La política de un hijo por pareja, implementada en China en 1979 para controlar el crecimiento de población del país, tiene consecuencias insospechadas en la relación entre padres e hijos.
Fang Xin le declaró la guerra a sus padres hace 14 años. Ella hizo todo lo contrario a lo que ellos querían.
Se negaba a mirar la televisión estatal. No comía con sus padres. Eligió la carrera que quiso, sin importar el deseo de sus padres y se fue a estudiar lejos de su casa.
Fang dio la última batalla el año pasado cuando sus padres quisieron que tuviera un hijo.
La historia de la mujer de 28 años, relatada por el periódico Southern Weekly, de Guangzhou, no es nada rara en China.
[related_articles]
Los jóvenes nacidos en los últimos 30 años rechazan la autoridad de sus padres, que está arraiga en fuertes valores tradicionales.
Los grupos que se han formado en Internet "contra los padres" concentran a muchos de ellos. Uno de los más populares es douban.com, cuyo eslogan es "los padres son veneno". Tiene más de 12.000 miembros.
"Creció muy rápido. Estoy muy sorprendido. Al principio había unas 20 personas", dijo el responsable del foro, Zhang Kun, en entrevista con Radio China Internacional.
Entre los temas tratados está la cuestión de cómo pueden hacer los hijos para no replicar las "vidas fallidas" de sus padres y como "luchar contra" ellos.
El foro fue creado en enero de 2008 con el objetivo de "ser filial, protestar contra la pedantería, la ignorancia, las restricciones y la persecución de los padres", según el estatal Diario del Pueblo.
La iniciativa es un rechazo a la crianza autoritaria, una de las consecuencias no buscada de la política de hijo único, según especialistas, concebida para limitar el explosivo crecimiento de la población en este país de más de 1.3000 habitantes.
Muchos padres vuelcan sus esperanzas y sus sueños sobre los hombros de sus solitarios hijos. Cada vez son más los que se sienten ahogados por la presión que soportan en una sociedad diferente a la de cuando sus mayores eran pequeños.
Eso, sumado al fuerte papel que, culturalmente, tienen los padres en la cultura china, se volvió una carga demasiado pesada para muchos integrantes de una generación cada vez más independiente en este país de 1.300 millones de habitantes, explican especialistas en educación.
"La tradicional relación entre padres e hijos es que los mayores tienen un poder absoluto sobre sus hijos", dijo a IPS Tao Hongkai, especialista de la Universidad Normal de Huazhong.
"Los chinos piensan que sus hijos deben hacer lo que ellos quieran porque les dieron la vida", apuntó.
La juventud china tiene nuevos valores. Hay pruebas de ello en todas partes, por ejemplo la serie de protestas en fábricas de empresas extranjeras, precisó.
"Los jóvenes no quieren vivir la vida que sus padres les tienen preparada y que los quieren obligar a aceptar", explicó Tao.
Pero los hijos únicos dependen totalmente de sus padres y por eso se revelan, apuntó.
"Carecen de independencia económica y mental porque fueron malcriados. La mayoría de ellos no tienen dinero hasta que no se gradúan y muchos viven con sus padres incluso después", añadió Tao.
Bai Cai es uno de los miembros del foro. Tiene 22 años y siente que fue una "víctima patética de sus padres", quienes lo obligaron a practicar caligrafía, "inútil" en la era de la informática, según él.
Quería especializarse en inglés, pero sus padres lo obligaron a que lo hiciera en chino. Cuando quiso crear su propia compañía de computación, lo acusaron de ser adicto a Internet y lo presionaron para que fuera profesor en Beijing.
Pero se hartó. Sin importar la opinión de sus padres, Bai se mudó a la oriental ciudad de Hangzhou para trabajar en una empresa de tecnología de la información.
"Los padres no saben nada", escribió Bai en el foro. "Son escépticos, hasta negativos, respecto de nuestras actitudes y hasta de nuestras decisiones. ¿Si ellos no son un desastre para sus hijos, entonces quién lo es?"
Sanar la relación entre padres e hijos en China requerirá un enorme cambio social. Hay que mejorar la comunicación entre ellos y ampliar la autonomía de los más jóvenes, indicó Yang Yang, subdirector de la Facultad de Políticas y Gestión Pública, de la Universidad de Derecho y Ciencias Políticas.