Las inundaciones de Pakistán llegaron hasta la sede de la ONU en Nueva York cuando los países de Asia meridional reclamaron que se cumplan las obligaciones de transferencia de tecnología para hacer frente a las consecuencias del cambio climático.
Los desastres naturales son más frecuentes y feroces en Asia meridional por culpa del cambio climático, dijo la primera ministra de Bangladesh, jequesa Hasina Wazed, en una reunión paralela de la Cumbre Mundial sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que concluye este miércoles.
"Además, el anormal y rápido derretimiento de los glaciares del Himalaya y el aumento del nivel del mar auguran consecuencias cataclísmicas", agregó la jerarca.
Varios factores vuelven a las naciones de Asia meridional particularmente vulnerables a los efectos del cambio climático: la elevada pobreza, la dependencia de industrias como la pesquera, sensibles a los cambiantes niveles del mar y a las tormentas más poderosas; las presiones ya existentes sobre la salud y el bienestar, como el VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) y el analfabetismo, la deficiente infraestructura económica y social en muchos lugares, y una falta de tecnología y recursos que vuelven más difícil la adaptación.
Aunque los países menos adelantados contribuyen poco con el recalentamiento planetario, a menudo son los primeros en sentir sus efectos, mediante desastres naturales como huracanes, sequías e inundaciones. La producción agrícola puede verse perjudicada y enfermedades transmitidas por mosquitos, como el paludismo y el dengue, pueden incrementarse a medida que el clima cambia.
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"El cambio climático está imponiendo cargas adicionales a los más pobres y vulnerables del mundo, y amenaza con revertir triunfos de desarrollo que tanto costó lograr", dijo Helen Clark, administradora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Los desastres naturales frenan el avance que se debe lograr para cumplir los Objetivos del Milenio para 2015, enfatizó.
Los delegados debatieron maneras de mitigar problemas futuros. Clark destacó la importancia de invertir en reducción de riesgos de desastres, que cuesta menos y salva más vidas que esperar a que se desate un desastre natural. Los países de Asia meridional actualmente trabajan juntos para crear un sistema regional de alerta temprana y manejo de riesgos.
El apoyo de la comunidad internacional, mediante el financiamiento y la transferencia de tecnología, es esencial, según los delegados.
Sin embargo, también son importantes las acciones unilaterales, dado que los países ya afectados por el cambio climático no pueden darse el lujo de esperar a que el mundo actúe.
Maldivas, por ejemplo, se ha propuesto volverse neutral en materia de carbono en los próximos 10 años, mediante una legislación que regula las emisiones contaminantes.
Aunque los delegados se mostraron decepcionados porque los estados miembros de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) no acordaron un tratado climático vinculante en diciembre de 2009 en Copenhague, ahora se preparan para llevar sus ideas a la 16 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 16), que tendrá lugar del 29 de noviembre al 10 de diciembre en Cancún, México.
Como dijo la canciller mexicana Patricia Espinosa, los países no pueden simplemente esperar a que los expertos solucionen el problema, sino que deben concretar cambios reales, dado que se trata de "un asunto político" que tiene que ver con "cómo están organizadas nuestras sociedades".
Las organizaciones de la sociedad civil también se reunieron el martes para discutir los cambios necesario para mitigar los daños ambientales, en un panel que vinculó la sustentabilidad ambiental con las muertes maternas. Ambos constituyen dos de los Objetivos del Milenio.
Estos, definidos en 2000 por la Asamblea General de la ONU, incluyen reducir a la mitad la proporción de personas que padecen pobreza y hambre (en relación a 1990), garantizar la educación primaria universal, promover la igualdad de género y reducir la mortalidad infantil y la materna.
Y también combatir el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), el paludismo y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y fomentar una asociación mundial para el desarrollo, todo esto con 2015 como fecha límite.
El aumento de la población genera presión tanto sobre las madres como sobre el ambiente. Los países con un gran crecimiento demográfico y una alta vulnerabilidad al cambio climático están en una posición especialmente precaria.
El acceso universal a los servicios de salud reproductiva puede ser una herramienta en la lucha contra el cambio climático, dijo Kathleen Mogelgaard, de Population Action International.
Millones de mujeres de todo el mundo quieren poder controlar su salud reproductiva pero carecen de acceso a esos servicios.
Los embarazos no planeados aumentan la proporción de muertes maternas y obstaculizan el desarrollo, dijo Musimbi Kanyoro, directora del programa de Población y Salud Reproductiva de la Packard Foundation.
La falta de acceso a métodos de planificación familiar limita las opciones de vida de las mujeres y obliga a la tierra de países de pocos recursos a brindar el sustento de más personas de las que puede.
Los oradores en la ONU enfatizaron que la planificación familiar cuesta menos y es más fácil de implementar que muchos otros programas ambientales.