Agricultores de Lesotho con sed de soluciones

Los cultivos de Bonang Charles constituyen un paisaje inusualmente verde en esta época del año a lo largo del río Phutiatsana. Es una vívida demostración del limitado alcance de la irrigación para los pequeños agricultores de Lesotho.

Hace ocho años, este ex pastor comenzó a alquilar tierras en el área de Thaba-Bosiu, 15 kilómetros al este de la capital. Sus vecinos aceptaron de muy buen grado el equivalente a entre 30 y 45 dólares por aquellos campos que no habían podido aprovechar productivamente.

Otros agricultores del lugar abandonaron desde entonces su actividad por la falta de lluvias. Pero Charles cosecha espinaca, colza y arvejas.

UN TOQUE DE SUERTE

La clave de su éxito es una bomba de segunda mano que le compró al Ministerio de Agricultura. Se trata de uno de cuatro equipos no deseados de los que esa cartera se quería deshacer.
[related_articles]
Charles pagó 7.400 dólares en cuotas por esa bomba de agua que funciona a gasolina y que instaló junto al Phuthiatsana para irrigar sus cultivos.

"Desde que inicié este emprendimiento, hace ocho años, no he vuelto a mirar atrás. Puedo alimentar a mi familia y abastecer a clientes en otros distritos", dijo Charles, observando a sus seis empleados rociar fertilizantes en uno de los predios.

Lo producido se vende al por mayor a personas que a su vez lo comercian en mercados callejeros de Maseru y otros lugares.

"He vivido de la agricultura todos estos años. Nunca moriré de hambre dedicándome a la producción de alimentos", aseguró Charles.

La temporada de cultivo en las tierras altas empieza en agosto, y el operativo de Charles bulle de actividad, mientras los terrenos de sus vecinos se ven yermos.

Sin lluvias, no pueden arar y sembrar. La situación revive las preocupaciones de la temporada de cultivo 2006-2007, que fue tan perjudicada por la sequía que el país declaró una crisis alimentaria en 2007.

Hacer que los agricultores dependan menos de las lluvias para irrigar sus cultivos es esencial para crear resistencia a las sequías, no sólo en Lesotho sino en toda África austral. Se pronostica que las sequías se volverán más comunes en el futuro en esta parte del continente, debido al cambio climático.

Charles fue afortunado de contar con el dinero necesario para comprar la bomba. Pero el gobierno se ha esforzado por extender la irrigación a personas con medios más limitados. El resultado ha sido diverso.

EL PROBLEMA DEL FINANCIAMIENTO

A poca distancia de allí trabaja Thoso Bokaako. Funcionario de irrigación en el Ministerio de Agricultura, se dedica a relevar los campos secos, no sembrados, que deberían recibir agua de una represa construida por su departamento.

"Los agricultores temen arar sus campos porque tienen que ser irrigados con una bomba. Pero es costosa de mantener si se rompe, así que no se usa", explicó.

El programa gubernamental de apoyo a los agricultores incluye recuperar total o parcialmente los costos de la asistencia. El Departamento de Agricultura alquila equipos a los cultivadores.

Pero pedirles a los agricultores que se hagan cargo de los costos de mantenimiento de las bombas de irrigación parecer haber incrementado la pobreza en las áreas rurales en vez de reducir los costos netos para el gobierno.

Los cultivadores del distrito de Bokaako no han podido pagar esos costos. Según él, el Ministerio trabaja para introducir sistemas de irrigación basados en la gravedad, aprovechando las empinadas colinas de las tierras altas de Lesotho para hacer llegar el agua a los cultivos.

Uno de esos sistemas ya está operativo en el área de Roma, a 15 kilómetros del Phuthiatsana, lo que permite a 22 agricultores comunitarios cultivar todo el año.

Consiste en represas hechas con barreras bajas que elevan el nivel del agua en el río sin reducir su flujo. Y también incluye tanques de almacenamiento y cañerías que se extienden hasta los cultivos irrigados a menor altura. Sistemas similares se instalaron en los distritos de Matsieng y Mazenod, de los que Bokaako es responsable.

"El sistema estará operativo pronto, dado que fue completado en septiembre. Ahora está en fase de prueba", dijo.

"Los tres programas fueron iniciados por el Ministerio para superar los impactos de la sequía. La mayoría de nuestros agricultores de subsistencia dependen de las lluvias", agregó.

Al relevar el área de Thaba-Bosiu, Thai Thai, un ingeniero mecánico de la oficina agrícola del distrito, dijo que el patrón meteorológico en 2010 le resultaba familiar y exigió más medidas para proteger a los pequeños agricultores.

"Llovió mucho a inicios de 2002, pero luego paró cuando fue el momento de cultivar. Es necesario construir represas", dijo Thai, quien tiene 28 años de experiencia agrícola.

"Las cañerías para la irrigación están tendidas en los campos, pero no se está arando. El gobierno debería ayudar a los agricultores", opinó.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe