El gobierno estadounidense de Barack Obama tiene sus dudas sobre la decisión tomada por un comité del Congreso legislativo de congelar la asistencia militar otorgada a Líbano, tras su enfrentamiento de la semana pasada con Israel.
En el incidente murieron dos soldados y un periodista libaneses y un oficial israelí.
El presidente del Comité de Asuntos Extranjeros de la Cámara de Representantes, Howard Berman, anunció el lunes la suspensión de la asistencia militar de Estados Unidos a Líbano ante la posibilidad de que Israel fuera atacado con armas compradas con fondos estadounidenses.
Berman empleó un recurso legislativo del Comité para congelar una partida de 100 millones de dólares ya otorgada al ejército de Líbano.
"Hasta que no sepamos más sobre el incidente y la naturaleza de la influencia de Hezbolá sobre el ejército libanés ni podamos asegurar que la fuerza regular actúa de forma responsable, no puedo permitir a conciencia que Estados Unidos siga enviando armas a Líbano", reza una declaración difundida por Berman.
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El movimiento chiita libanés Hezbolá (Partido de Dios) se enfrentó con Israel en 2006 y se presume que logró acumular un arsenal considerable, con ayuda de Irán y Siria.
Berman contó con el apoyo de los representantes Nita M. Lowey, Howard P. McKeon y Eric Cantor para suspender la asistencia militar. También propusieron revisar las condiciones bajo las cuales se entrega.
A algunos miembros del Congreso les preocupa el ataque del ejército libanés contra soldados israelíes que podaban un árbol en la frontera. Pero la Casa Blanca, así como numerosos especialistas en Medio Oriente, se pregunta si con el recorte asistencial no se fortalece a Herzbolá y se debilita la capacidad del gobierno para controlar a combatientes del Partido de Dios.
"Creemos que apoyar al gobierno y al ejército libanés está dentro de nuestros intereses de contribuir a la estabilidad de la región", declaró el martes el portavoz del Departamento de Estado (cancillería), P. J. Crowley.
La asistencia a Líbano ayuda a contener la influencia iraní en ese país y a fortalecer la soberanía de Beirut, explicó.
"Creemos que la solución para que Líbano maneje a un elemento armado como Hezbolá es, de hecho, mejorar su capacidad y profesionalizar al ejército para que pueda ampliar su mandato a ámbitos no controlados por el gobierno", añadió Crowley.
"Si alguien quiere ayudar al ejército sin restricciones ni condiciones es bienvenido", respondió el miércoles el ministro de Defensa de Líbano, Elias Murr.
"Pero los que otorguen asistencia condicionada a que Líbano no proteja su territorio, a su población o su frontera de Israel que se la queden, o se la den" al estado judío, dijo Murr a Associated Press.
De hecho, la decisión del Congreso ofreció una oportunidad a Irán, que trató de ejercer su influencia sobre Líbano ayudando a Hezbolá, para luego ampliar sus relaciones con el gobierno.
Irán ofreció el miércoles ayuda a Líbano. El presidente de la República Islámica, Mahmoud Ahmadineyad, tiene previsto viajar a Beirut en septiembre.
Cortar la asistencia a Líbano no hará más que debilitar al ejército, fortalecer a Hezbolá, disminuir el control del gobierno en el sur, dominado por los chiitas, y aumentar su dependencia respecto de Teherán, escribió en su blog Juan Cole, especialista en Medio Oriente y profesor de la Universidad de Michigan.
"En cambio, si Estados Unidos ayuda discretamente al ejército libanés, de alguna forma, eclipsará a Hezbolá. No es deseable que la fuerza regular asuma una postura contra el Partido de Dios ni que lo ataque", indicó.
"Pero a mediano plazo, un ejército más fuerte podrá imponer su prerrogativa. Y es mejor que esté cerca de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), y no de Irán", concluyó Cole.
Líbano criticó algunas veces la lentitud con la que llega la asistencia estadounidense. La última vez fue en 2007 cuando el ejército luchó tres meses contra combatientes sunitas para expulsarlos de un campamento de refugiados palestinos.
Estados Unidos ha entregado 720 millones de dólares al ejército libanés desde 2006, la que incluyó vehículos militares, armas ligeras, dispositivos de visión nocturna y capacitación.
El Departamento de Estado se esforzó por disipar todo indicio sobre la posibilidad de haber tenido un papel en la escaramuza de la semana pasada en la frontera entre Israel y Líbano.
"No hay indicios de que nuestros programas estén implicados en el incidente. Seguiremos discutiendo nuestra asistencia a Líbano con los líderes del Congreso", declaró Crowley.