MUJERES-ÁFRICA: Rompiendo la brecha en ciencias agrícolas

En una aldea cercana a la ciudad de Kisumi, Kenia, la investigadora Mary Anyango Oyunga se dedica a capacitar a mujeres en algo que siempre han hecho, pero sin la información científica suficiente: cultivar boniatos.

Mary Anyango Oyunga comparte con agricultoras sus hallazgos sobre el boniato. Crédito: Karen Homer
Mary Anyango Oyunga comparte con agricultoras sus hallazgos sobre el boniato. Crédito: Karen Homer
Oyunga les provee a las agriculturas herramientas útiles basadas en las conclusiones de un estudio que publicó en 2009 en la Revista Africana para Alimentación, Agricultura, Nutrición y Desarrollo.

La investigación, según la cual los boniatos anaranjados son extremadamente ricos en vitamina A, ha estado en el dominio científico desde el año pasado, pero recién ahora las mujeres de Kisian conocen su aplicación práctica.

Para Oyunga, la implementación de la investigación es fundamental. "Realizar un estudio es un paso importante. Pero utilizar los hallazgos como herramienta para mejorar la vida de las personas en el terreno lo completa", sostuvo.

Oyunga puede aplicar estos conocimientos gracias a la beca Mujeres Africanas en Investigación y Desarrollo Agrícola (Award, por su acrónimo en inglés), entregada por el Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (CGIAR). El programa premia a científicas según su méritos en 20 disciplinas agrícolas diferentes.
[related_articles]
"Los científicos están al frente de la búsqueda de soluciones para la crisis alimentaria de África. Pero necesitamos urgentemente encarar la brecha de género en nuestra comunidad científica. Necesitamos más mujeres que procuren una carrera en la ciencia agrícola. Porque son las mujeres las que están al frente de la agricultura africana", dijo la vicepresidenta de la Alianza para una Revolución Verde en África, Akinwumi Adesina.

Oyunga es apenas una de las 180 científicas que han ganado la beca de Award.

En Kisian se considera una vergüenza que una mujer no tenga boniatos en su granja. Se trata de un producto muy valorado en esta parte del mundo. La planta es cultivada todo el año y su tubérculo a veces complementa dietas magras.

Oyunga, quien trabaja en el Instituto de Investigación Agrícola de Kenia, transmite las conclusiones de su estudio a las agricultoras. Determiandos tipos de boniatos tienen un valor nutricional importante que es fundamental sobre todo para los niños, señaló.

Estos hallazgos podrían salvar a unos 43 millones de niños y niñas menores de cinco años en África subsahariana con carencias de vitamina A.

Según la Organización Mundial de la Salud, la deficiencia de vitamina A es la principal causa de la mayoría de casos de deficiencias visuales y de un significativo aumento en el riesgo de enfermedades severas, e incluso la muerte, entre niños y niñas

En las embarazadas, la falta de esa vitamina causa ceguera nocturna y puede incrementar el riesgo de mortalidad materna.

Oyunga recibió fondos para popularizar diversas variedades de boniato en la región. Gracias a un plan piloto en el oeste de Kenia, todas las embarazadas que asisten a clínicas públicas reciben un vale con el cual pueden dirigirse a cultivadores para obtener ese producto.

"Si el método logra ser exitoso, entonces lo repetiremos en toda la región de África subsahariana", dijo Oyunga.

"Cuando tu estudio es aplicado especialmente para servir a los pobres rurales, sientes que has creado un puente que la gente usa para cruzar de la pobreza al desarrollo económico. Es extremadamente gratificante", dijo Oyunga.

Un informe divulgado en junio de 2010 por la organización ActionAid International reveló que la pequeña agricultura, en su mayor parte realizada por mujeres, representa 90 por ciento de los cultivos de alimentos en África, y produce aproximadamente la mitad del suministro mundial.

No obstante, mujeres científicas rara vez participan de estudios agrícolas o asumen puestos de liderazgo en ese campo.

Vickie Wilde, directora del programa de Diversidad y Género del CGIAR y fundadora de Award, sostiene que es tiempo de un cambio. "Invertir en las mujeres de África es una inversión inteligente. Pero invertir en mujeres científicas es la mejor apuesta", sostuvo.

Aishatu Bashir Ardo, del norte de Nigeria, es una mujer de tradición musulmana que ha roto barreras culturales para dedicarse a la inseminación artificial de ganado. Es la única mujer en su región que hace un trabajo considerado masculino.

El número de mujeres profesionales en las ciencias agrícolas creció ocho por ciento entre 2000 y 2008, según un estudio.

El sondeo, realizado por Award en sociedad con el centro de estudios Indicadores de Ciencias Agrícolas y Tecnología, indicó que, por su parte, el número de hombres en el sector creció dos por ciento al año.

Aunque la brecha se acorta, la investigación reveló que las mujeres todavía representan menos de un cuarto de los científicos de África que trabajan en investigación agrícola, y ocupan menos de 14 por ciento de los puestos de liderazgo en el sector.

"Las mujeres siempre han jugado un papel central no sólo en la producción de alimentos, sino también asegurando que estos lleguen a la mesa. Por tanto, conocen lo que es bueno para la sociedad", dijo Mukisira.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe