La circulación se mantiene muy restringida en Rafah, casi dos meses después de que Egipto anunció la reapertura de la frontera con el territorio palestino de Gaza.
"Sólo pasan personas y algunos suministros médicos", dijo a IPS el periodista Hatem el-Buluk, residente de Al Arish, 40 kilómetros al oeste de Rafah. "El resto, alimentos y materiales de construcción, debe ingresar por los cruces controlados por Israel".
El puesto de control de Rafah es el único fuera de la órbita israelí.
El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, informó el 1 de junio que habilitaría la circulación de suministros humanitarios de forma "indefinida".
El sorpresivo anuncio siguió al violento abordaje de las fuerzas israelíes de uno de los barcos de la flotilla humanitaria que pretendía llegar a la costa de Gaza. La operación del 31 de mayo terminó con nueve activistas turcos muertos.
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Egipto se niega a abrir la frontera hasta que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que controla Gaza desde 2007, firme un acuerdo de "reconciliación" con su opositor, partido laico Fatah.
El partido del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, cuenta con respaldo de Estados Unidos.
Unos 37.000 gazatíes ingresaron o salieron del territorio palestino después del 1 de junio, según fuentes oficiales. La mayoría son estudiantes, pacientes y trabajadores extranjeros.
La marina israelí obligó a un barco libio con 2.000 toneladas de suministros humanitarios con destino a Gaza a atracar en Al Arish a mediados de este mes. La carga se trasladó al cruce de Rafah. Setecientas toneladas de implementos médicos pudieron ingresar al territorio palestino.
El resto, la mayoría productos alimenticios, debieron enviarse al cruce de Kerem Abu Salem, en la frontera entre este país e Israel.
Hubo varios intentos en junio de enviar suministros humanitarios a Gaza, por lo general promovidos por organizaciones o partidos egipcios de oposición, como la Hermandad Musulmana. El resultado fue el mismo. Los implementos médicos pasaron por Rafah, pero el resto debió enviarse por Kerem Abu Salem o por Al Auja, 10 y 50 kilómetros al sur de esa ciudad de la península del Sinaí.
"Hicimos todo lo posible por pasar toda la carga por Rafah, pero las autoridades fueron inflexibles", dijo a IPS el parlamentario Hamdi Hassan, de la Hermandad Musulmana, quien acompaño uno de los convoyes hasta la frontera.
"Las personas y los implementos médicos pudieron pasar, pero el resto debió ir hasta Al Auja", apuntó.
Desde que cerró el cruce en 2007, después de que Hamás se arrogara por la fuerza el control de Gaza, tras ganar las elecciones legislativas de 2006, Egipto insiste en que sólo reabrirá Rafah bajo los términos del acuerdo entre Israel, la ANP y la Unión Europea (UE), de 2005.
El pacto, del que Egipto no es signatario, prevé que la ANP controle el lado gazatí de Rafah y que observadores de la UE controle el tránsito.
"Las autoridades egipcias esgrimen el acuerdo de 2005 para no reabrir Rafah", señaló Al Buluk. "Pero el hecho de que ahora haya reabierto el cruce, al menos de forma parcial, prueba que puede hacerlo cada vez que quiera, con voluntad política", apuntó.
"El cruce de Rafah es una gran terminal que puede albergar todo tipo de productos y personas", añadió.
El jefe de redacción del opositor Al Dustour, Ibrahim Eissa, acusó al gobierno egipcio de poner en práctica las políticas israelíes en la frontera y de impedir el ingreso a Gaza de alimentos y materiales de construcción, que tanto necesitan los palestinos.
La infraestructura gazatí sufrió un duro golpe tras la Operación Plomo Fundido, lanzada por Israel contra Gaza, de fines de 2008 a principios de 2009.
"Cuando Israel decide impedir el pasaje de cemento y acero, Egipto pone en práctica la decisión", indicó Eissa, "Y cuando el estado judío, a raíz de la creciente presión internacional, deja pasar parte de los materiales, este país hace lo propio", añadió.
"Estados Unidos e Israel se las ingeniaron para limitar el papel de Egipto en la región para que la operativa en el cruce de Rafah sirva a sus intereses", se lamentó.
"El Cairo urge públicamente a Israel a levantar el sitio sobre la franja de Gaza, en tanto mantiene su frontera cerrada" a productos y equipos que necesita la población palestina, criticó Eissa.
El Cairo puede abrir Rafah de forma incondicional "cuando quiera", señaló Hassan, de la Hermandad Musulmana.
"El gobierno egipcio debe respetar la opinión pública árabe y reabrir la frontera al cruce de personas y mercancías, en vez de seguir las disposiciones israelíes", sostuvo.
Israel clausuró los seis cruces fronterizos con la franja de Gaza tras la victoria de Hamás en las elecciones legislativas de 2006. Egipto, por su parte, cerró el suyo al año siguiente, lo que dejó totalmente aislados a los 1,5 millones de palestinos.