Presidente afgano arremete contra contratistas estadounidenses

La estrategia de Washington en Afganistán quedó entre signos de interrogación luego de que el presidente de ese país, Hamid Karzai, ordenó que todas las empresas estadounidenses de seguridad privada se retiren en un plazo de cuatro meses.

El mandatario denunció que los contratistas conforman "grupos de estilo mafioso", financiados por los contribuyentes de Estados Unidos para llevar a cabo "actividades terroristas" con el apoyo del gobierno de ese país.

De cumplirse, la orden de Karzai probablemente cambiará el paisaje de la seguridad en Afganistán. Algunos críticos sostienen que causará potenciales demoras de muchos proyectos extranjeros y perjudicará la estrategia del comandante de las fuerzas estadounidenses allí, el general David Petraeus.

Instituciones financieras como el Banco Mundial y edificios de embajadas, consulados y organizaciones no gubernamentales estarán exentos de esta norma.

Pero parece claro que la hostilidad de Karzai hacia los contratistas estadounidenses se ve alimentada por su impacto en la política interna afgana. Ataques realizados por aviones estadounidenses teledirigidos han matado a civiles afganos.
[related_articles]
Esto se ha traducido en la hostilidad de los afganos hacia los soldados de Estados Unidos y sus aliados. La estrategia anunciada por Petraeus depende de que los soldados logren proteger a los civiles afganos del movimiento extremista Talibán y mejorar los servicios que reciben del gobierno.

En un hecho relacionado, Xe Services, la empresa privada militar antes conocida como Blackwater Worldwide, acordó con el Departamento de Estado estadounidense (cancillería) pagar 42 millones de dólares en multas por cientos de violaciones de regulaciones para el control de exportaciones de Estados Unidos.

Esto ocurrió luego de enviar armas a Afganistán de modo presuntamente ilegal y entrenar como soldados a civiles de distintas nacionalidades.

Esta última acusación incluye efectuar propuestas no autorizadas para entrenar efectivos en el sur de Sudán y entrenar como francotiradores a policías taiwaneses.

Se señala que la compañía está conforme con el acuerdo, que le permitirá continuar firmando contratos con el gobierno.

Por otro lado, el gobierno de Iraq planea confiscar armas a las firmas extranjeras de seguridad y expulsar a ex contratistas de Blackwater que todavía se encuentran en el país, según el ministro del Interior Jawad al-Bolani.

La decisión se originó en la ira que se apoderó del gobierno iraquí cuando un tribunal estadounidense desestimó los cargos contra cinco guardias de Blackwater Worldwide acusados de matar en 2007 a 14 civiles iraquíes en Bagdad. Los guardias dijeron haber disparado en defensa propia.

El juez sostuvo que había evidencias de mala conducta de la fiscalía. El gobierno de Estados Unidos está apelando el caso. El gobierno iraquí, que le prohibió a Blackwater operar en su territorio, contrató a abogados estadounidenses para demandar a la compañía.

Para muchos iraquíes, la matanza de los 14 civiles se volvió emblemática de la impunidad de la que gozan los contratistas extranjeros en su país luego de la invasión de 2003.

Esa impunidad terminó el año pasado a raíz de un acuerdo de seguridad entre Estados Unidos e Iraq que devolvió la soberanía al segundo.

Durante una aparición el día 22 en el programa "This Week", del canal de televisión ABC, Karzai hizo énfasis en que para fin de año tendrá que haberse retirado la vasta mayoría de los contratistas estadounidenses privados. También dijo que su permanencia dentro de Afganistán es "una obstrucción y un impedimiento" para el crecimiento del país, un derroche de dinero y un disparador de corrupción entre los funcionarios afganos.

"Uno de los motivos por los que quiero que se retiren en los próximos cuatro meses es que su presencia impide el crecimiento y desarrollo de las fuerzas de seguridad afganas —especialmente la policial—, porque si 40 o 50.000 personas reciben salarios más altos que la policía afgana, ¿por qué un afgano se haría policía, si puede conseguir un trabajo en una firma de seguridad, tener mucha flexibilidad sin ninguna disciplina? Así que naturalmente a nuestras fuerzas de seguridad les resultará difícil crecer. Para que nuestras fuerzas de seguridad crezcan, estas organizaciones deben disolverse", agregó.

La propuesta de Karzai contó con un cauto apoyo del senador demócrata John Kerry, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, quien realizó una visita de dos días a Afganistán.

Kerry dijo que era imprescindible una reorganización de la seguridad del país.

"Es del interés (de Karzai) crear su propia capacidad en materia de seguridad lo más rápido posible", señaló Kerry, agregando que eso también le interesa a Estados Unidos. Sin embargo, será necesario discutir el calendario, opinó.

Pero según funcionarios estadounidenses, el ejército y la policía de Afganistán todavía no están listos para asumir los roles que ahora juegan los contratistas privados. En todo caso, la corrupción que Karzai percibe en ellos puede empeorar si se le pide al ejército afgano —al que también se señala como un semillero de corrupción— amplíe ahora sus potestades.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe