«Somos civiles, no tenemos armas, necesitamos ayuda para las personas, por favor no ataquen», repetía una desesperada voz femenina, amplificada por un megáfono sobre el ulular de sirenas, en uno de los barcos de la flotilla humanitaria que se dirigía al territorio palestino de Gaza.
La embarcación Mavi Marmara se llevó la peor parte del ataque israelí del 31 de mayo, que dejó varias personas muertas y heridas.
La cineasta brasileña-estadounidense Iara Lee, quien iba en el barco, logró filmar una hora y conservar las imágenes de lo ocurrido y las mostró el jueves en la sede de las Naciones Unidas en esta ciudad.
Lee, quien pertenece a la organización Culturas de la Resistencia, se propone difundir públicamente el material para que la gente saque sus propias conclusiones.
El documento fílmico empieza antes del ataque. Se pueden ver a varios pasajeros entonando cantos religiosos y a otros rezando arrodillados. Luego se ven personas heridas, otras con palos de metal y hondas apuntando a los helicópteros que sobrevuelan la embarcación.
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Cuando los responsables se dieron cuenta de que se acercaban los buques israelíes, trataron de cambiar el rumbo del Mavi Marmara para evitar una confrontación, indicó Lee.
"No estábamos preparados mentalmente. Pensamos que seríamos insultados o nos dispararían en el pie", añadió.
Ambos bandos sostienen que las imágenes del otro fueron modificadas o editadas para defender su versión de los hechos.
El gobierno israelí difundió imágenes amañadas para sustentar el relato de los soldados que participaron en el ataque, quienes alegan que fueron golpeados con barras de metal y sillas.
Por su parte, la agencia de noticias Reuters sostuvo que fue un error de edición involuntario el corte de una toma en que se puede ver a un pasajero con un cuchillo y a un soldado herido.
Los efectivos israelíes arguyen que actuaron en defensa propia y, los activistas de la flotilla humanitaria que no hicieron nada para provocar la violencia y que no tenían armas mortales. La filmación de Lee parece confirmar ambos relatos.
El estadounidense Edward Peck, crítico de la política de Washington hacia Israel, estaba entre los pasajeros como miembro del Movimiento por una Palestina Libre. El ex diplomático, testigo de los hechos, dijo a IPS que tenía previsto realizar una resistencia pasiva. "No creo que nadie pensara que se derramaría sangre", indicó.
"No sé si alguien tenía", señaló Peck, al ser consultado sobre la posibilidad de que algunas personas llevarán algún tipo de arma. "Algunos pasajeros dirán que se justificaba su uso. La fuerza israelí no vaciló y fue aplastante", añadió.
Las autoridades israelíes confiscaron grabaciones de audio e imágenes tomadas por las decenas de periodistas que acompañaban a los activistas para cubrir el intento de romper el bloqueo impuesto por el estado judío contra Gaza en 2007, después de que Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica) se arrogara el control del territorio por la fuerza y expulsará a la Autoridad Nacional Palestina.
Hamás obtuvo la mayoría en las elecciones legislativas de enero de 2006.
En las imágenes captadas por Lee se puede ver a una persona que arrebata documentos a un soldado israelí que, según ella, era una lista pasajeros de renombre. Había fotografías del parlamentario sueco y arzobispo retirado de Jerusalén, Hilarion Capucci.
Quizá era una lista de personas que no podían resultar heridas, especuló la cineasta.
La flotilla humanitaria llevaba unos 700 pasajeros, entre los que había 60 periodistas.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidió una "investigación rápida, creíble, imparcial y transparente" con participación de la comunidad internacional.
Ban consultó a sus asesores sobre la posibilidad de que los soldados israelíes hubieran infringido la Convención para el Derecho del Mar, pero no divulgó ninguna declaración al respecto.
El gobierno israelí todavía no dio el visto bueno a una investigación con esas características y las negociaciones continúan. Las Fuerzas de Defensa Israelíes se reservan el derecho de cuestionar a sus efectivos, de acuerdo al protocolo que rige a todos los ejércitos.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, divulgó una declaración invocando ese derecho.