Demoledoras inundaciones en Pakistán obligan a empezar de cero

«Nadamos todo el día para evitar que la corriente se llevara a mujeres y ancianos», relató Shahid Ali, de 27 años, del distrito de Charsadda, en el noroeste de Pakistán, gravemente perjudicado por las lluvias del monzón.

Cinco nadadores locales rescataron "18 personas, ocho mujeres y seis niños y niñas", relató, al describir una de las tantas historias de lucha contra uno de los peores desastres naturales que se recuerde en Pakistán.

Las inundaciones son comunes en este país en la temporada del monzón, pero este año las precipitaciones superaron los 300 milímetros en algunas zonas, como la provincia de Jiber Pajtunjwa, donde está el distrito de Charsadda.

Las lluvias se concentraron entre el 26 de julio y el martes, y la temporada no ha terminado.

El promedio de lluvias fue de 160 milímetros, por encima del habitual de 137 para esta temporada, señaló el servicio de meteorología.
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La región más afectada fue el noroeste del país. El caudal de los ríos aumentó y desbordaron en el sur, lo que perjudicó a Punjab, la provincia más poblada de Pakistán.

"Las pérdidas son enormes", se lamentó Rahima Bibi, del distrito de Nowshera. ¿Dónde vamos a ir aunque pare la lluvia? El agua se llevó nuestros hogares y otras pertenencias, como ganado y cultivos", añadió la abuela de 58 años, quien tiene tres nietos desaparecidos.

El maestro Javid Jan, de Charsadda, hace tres días que no ve a su hermano menor.

Las lluvias incesantes sumergieron vastas áreas, destruyeron casas, puentes, cultivos y sistemas de irrigación. Ahora también preocupa la falta de agua potable y la posible propagación de enfermedades derivadas de su contaminación.

El gobierno de Jiber Pajtunjwa pide ayuda a la comunidad internacional, pero mientras se las arregla con recursos locales.

Las pérdidas ascienden a más de 2.000 millones de dólares. Más de 1.500 personas murieron y tres millones quedaron sin hogar, señaló el ministro de Información de la provincia, Mian Iftijar Hussain. Pero las cifras pueden aumentar debido a las dificultades para actualizar los datos.

"Pedimos a la comunidad internacional que nos ayude en esta situación apremiante. Sólo Estados Unidos prometió 10 millones de dólares. Por su parte, los países islámicos permanecen callados", dijo a IPS.

Las familias desplazadas se refugiaron en escuelas de Peshawar, Mardan, Charsadda y Nowshera.

Especialistas en gestión de desastres la propagación de enfermedades, en especial diarrea, dada las condiciones insalubres y de hacinamiento en que viven las personas desplazadas.

"Instalamos un hospital provisorio en el Instituto Politécnico de Nowshera porque el estatal quedó sumergido", señaló Syed Jaffar Hussain, asesor de la oficina del mediterráneo oriental, de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Hay más de 4.000 personas, de las 15.000 que consultaron al médico, con diarrea aguda, informó el director general del hospital, Sajid Shaheen. "Puede convertirse en una epidemia si no se toman medidas preventivas de inmediato", añadió.

Se enviaron 1,2 millones de pastillas potabilizadoras a los distritos más afectados, señaló el responsable de operaciones de la OMS, Saeed Akbar Jan.

Distritos como el Shangla y Swat están aislados desde el martes por las malas condiciones climáticas y la escasez de helicópteros y barcos. Es difícil realizar rescates y distribuir suministros, indicaron funcionarios.

Miles de personas quedaron atrapadas en los valles de la división de Malakand, informó el ministro jefe de Jiber Pajtunjwa, Ameer Haider Jan Hoti, y unas 1.100 pudieron ser rescatadas de otras localidades con botes y helicópteros.

"La principal prioridad del gobierno es evacuar a las personas varadas y distribuir alimentos a las familias que debieron abandonar sus hogares", declaró Hoti en la capital provincial de Peshawar.

"Actuamos de inmediato para brindar asistencia psicológica a la gente porque sufrieron pérdidas enormes y pueden padecer estrés postraumático", explicó Hussain.

"Sufrimos el peor desastre natural de nuestra historia. La provincia retrocedió casi 50 años", se lamentó Hoti.

"¿Dónde están las organizaciones no gubernamentales, el gobierno y las agencias de las Naciones Unidas? La gente está desesperada por tener alimentos, refugio y medicamentos", señaló Juma Raz, agricultor de Charsadda.

"El agua se llevó mi casa y mi huerto. Tenemos que empezar todo de cero. Perdimos todo", farfulló con lágrimas en los ojos.

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