La multinacional del tabaco Philip Morris pudo haber festejado cuando Benigno Aquino III fue elegido en mayo presidente de Filipinas, ya que es un conocido fumador nada dispuesto a abandonar el hábito.
Pero la industria tabacalera en uno de los mercados más lucrativos de la región recibió un fuerte mensaje este mes: la afición de Aquino por encender un cigarro "cuando está bajo estrés" no impedirá que Filipinas se una a la tendencia mundial de desalentar el consumo.
El recién designado secretario de Salud, Enrique Ona, le aseguró a grupos locales anti-tabaco que elevará los impuestos a los cigarrillos, lo que generó esperanzas de una política más dura hacia el sector en este país de 94 millones de habitantes con los gravámenes y precios al por menor más bajos de Asia sudoriental.
La declaración de Ona fue sorpresiva de parte de una oficina gubernamental que ha sugerido frecuentemente que los impuestos al tabaco y al alcohol eran competencia del Departamento de Finanzas, coincidieron expertos en salud.
"Tenemos esperanza en la propuesta del secretario Ona de incrementar los impuestos a 10 centavos de dólar por cigarro, un equivalente de 4,50 pesos filipinos por unidad", afirmó Maricar Limpin, director ejecutivo de la oficina filipina de la Alianza para el Convenio Marco sobre el Control del Tabaco, red mundial de activistas.
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"Los incrementos impositivos al tabaco elevarán los precios de los cigarrillos y ayudarán a reducir la prevalencia del hábito, especialmente entre jóvenes y pobres", añadió Limpin en una declaración tras una reciente reunión del grupo con Ona.
Los impuestos a los productos del tabaco en Filipinas ascienden a 14 por ciento, mientras que en Singapur son de 69 por ciento y en Tailandia de 70 por ciento, los más altos de la región.
Por tanto, mientras un paquete original de Marlboro, producto de Philip Morris, se vende a 8,70 dólares en las tiendas de Singapur y a 2,50 en Tailandia, en Filipinas vale solamente 70 centavos de dólar.
Esto es más barato incluso que en Indonesia, donde el mismo paquete de 20 cigarrillos se comercializa a un dólar, o en Laos, donde se vende a 1,73.
Los bajos precios han permitido que por largo tiempo Filipinas integre la lista de 15 naciones con mayor consumo de tabaco en el mundo. Un informe estimó que 84.000 millones de cigarrillos se fuman cada día en este país.
Vietnam e Indonesia son los únicos otros dos países de la región en esa nómina. Indonesia tiene el más alto número de fumadores, unos 63 millones, esto es, 40 por ciento de los 125 millones de consumidores de tabaco en Asia sudoriental.
Alrededor de 28,3 por ciento de los filipinos mayores de 15 años, más de 24,6 millones, son fumadores, según la organización no gubernamental Health Justice.
El Estudio Mundial de Tabaco en la Juventud de 2007, realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), calculó que entre los fumadores filipinos había cuatro millones de niños y adolescentes de entre 13 y 15 años.
"Nuestra prevalencia de fumadores es muy alta, y ha contribuido a muchas muertes relacionadas con el hábito", dijo Deborah Sy, directora ejecutiva de Health Justice, en conversación telefónica con IPS desde Manila. "Estimamos que cada hora mueren 10 filipinos por enfermedades relacionadas con el tabaco".
En todo el mundo mueren cinco millones de personas todos los días por enfermedades causadas por el tabaco, como cáncer de pulmón, problemas cardiacos y dificultades respiratorias, según la OMS.
Pero el consenso sobre estos datos no significa que será de fácil aprobación una la ley para elevar los impuestos en el Congreso legislativo filipino. "Esta muestra de determinación podría hacer actuar al Congreso, considerando que la legislación sobre impuestos al tabaco de 2004 caduca en 2011", dijo Sy.
"Pero habrá que recorrer un largo camino antes de que se convierta una verdadera política", indicó.
Otro desafío son las agresivas campañas de la industria tabacalera para aprovechar el relativamente libre mercado filipino.
"La industria ha comenzado a concentrarse en las mujeres fumadoras y en los jóvenes de Filipinas para incrementar sus ventas", dijo Joy Alampay, portavoz de Alianza para el Control del Tabaco en Asia Sudoriental.
"Han introducido nuevos sabores para atraer fumadores", añadió.
Alampay dijo que la industria adoptó un "toque femenino", ofreciendo cigarrillos con sabor a menta, añadiendo chocolates y diseñando nuevos paquetes con colores pastel y con motivos florales.
Además, las tabacaleras se jactan de mantener en marcha la economía filipina, brindando empleos a miles de granjeros en el norte del país, donde se cultiva el tabaco.
Philip Morris, que en Filipinas se unió a la local Fortune Tobacco Corporation para crear una nueva compañía que controlará 90 por ciento del mercado, ha demostrado cuán grande puede ser su influencia en el sistema político.
Nada menos que la ex presidenta Gloria Macapagal Arroyo (2001-2010) inauguró una fábrica por 35,6 millones de dólares en la provincia de Batangas en 2003, informó el sitio de noticias de ABS-CBN News. "La elogió por ser una muestra de la confianza de los inversionistas en su administración".