".
"La proporción de áreas arroceras de Asia irrigadas creció sustancialmente desde fines de los años 70 (cuando era de 35 por ciento) hasta mediados de los 90 (cuando llegó a 44 por ciento)", indicó.