La asistencia al comercio puede ayudar a los pequeños pescadores africanos a cumplir con los estándares internacionales en materia de medidas sanitarias y fitosanitarias.
Los productos pesqueros de los países de África, el Caribe y el Pacífico deben cumplir con estándares de calidad y con requisitos sobre su procedencia, según Yann Yvergniaux, de la Coalición de Acuerdos de Pesca Igualitaria (CAPE, por sus siglas en francés), una organización no gubernamental, con sede en Bruselas, que impulsa una reforma de la política de la Unión Europea (UE).
"La forma de hacer frente a la situación es garantizar un máximo de valor agregado. Menos pesca y más ganancias es el eslogan para obtener más réditos socioeconómicos", indicó Yvergniaux.
La UE es el mayor mercado pesquero del mundo.
Se puede dar un mayor valor agregado a los productos pesqueros de África, señaló Dick Nyeko, secretario ejecutivo de la Organización Pesquera del Lago Victoria, organización intergubernamental que gestiona los recursos lacustres.
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El mayor lago de África es compartido por Kenia, Uganda y Tanzania. La industria pesquera asciende a 600 millones de dólares al año, 350 millones de los cuales proceden de las exportaciones. La actividad es el sustento de dos millones de personas y permite alimentar a 22 millones.
"Los pescadores de pequeña escala pueden participar en el mundo globalizado si atienden los requisitos del mercado internacional, como etiquetar los productos y tomar medidas sanitarias y fitosanitarias", sostuvo Nyeko.
"La mayoría de las naciones en desarrollo deben lidiar con las normas. Pero se pueden cumplir, llegando primero y trabajando duro", apuntó.
Invitado por el Centro Internacional para el Desarrollo Sostenible y el Comercio, Nyeko relató el 16 de este mes en Ginebra su experiencia como responsable de la autoridad ugandesa encargada de la salubridad de los productos de exportación durante la prohibición impuesta por la UE a la perca del río Nilo, a fines de los años 90.
Uganda se vio muy perjudicada por dos prohibiciones de la UE.
La primera, en 1997, obedeció a que, según dijeron los europeos, encontraron salmonela en los productos del Lago Victoria y por un brote de cólera en África oriental.
Pero la disposición, levantada en 1998, no se basó en análisis científicos, sino en "la falta de medidas tomadas por la autoridad competente para controlar el brote de cólera", según la UE.
La segunda, y más prolongada, prohibición fue implementada en abril de 1999, cuando Uganda comunicó a la UE que no podía garantizar el estado sanitario de los peces.
La disposición, levantada en agosto de 2000, cuando la UE reconoció que se habían implementado las medidas necesarias para garantizar el estado de los productos pesqueros y Uganda logró el certificado de exportación al bloque.
Las barreras de tipo no comerciales son uno de los principales obstáculos para las exportaciones africanas. Los requisitos en materia de salubridad son de los más difíciles de alcanzar.
El acuerdo de la Organización Mundial del Comercio sobre medidas sanitarias y fitosanitarias permite a los países fijar estándares para garantizar la seguridad del estado sanitario y la vida de plantas, animales y humanos.
Las medidas deben "basarse sobre principios científicos" y no ser una restricción disfrazada para el comercio internacional.
El acuerdo prevé disposiciones especiales y diferenciadas para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse a las normas.
"Cuando la prohibición de la perca del Nilo en 1999, se suponía que sería una medida temporal, pero ¿quién cargó con el peso de la prueba? Los países de África oriental", se lamentó Nyeko.
Con ayuda de los donantes y mucho trabajo, Uganda logró revertir la situación. Los países pobres pueden lograrlo, aunque con equipamiento diferente al de las naciones ricas.
"Tenemos canoas, no del nivel de las grandes embarcaciones, pero con los mismos estándares de higiene", sostuvo Nyeko.
"Las canoas son fáciles de usar y pueden llevar hielo. No creo lo que dicen algunas naciones en desarrollo de que no pueden cumplir con los estándares internacionales. Uganda, Kenia y Tanzania crearon laboratorios, públicos y privados, y pueden cumplir los requisitos de certificación y exportaciones internacionales", añadió.
Mauricio es otro país del Mercado Común de África Oriental y Austral (Comesa) que armonizó sus normas con las internacionales.
"Pequeño o grande siempre querrás subir en la cadena de calidad", señaló Tanya Prayag-Gujadhur, segunda secretaria de la misión permanente de Mauricio en Ginebra. Ese país peleó por asistencia para el comercio, pero no sólo para infraestructura sino para alcanzar los más altos estándares impuestos al sector pesquero.
"Somos un pequeño país. Si queremos diversificarnos, sólo podemos invertir para procesar y refrigerar. En ese rubro sirve la asistencia al comercio", añadió.