Artesanías aumentan ingresos de campesinas indias

Mohindi Indrawan va cargada de flores y hojas por el camino que lleva hacia su casa, en esta aldea india del Himalaya. Su trabajo, que la obliga a pasar varias horas fuera de su casa y que antes era considerado «inmoral», ahora es un ejemplo para otras mujeres.

Madhu Pinwara (derecha) enseña a una aprendiz el delicado trabajo artesanal. Crédito: Nitin Jugran Bahuguna/IPS.
Madhu Pinwara (derecha) enseña a una aprendiz el delicado trabajo artesanal. Crédito: Nitin Jugran Bahuguna/IPS.
Indrawan, de la aldea de Ohari, en septentrional estado indio de Uttarakhand, se pasó de ser una mujer torpe y pobre y sin perspectivas de aumentar sus ingresos a una micro empresaria exitosa que sustenta a su familia.

Desde que Indrawan, de 34 años, participó en un programa de capacitación en actividades artesanales, en 2007, no hubo vuelta atrás.

El curso de 25 días, diseñado para campesinas de la zona, fue dictado por el no gubernamental Centro de Investigación para la Acción del Himalaya, con sede en Naugaon, en el distrito de Uttarkashi, en el oeste del septentrional estado indio de Uttarakhand.

"Hago carpetas con flores y gano dinero para pagar la ropa y la escuela de mi hijos", relató Indrawan, con orgullo, mientras decoraba una carpeta con hojas secas, características de esta región montañosa.
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El trabajo artesanal es delicado, requiere de mucha práctica y paciencia para lograr la perfección. La habilidad de Indrawan es evidente. Sus carpetas y cuadros son grandiosos.

Las mujeres de esta zona del Himalaya no tienen muchas formas de aumentar sus ingresos fuera del sector agrícola por la falta de formación y de tiempo, y el limitado acceso a la información sobre oportunidades laborales y capacitación.

"La actividad artesanal elegida fue la de hacer carpetas y cuadritos con papel hecho a mano y hojas y flores secas", señaló Chhaya Kunwar, coordinadora del programa. "Es una forma de preservar el patrimonio viviente", añadió.

Treinta y cinco mujeres fueron seleccionadas para comenzar el programa. Había adolescentes que realizaban tareas domésticas y adultas que no trabajaban en el campo.

"La participación de las mujeres en cualquier programa depende del apoyo y de la motivación que se dé a la familia. Hubo que sensibilizar al entorno sobre la importancia del trabajo artesanal", explicó Kunwar.

La respuesta inicial fue poco entusiasta, siendo benevolentes. La familia de Indrawan, al igual que la de otras participantes, la reprendían si llegaba tarde después de clases.

"La gente solía burlarse y hacer comentarios lascivos, en especial cuando llegaba tarde a casa", relató. "Pensaban lo peor. Mi propia familia se burlaba y me decían cosas como ‘ahí viene después de un día de juerga’", añadió.

En el curso les enseñaron combinaciones de diseños y colores, así como técnicas para recolectar y secar flores y hojas, que luego se pegan para preparar las carpetas.

"Todo el mundo cambió el tono al ver cómo ganaba dinero con mis artesanías", recordó Indrawan.

Hay unas 20 mujeres egresadas del curso haciendo carpetas y marcos para fotografías. Las que tienen habilidades naturales también hacen cuadros.

Para muchas participantes, lo mejor es que pueden trabajar en su casa y cuando tienen tiempo.

Madhu Pinwara, de 28 años, de la aldea Saulo, señaló que el curso de capacitación la fortaleció en materia financiera y social.

"No tengo tierras para cultivar. Mi esposo es chofer y complementábamos sus magros ingresos con trabajos menores", indicó Pinwara. "Pero ahora gano el equivalente a entre 21 y 32 dólares al mes con las carpetas. Mis hijos ayudan recolectando flores y hojas y mi situación mejoró", añadió, con orgullo.

Además de cursos de capacitación, el Centro de Investigación para la Acción del Himalaya ayuda a las mujeres a formar cooperativas, preparar un plan de trabajo anual y les facilita los primeros vínculos en el mercado.

"Nuestros productos, en especial las carpetas para conferencias, son muy demandadas por ministerios, bancos y organizaciones no gubernamentales", indicó Pinwara.

Los productos ecológicos, cada vez más reconocidos en el sector corporativo, representan un ingreso de unos 32 dólares al mes, según el volumen de trabajo.

La vida de las mujeres mejoró de forma significativa. Indrawan pudo ahorrar para comprar un terreno para cultivar. "Es importante tener independencia económica", remarcó.

"Me informé sobre los derechos de propiedad y registré el terreno a mi nombre. Eso me dio mucha confianza", añadió.

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