A los hombres bahreiníes les resulta cada vez más difícil contraer matrimonio. El precio de las dotes se disparó y la crisis financiera mundial ha restringido sus oportunidades de mejorar económicamente.
"Las dotes promedio eran de 3.000 dinares (unos 8.000 dólares), pero aumentaron a 6.000 dinares (16.000 dólares) en menos de un año, a causa del aumento del costo de vida", dijo a IPS el oficiante matrimonial Hisham Al Rumathi.
En Bahrein esas sumas están fuera del alcance del hombre promedio, que tiene ingresos limitados, enfatizó.
En otras parte del Golfo Pérsico o Arábigo, conocido por sus vastas reservas petroleras, las dotes son significativamente más altas, oscilando entre 6.000 y 20.000 dinares (entre 16.000 y 53.000 dólares).
Tradicionalmente, los hombres de Bahrein y otros estados ricos de la región —Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar y Omán— pagan las dotes que reclaman las familias de sus novias.
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También se espera que los novios paguen los gastos que implican costosos matrimonios, que pueden durar cuatro días e incluir fiestas de fin de la luna de miel. Ésta suele extenderse hasta un mes, dijo Al Rumaithi.
Según el investigador y economista Abdulhameed Abdulghafar, las dotes nunca supusieron una carga tan pesada como en la actualidad. Pero durante las crisis petroleras de los años 70, cuando se produjo un drástico aumento de precios que terminó generando una riqueza repentina en los países con abundancia de este combustible, las dotes se dispararon.
En ese periodo los salarios de los trabajadores aumentaron mucho, y las familias comenzaron a gastar excesivamente en matrimonios y dotes, agregó Abdulghafar.
"Años después, esas nuevas tendencias fueron aceptadas culturalmente y se volvieron (prácticas tradicionales) entre la mayor parte de la población", dijo.
Además, hasta los países del Golfo padecieron el impacto de la crisis financiera internacional que se desató en 2008.
Sameer Al Dossairi todavía está pagando el préstamo que sacó hace años para pagar la dote que sus suegros le reclamaron cuando pidió permiso para casarse con su hija. Ahora divorciado de su esposa, no puede contraer matrimonio nuevamente hasta haber saldado completamente su deuda.
Este empleado público de 34 años admitió que accedió ciegamente a pagar la dote, parte de la cual se usó para pagar el lujoso casamiento, realizado en un hotel cinco estrellas. Su difícil situación financiera puede haber contribuido con el colapso de su matrimonio, declaró.
Los hombres con menos recursos financieros se ven obligados a acudir a sus países vecinos, más pobres, en la península arábiga, en busca de mujeres con las que casarse y cuyas familias no les pedirán dotes costosas. Entre ellos están Irán, Siria, Yemen e Iraq.
El bahreiní Ahmed Juma, de 44 años, tuvo que viajar a Irán para encontrar una esposa, luego que tres mujeres de su misma nacionalidad rechazaron sus propuestas matrimoniales porque no podía pagar las dotes que ellas esperaban.
Finalmente se casó. "Pagué menos de 5.000 dólares, lo que cubrió mi viaje, la dote y la boda", dijo a IPS. No hubo ritos matrimoniales extravagantes, sólo una cena simple para presentarle su novia a la familia.
Un informe del Ministerio de Justicia de Yemen difundido a comienzos de este año citó a Bahrein como el tercer país con mayor cantidad de hombres (71) que se casaron con mujeres yemeníes en 2009. Arabia Saudita ocupó el primer puesto, con 414, y Emiratos Árabes Unidos el segundo, con 230.
En estados más ricos, como Arabia Saudita, tiene lugar una tendencia más preocupante, según algunas fuentes: los padres tratan a sus hijas como mercancías que pueden venderse a cambio de dotes exorbitantes, incluso en medio de la crisis económica.
Ghazi bin Abdulaziz Al Shimiri, director del Panel de Solidaridad Familiar, una organización social que forma matrimonios gratuitamente, dijo en marzo al periódico saudita Al Youm que unas 2.000 muchachas de entre 20 y 30 años se habían registrado en esa entidad como novias potenciales.
La información sobre ellas se presenta en el registro del Panel, al que acceden los hombres que buscan esposa. Una vez que se combina una pareja, la organización busca empresas que deseen patrocinar el casamiento. En algunos casos también pagan la dote. En otros, el novio se ocupa de la dote, mientras que el auspiciante se hace cargo de los gastos de la boda.
Para ayudar a abaratar costos y que los hombres puedan casarse sin ser acosados por culpa de la dote, Arabia Saudita y Bahrein promueven desde comienzos de los años 90 celebraciones matrimoniales masivas.
Otros han recurrido a opciones menos convencionales. En Emiratos Árabes Unidos, Ali Al Ahbabi, padre de 10 hijas, decidió casarlas a todas sin reclamar a sus futuros yernos pagos de ninguna clase, ni bodas fastuosas.
Según el último informe anual del Ministerio de Justicia y Asuntos Islámicos de Bahrein, en 2009 se registraron 4.679 casamientos, en los que los novios todavía se hicieron cargo de las cargas financieras concomitantes, entre ellas las elevadas dotes.