El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, criticó este jueves la «errada» ley migratoria de Arizona y llamó a la oposición a apoyar una reforma que rija en todo el país.
La reforma migratoria se ha vuelto un tema acuciante en Washington, dado que estados individuales han aprobado sus propias leyes al respecto.
El 23 de abril, el sudoccidental Arizona aprobó la norma SB 1070, que considera delito la permanencia de extranjeros sin permiso y faculta a la policía estadual a detenerlos ante la "sospecha razonable" de que no tengan autorización de residencia.
"Estados como Arizona han decidido tomar el asunto en sus propias manos. Dados los niveles de frustración en todo el país, esto es comprensible. Pero también está errado", dijo Obama en el discurso que pronunció en la American University, en Washington DC.
Muchos críticos opinan que la ley de Arizona alentará la elaboración de perfiles raciales.
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"Estas leyes también tienen el potencial de violar los derechos de ciudadanos estadounidenses inocentes, así como de residentes legales, sometiéndolos a posibles detenciones o interrogatorios por cómo lucen o cómo hablan", planteó Obama.
Hace dos semanas, la secretaria de Estado (canciller) Hillary Clinton dijo a la televisión ecuatoriana que el gobierno de Estados Unidos apelará la ley de Arizona, pero el gobierno no hizo más anuncios sobre esa acción judicial.
Organizaciones preocupadas por las implicancias de esa ley sobre los derechos civiles de los inmigrantes latinoamericanos en ese estado recibieron con beneplácito las declaraciones de Obama.
"El discurso del presidente llega en un momento crucial: tenemos una crisis de derechos civiles en nuestras manos debido a la inacción federal en materia de inmigracón. Él comprende que la solución ( ) radica en Washington, no en Phoenix", dijo la activista Janet Murguía, en alusión a la capital de Arizona.
"Pero con un discurso no alcanza, y éste no marcará una diferencia si el presidente no ( ) presiona a ambos partidos en el Congreso (legislativo) para hacer avanzar un proyecto de ley", agregó Murguía, presidenta del Consejo Nacional de La Raza, una organización que defiende los derechos civiles de los inmigrantes latinoamericanos.
Ya en el pasado Obama se manifestó en contra de la nueva ley. Pero ante la inminencia de las elecciones legislativas de mitad de periodo, que se realizarán en noviembre, la Casa Blanca se muestra más ansiosa por frenar las críticas en cuanto a que el Partido Demócrata es laxo en materia de seguridad e inmigración.
En mayo, la Casa Blanca anunció que enviaría 1.200 efectivos de la Guardia Nacional a patrullar la frontera con México, a raíz de presiones tanto de republicanos como de demócratas para intensificar la seguridad fronteriza y aumentar el financiamiento al combate del narcotráfico.
En su discurso de este jueves, Obama advirtió que la falta de una reforma migratoria federal está acarreando políticas inconsistentes, lo que se refleja en que estados individuales aprueben sus propias leyes en este sentido.
"Todos sabemos que se necesita un estándar nacional claro" en temas de inmigración, dijo.
Obama llamó a los parlamentarios republicanos a unirse a los demócratas para aprobar esa reforma, dado que sin esos votos esto no se logrará.
El presidente aprobó los intentos de los senadores Charles Schumer y Lindsey Graham de formar una comisión bipartidaria para abordar la reforma migratoria. Pero observó que algunos republicanos que apoyaron esa iniciativa en el gobierno de George W. Bush (2001-2009) ahora se oponen a la propuesta de los demócratas por motivos partidarios.
Obama se comprometió con una reforma que mejore la seguridad fronteriza pero preserve la historia de Estados Unidos como "nación de inmigrantes".
En el centro de este polémico asunto está la cuestión de qué hacer con los 11 millones de trabajadores indocumentados que actualmente viven en Estados Unidos.
Obama fue categórico al afirmar que ni las deportaciones masivas ni una amnistía masiva son soluciones aceptables.
Además de que eso sería inviable y muy costoso, de seguir esas opciones "se rompería el tejido mismo de esta nación, porque los inmigrantes que están aquí ilegalmente" ahora son parte intrínseca de ese tejido, agregó.
Durante la campaña electoral, Obama prometió que aprobaría una reforma migratoria a comienzos de su mandato. Parece cada vez más improbable que lo logre antes de los comicios de mitad de periodo, aunque el discurso de este jueves colocó el tema entre las prioridades de la agenda política de los demócratas.