Unos 2.000 millones de personas consumen alcohol en todo el mundo, un hábito de raíces ancestrales y perenne atractivo.
Pero el consumo responsable es sólo una parte de la cuestión: el uso nocivo de bebidas alcohólicas afecta a decenas de millones de personas y mata a dos millones y medio cada año, por causas que van desde enfermedades hasta accidentes de tránsito, afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En mayo, la OMS la adoptó una política para abatir ese consumo, y colocó la autorregulación de la industria como uno de sus componentes. IPS preguntó a Carlos Brito, director ejecutivo del grupo cervecero más grande del mundo, por qué su empresa invierte en campañas que limitan sus oportunidades de venta.
Según Brito, el gigante cervecero Anheuser-Busch InBev (AB InBev) tiene una «larga historia de campañas a favor del consumo responsable», pero el 15 de este mes celebró por primera vez su «Día de la Cerveza Responsable» en forma simultánea en todo el mundo.
Brito participó de las actividades efectuadas en China. «Más de 3.000 empleados distribuyeron 100.000 folletos y 10.000 adhesivos con información y promoción de la bebida responsable», dijo en una entrevista efectuada por correo electrónico.
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IPS: Las empresas pelean por más mercados y más ganancias, lo que implica maximizar las ventas. ¿Por qué comprometerse con iniciativas para promover el consumo responsable, que se supone reducirían las ventas?
CARLOS BRITO: Como la mayor cervecera del mundo, nos tomamos muy en serio el aliento al goce responsable de nuestros productos. Promover ese tipo de goce no va en contra del logro de nuestras metas de negocio.
De hecho, alcanzar un crecimiento sostenido y de largo plazo mediante prácticas comerciales responsables es central en nuestro sueño de ser «la mejor empresa cervecera en un mundo mejor». Por eso dejaríamos de lado con mucho gusto las ventas que implican mal uso o abuso de nuestros productos.
IPS: Su empresa lleva algunos años organizando campañas de consumo responsable de alcohol. ¿Con cuáles se siente más conforme?
CB: Nos complacen especialmente las de conductores designados (alguien que se compromete a no beber alcohol y a transportar en forma segura a sus acompañantes) aplicadas en varios lugares del mundo, entre ellas el primer aviso de televisión sobre el tema que se está transmitiendo este año en China.
También son exitosas las campañas educativas que alientan a los padres a hablar con sus hijos para prevenir la ingestión de alcohol en menores de edad. Una de ellas es «Family Talk About Drinking» (la familia habla sobre la bebida), lanzada primero en Estados Unidos y ahora traducida a siete idiomas distintos.
Desde 2002, la ingesta de alcohol entre adolescentes cayó 17 por ciento en Estados Unidos. La combinación de Anheuser-Busch e InBev nos ha dado más recursos para expandir el alcance de estos programas y ahora nos concentramos en diseminar los exitosos en nuestros mercados más importantes.
IPS: Los jóvenes son un grupo de alto riesgo en cuanto al consumo nocivo. ¿Qué medidas específicas se pueden adoptar para ellos?
CB: Investigaciones independientes y gubernamentales indican que los padres son una influencia poderosa. Los programas de educación, como «Family Talk About Drinking» y «Vivamos responsablemente», aplicado en Argentina, han tenido especial éxito.
Para aquellos jóvenes con la edad legal para consumir alcohol, concebimos campañas de bebida responsable y uso de conductores designados. Una de las más impactantes, «Controla quién maneja», de Alemania, llegó a más de 67.000 jóvenes. Se enviaron representantes de la empresa a clubes nocturnos y discotecas para pedir a los asistentes que se comprometieran a usar un conductor designado.
IPS: ¿AB InBev apoya la estrategia de la OMS para reducir el consumo nocivo de alcohol? ¿Cómo planifica contribuir a su aplicación?
CB: Se trata de un paso importante y constructivo para afrontar los problemas del alcohol en todo el mundo. La estrategia reconoce el sentido de los diferentes contextos nacionales, religiosos y culturales y propone un menú de opciones que los estados miembros pueden adaptar a sus culturas para reducir ese consumo abusivo.
También reconoce la necesidad de que participen todos los actores, inclusive la industria, y la importancia de la autorregulación para ayudar a abatir el abuso.
Vamos a trabajar en forma constructiva con la OMS y sus estados miembros, apoyando y contribuyendo a políticas efectivas y posibles.
IPS: ¿Se necesitan más esfuerzos internacionales para promover la bebida responsable y abatir el abuso?
CB: Nosotros observamos una caída significativa de la bebida entre menores y la conducción en estado de ebriedad, pero siempre se puede hacer más.
No hay una respuesta única. La OMS lo admite cuando habla de diferencias culturales entre los países. Para lograr el mayor impacto, los esfuerzos nacionales deben basarse en intervenciones probadas, y que se concentren en aquellos que abusan del alcohol, en lugar de dirigirse a los bebedores responsables.
IPS: ¿Cree que la estrategia de la OMS evolucionará hacia mayores restricciones y a un marco obligatorio, como el que impuso para el consumo de tabaco?
CB: No hay que olvidar que el alcohol no es el tabaco. Los cigarrillos son dañinos cuando se los fuma como está previsto. No se puede decir lo mismo de la cerveza. Consumida con responsabilidad, puede ser parte de un estilo de vida equilibrado y saludable para la mayoría de los adultos.
Además, las pautas sanitarias de médicos y de gobiernos de todo el mundo reconocen que beber en forma moderada puede suministrar ciertos beneficios a la salud de algunos adultos.
La industria cervecera es líder en autorregulación. No sólo nos ceñimos a todas las regulaciones gubernamentales aplicables, sino que ponemos en práctica con rigor nuestras propias normas en la elaboración, promoción y distribución de nuestras cervezas.
IPS: La mayor parte del crecimiento del consumo de las últimas décadas fue en los países en desarrollo. La OMS hace notar una discrepancia entre la creciente disponibilidad de bebidas alcohólicas en muchos países de ingresos medios y bajos y su escasa capacidad para responder a la consecuente sobrecarga sobre el sistema de salud pública. ¿Los países en desarrollo no necesitan una atención especial?
CB: Las investigaciones muestran que la manera más efectiva de combatir el abuso son las intervenciones enfocadas y probadas en lugar de las medidas amplias dirigidas a toda la población, cualquiera sea la situación económica del país.
Pero hay una oportunidad, y nosotros la apoyamos plenamente, de ampliar programas educativos y de concientización en los países en desarrollo en la medida en que éstos eleven su consumo de alcohol. * Este artículo es parte de una serie de columnas y entrevistas sobre responsabilidad social corporativa, apoyada por AB InBev.