Interminable sequía hace estragos en Zimbabwe

El zimbabwense Njabulo Mpofu ha sobrellevado prolongadas sequías antes, pero esta vez la escuela que dirige está en situación crítica.

Los expertos sostienen que las napas freáticas se están reduciendo en la central provincia de Midlands, donde se encuentra ese centro educativo.

En esa árida zona, el agua subterránea desaparece en las profundidades de la Tierra, amenazando las vidas de seres humanos y animales.

Las devastadoras sequías de los años 90 hicieron que ganado esquelético deambulara por tierras chamuscadas en busca de agua, mientras algunos aldeanos huían a las ciudades.

Según Mpofu, la continua escasez hídrica obligó a niños y niñas a invertir tiempo en ir a buscar agua en vez de asistir a clases. Los aldeanos también tuvieron que dedicar cada vez más tiempo diario a esa tarea, para la que tenían que encontrar nuevas fuentes más lejos de sus hogares.
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Mberengwa, en la provincia de Midlands, es una de las muchas comunidades del Zimbabwe rural que siente el impacto de las escasas precipitaciones, en un país donde el suministro de agua limpia sigue siendo un enorme desafío.

Según una Evaluación de los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio realizada en 2004, el acceso a agua potable en las zonas rurales de este país africano se redujo de 75 por ciento en 1999 a 68 por ciento en 2003.

Durante mucho tiempo la población rural dependió del agua subterránea. De hecho, es muy común que escuelas como la de Mpofu cuenten con un pozo a tal fin. Pero cada vez es más difícil extraer este recurso vital en un contexto de escasas lluvias y deficiente exploración de las napas freáticas.

Aunque millones de habitantes de la región necesitan de ellas, la División del Agua de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) sostiene que generalmente las comunidades no saben cómo manejar este recurso oculto.

El Proyecto de Manejo de Aguas Suberráneas y Sequías de la SADC realizó en 2008 un estudio en sus estados miembro. Y concluyó que, pese al reconocido potencial del uso de las napas freáticas para mejorar el suministro hídrico en zonas rurales, su invisibilidad lleva a una falta de decisiones sólidas y de asignación de recursos que pueda mejorar su uso, desarrollo y manejo.

Sobona Mtisi, investigador del británico Overseas Development Institute (Instituto para el Desarrollo en el Exterior), señaló que lo que ha dificultado el aprovechamiento del agua subterránea en la árida región de Midlands y en otras partes de Zimbabwe es que este recurso no es de tan fácil acceso como se creía.

Cada vez hay un mayor reconocimiento de que la reducción de las napas freáticas causada por una menor recarga debida a la escasez de lluvias, pero el agua subterránea sigue siendo una opción práctica donde la geología lo permite, dijo Mtisi a IPS.

"El agua subterránea puede aprovecharse en apenas 25 por ciento de la superficie de Zimbabwe, dado que el 75 por ciento restante está integrado por rocas duras que vuelven difícil extraer" el líquido, explicó.

Sin embargo, agregó que los problemas hídricos en las zonas rurales, como los que afectan a la escuela de Mpofu y a aldeas cercanas, pueden abordarse adecuadamente mediante políticas claras que brinden soluciones a largo plazo.

"Implementar una política efectiva y un marco institucional que promueva el acceso igualitario al agua para diferentes usuarios potencia el acceso a largo plazo" a ese líquido, dijo Mtisi.

Brindar "una tecnología barata para el suministro hídrico puede permitir que las personas que viven en áreas áridas y semiáridas aprovechen el agua donde la necesitan", sostuvo.

En cuanto a la escuela de Mpofu, la situación puede volverse aún más complicada, con pronósticos del nacional Departamento de Meteorología según los cuales es posible que la sequía continúe.

Solamente cuando se cierran las escuelas por el fin del año escolar que los alumnos pueden descansar de sus idas a buscar agua, según los maestros.

La sequía también amenaza a grandes centros urbanos. La municipalidad de la sudoccidental Bulawayo informó el mes pasado que las represas que abastecen a esa ciudad están en un nivel peligrosamente bajo debido a las pocas lluvias y pese a los pronósticos de que las últimas precipitaciones habían alcanzado para generar reservas para otros tres años.

En el pasado, una severa escasez de agua obligó a las escuelas a cerrar sus puertas por temor a brotes de enfermedades como el cólera.

Los habitantes de Mberengwa reclaman que se construya una represa como solución a largo plazo. Uno de ellos es Titus Mguni.

"Nuestros problemas hídricos son tan antiguos como las colinas, pero igual sobrevivimos", dijo.

Pero las represas requieren dinero, y en un país donde muchos proyectos de infraestructura se estancan por falta de fondos, esto puede implicar que el agua subterránea no se pueda aprovechar durante temporadas secas en lo inmediato.

Mientras, en las silenciosas colinas de Mberengwa, escuelas y aldeas desesperadas continúan buscando osasis de esperanza.

"El derecho al agua para los pobres debería estar consagrado en la Ley del Agua, para garantizar que el Estado vuelva una prioridad brindar" el líquido a ese sector de la población, expresó Mtisi.

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