ISRAEL-IRÁN: Entre la amenaza y el bluf

Un artículo del periodista pro-israelí Jeffrey Goldberg en la revista The Atlantic pretende demostrar que el gobierno de Barack Obama debería tomarse en serio el riesgo de que Israel ataque a Irán, a menos que adopte una línea mucho más dura hacia el programa nuclear iraní.

Pero el artículo "The Point of No Return" ("El punto sin retorno") aporta nuevas evidencias de que importantes figuras de la inteligencia y la dirigencia militar israelíes se oponen a tal ataque y creen que la retórica apocalíptica del primer ministro Benjamín Netanyahu sobre la amenaza nuclear iraní es innecesaria y contraproducente.

La nota de Goldberg también revela la extrema sensibilidad israelí ante cualquier medida adoptada por Obama para reclamar públicamente que Israel desista de ese ataque, lo que refleja que el gobierno del Estado judío no podrá seguir adelante con ningún ataque sin que Estados Unidos le garantice su participación directa en una guerra con Irán.

Según Goldberg, un escenario probable para dentro de algunos meses es que los funcionarios israelíes llamen a sus pares estadounidenses para informarles que sus aviones ya van en camino a bombardear centrales nucleares iraníes.

Los israelíes explicarán que no tuvieron otra opción, escribe, porque "un Irán nuclear plantea la amenaza más grave desde (Adolf) Hitler a la supervivencia física del pueblo judío".
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También señala que el "consenso" entre los líderes israelíes actuales y pasados es que es posible que Israel "lance un ataque en julio próximo", en base a entrevistas con 40 de esos dirigentes.

Goldberg es conocido por adherir a una línea neoconservadora en sus artículos sobre Iraq, en particular por su insistir en que Saddam Hussein (quien gobernó ese país entre 1979 y 2003) mantenía vínculos cercanos con la red extremista Al Qaeda, del saudita Osama bin Laden.

En su artículo citó a un funcionario israelí familiarizado con el pensamiento de Netanyahu según el cual "en la Segunda Guerra Mundial, los judíos no teníamos poder para impedir que Hitler nos aniquilara. Mataron a seis millones. Hoy, seis millones de judíos viven en Israel, y alguien los está amenazando con la aniquilación".

Sin embargo, cuando Goldberg lo entrevistó para esa nota, Netanyahu no argumentó que Irán pueda usar armas nucleares contra Israel. En cambio, sostuvo que el movimiento chiita libanés Hezbolá y el palestino Movimiento de Resistencia Islámica (conocido por su acrónimo árabe Hamás) pueden "disparar cohetes y participar en otras actividades terroristas mientras disfrutan de un paraguas nuclear".

Pero Israel depende de las fuerzas convencionales —y no de la disuasión nuclear— en su combate a Hezbolá y Hamás, lo que vuelve la discusión totalmente engañosa.

Goldberg admite que a los generales israelíes con los que habló "les preocupa que hablar de una ‘amenaza existencial’ sea en sí mismo una clase de amenaza existencial al proyecto sionista, que buscó descartar esas amenazas contra el pueblo judío".

Además, varias fuentes le dijeron que el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Gabi Ashkenazi, duda de "la utilidad de un ataque".

Altos funcionarios de la inteligencia israelí y otros responsables de las políticas hacia Irán sostienen desde hace tiempo que la clase de retórica apocalíptica promovida por Netanyahu es contraproducente.

El corresponsal de temas de seguridad Ronen Bergman informó en julio de 2009 en el periódico israelí Yediot Ajronot que el mayor general Aharon Zeevi Farkash, ex jefe de inteligencia militar, dijo que la percepción del público israelí sobre la amenaza nuclear iraní había sido "distorsionada".

Farkash y otros funcionarios de la inteligencia militar y del Mosad (servicio secreto) creen que el principal motivo de Irán para adquirir armas nucleares no fue amenazar a Israel sino disuadir a Estados Unidos de intervenir y de llevar a cabo esfuerzos para lograr un cambio de régimen, según Bergman.

El concepto de que los programas balístico y nuclear de Irán son una "amenaza existencial" para Israel data de principios de los años 90, cuando el Partido Laborista israelí, entonces en el gobierno, basó en él su retórica, señala Trita Parsi en su libro de 2007 "Treacherous Alliance – The Secret Dealings of Iran, Israel and the United States" ("Alianza traicionera: Las negociaciones secretas de Irán, Israel y Estados Unidos").

Irónicamente, fue Netanyahu quien decidió dejar de usar esa retórica en su primer gobierno (1996-1999). El director de inteligencia del Mosad, Uzi Arad, lo convenció de que Israel podía elegir entre ser enemigo de Irán o permitir que ese país se centrara en las amenazas de otros estados.

Sin embargo, retomó ese discurso cuando se convenció de que Teherán estaba buscando acercarse a Washington, por temor a que Estados Unidos redujera su apoyo a Israel, dice Parsi.

Ahora, funcionarios del gobierno de Netanyahu utilizaron a Goldberg para transmitirles a los estadounidenses el mensaje de que no creen que Obama lance un ataque contra Irán, y que por lo tanto Israel tendría que hacerlo.

Goldberg alude apenas vagamente a la posibilidad de que la amenaza de un ataque a Irán sea una estrategia diseñada para manipular tanto a ese país como a Estados Unidos. Sin embargo, en un artículo de marzo de 2009 en el sitio web de The Atlantic, admitió que las amenazas de Netanyahu podrían ser "un bluf tremendo".

* Gareth Porter es un historiador y periodista de investigación especializado en la política de seguridad nacional de Estados Unidos. Su último libro, "Perils of Dominance: Imbalance of Power and the Road to War in Vietnam" (Peligros del dominio: Desequilibrio de poder y el camino hacia la guerra en Vietnam), se editó en 2006.

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