El palestino Ahmed Abu Fuad necesita quimioterapia porque tiene cáncer, Mohammad Subeh debe realizarse un transplante ocular y al paramédico Alaa Sarhan deben extirparle de urgencia una metralla del cuerpo. Ninguno puede salir y atenderse fuera de Gaza, y no a causa del sitio israelí.
Cientos de gazatíes padecen las disputas entre Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica), que controla Gaza, y Fatah, autoridad en Cisjordania.
La entrega de pasaportes se volvió un arma del conflicto político.
La partera Fiza Zaanin, integrante del Consejo Beit Hanoun, en el norte de Gaza, ganó un premio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por su labor con mujeres, niños y niñas en el ataque israelí de diciembre de 2008 a enero de 2009 contra ese territorio palestino en el que murieron por lo menos 1.400 personas, la mayoría civiles.
Las autoridades israelíes le dieron a Zaanin un permiso para cruzar por el puesto fronterizo de Erez y participar en un curso en Jerusalén oriental. Pero no puede viajar a Estados Unidos a recibir el premio porque la Autoridad Nacional Palestina (ANP), controlada por Fatah en Ramalah, le niega el pasaporte debido a que el Consejo tiene vínculos con Hamás.
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Antes de que el Movimiento de Resistencia Islámica se arrogara el control de Gaza por la fuerza, en junio de 2007, el Registro de Población Palestina de la franja funcionaba en el Ministerio del Interior, con dependencias en ambos territorios palestinos, bajo el gobierno de unidad.
Pero cuando Hamás expulsó a Fatah de Gaza, la oficina de registro de pasaportes se mudó a Ramalah. Los servicios de inteligencia del presidente de la ANP, Mahmoud Abbas, examinan las solicitudes antes de entregar un documento por razones de seguridad, que no es más que una investigación de la afiliación política del aspirante.
Se necesitan 10.000 pasaportes al mes, señaló Ihab al Ghussein, representante del Ministerio del Interior en Gaza, al periódico israelí Haaretz. La lista de espera tiene más de 100.000 solicitudes urgentes, añadió.
Las autoridades de Ramalah recibieron hace unos años 300.000 pasaportes en blanco de Francia, donde se imprimen.
El Ministerio sólo envío 2.000 a Gaza, según funcionarios de Hamás, y 1.000 llegaron a mediados de 2008. Desde entonces, la ANP se niega a incluir a la franja en su cuota de pasaportes en blanco, añadió.
Pero la Comisión Palestina Independiente de Derechos Humanos, con sede en esta ciudad, y vinculada a la ANP, niega esa versión. Miles de pasaportes se envían a Gaza, incluida la cuota de este año, aseguró.
El hecho incuestionable es que faltan pasaportes.
Las autoridades gazatíes resolvían el problema ampliando la fecha de vencimiento de los pasaportes. Pero sus contrapartes en Ramalah respondieron entregando documentos de otro color, con diferente papel y con una validez de cinco años, en vez de tres.
Al no haber vías de comunicación oficiales entre ambos territorios palestinos, las agencias de viaje aprovecharon para ofrecer servicios de traslado de pasaportes a un precio sumamente elevado, fuera del alcance de la empobrecida población gazatí.
Incluso las personas que logran completar los trámites y obtener su pasaporte pueden perderlo porque funcionarios de Hamás se lo confiscan en los puestos fronterizos con Egipto e Israel.
"Las autoridades de Hamás impidieron que decenas de activistas de Fatah salieran de Gaza confiscándoles sus pasaportes. En muy pocos casos los devolvieron después de nuestra intervención, pero la mayoría, no", dijo a IPS Mahmoud Abu Rahma, de la organización de derechos humanos Al Mezan, con sede en ese territorio palestino.
En otros casos, el Ministerio de Interior confundió a miembros de Fatah con integrantes de Hamás. Tras verificar sus contactos con la ANP pudieron convencer a los servicios de inteligencia de su afiliación política y los pasaportes fueron entregados.
Al Mezan y otras organizaciones de derechos humanos que trabajan en los territorios palestinos protestaron ante las autoridades de Gaza y de Cisjordania.
"Escribimos al canciller de la ANP, Salaam Fayad, en Ramalah, explicándole que negarse a entregar pasaportes es ilegal y una infracción a la legislación palestina. También reclamamos al Ministerio del Interior de Gaza para que entregara los documentos confiscados", indicó Abu Rahma.
"Normalmente no nos responden, ni explican nada", añadió.
La periodista de Haaretz Amira Hass consultó al Ministerio del Interior de la ANP sobre si es el servicio de inteligencia que autoriza la entrega de pasaportes. La respuesta fue evasiva e indirecta.
"La actitud tiene claros fines políticos", sostuvo Abu Rahma.
"Los dos partidos sostienen que se niegan o confiscan pasaportes por cuestiones de seguridad, pero es obvio que es un arma política tanto para Hamás como para Fatah y que la población común sufre, una vez más, las consecuencias", añadió.