Creadores de una veintena de países participan en Venezuela de la séptima edición de su Festival Mundial de Poesía, esta vez dedicado al Caribe y con la presencia destacada de Derek Walcott, ganador en 1992 del premio Nobel de Literatura.
"Hablamos mucho de América Latina pero tenemos áreas invisibilizadas como el Caribe que habla inglés o francés, y por eso queremos integrarnos, conocer y dar a conocer la obra de sus poetas y cultores", dijo a IPS el poeta venezolano Luis Alberto Crespo, director de la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, el ente gubernamental organizador del encuentro.
Crespo añadió que el festival, inaugurado el domingo y que finalizará este sábado, se inspira en el que realiza cada año la ciudad colombiana de Medellín, que en julio tendrá su vigésima edición, que ya fue declarado patrimonio cultural de ese vecino país y que en 2006 recibió en Suecia el premio Nobel Alternativo (Right Livelihood Award).
La modalidad del festival venezolano consiste en desplegar a los poetas invitados y locales por distintas regiones del país, en presentaciones de sus libros y recitales, para incorporar al público de provincia a la semana de intercambios culturales.
Walcott, originario de la isla de Santa Lucía, leyó algunos de sus poemas y dictó una charla en Caracas, una ciudad en la que encuentra "una pobreza absurda, casi obscena", aunque no quiere ser "de esos invitados que vienen dos días a un lugar y emiten juicios de valor".
Es que, según dijo a un grupo de periodistas, "el Caribe, en general, tiene situaciones tristes". "En muchas de las islas ves una imagen de excesiva criminalidad, pero lo económico no es la única respuesta para el futuro de la región", puntualizó.
Precisamente, la violencia ciudadana y el narcotráfico en el Caribe son tratados en algunos guiones cinematográficos en los que actualmente trabaja, comentó Walcott.
El poeta, además, llamó la atención sobre la conveniencia de traducir en unos y otros países caribeños a los autores de otras orillas pues, por ejemplo, "los que hablan inglés en Santa Lucía no pueden leer las producciones de una vecina isla francesa", como Martinica.
Otros caribeños presentes fueron los jamaiquinos Keith Ellis y Edward Baugh, el guyanés Arnold Itwaru, la haitiana Marie-Célie Agnant, el barbadino Austin Clarke, el trinitobaguense Roger McTair, el dominicano Rei Berroa, el cubano Sigfredo Ariel, la granadina Merle Collins y la puertorriqueña Vanessa Droz.
También están presente literatos centroamericanos, como la costarricense Jeanette Amitt, el salvadoreño Pablo Benítez, la guatemalteca Rosa Chávez, el hondureño Oscar Acosta, la nicaragüense Ana Ilce Gómez y el panameño Pablo Menacho.
Del resto de América Latina llegaron el argentino Marcos Silber, el brasileño Floriano Martins, el colombiano Álvaro Miranda, el ecuatoriano Iván Oñate, la mexicana Gloria Martínez, el paraguayo Jacobo Rauskin, la peruana Rocío Silva y la uruguaya Mariella Nigro.
La lista se completa con el español Juan Manuel Rodríguez Tobal, la keniata Micere Mugo, el francés Francois Migeot y el estadounidense John Curl.
Pero la presencia de poetas de esta trascendencia internacional "no significa que sólo tenga cabida en el festival la poesía culta, sino la popular, tanto quien escribe como quien declama, quien la convierte en gestos y en trazos. Damos un foro a toda la poesía", indicó Crespo.
Sostuvo que la región de "América Latina y el Caribe vive procesos de transformación que no son posibles sin manifestaciones culturales y el clamor de la poesía, con su combinación de la emoción y la reflexión".
La poesía "es un clamor que está presente dondequiera que haya rebeldía contra una injusticia", comentó Crespo, aunque "su discurso se diferencia del político, porque convoca a todos y no a banderías, y es peligroso cuando la poesía sirve de pancarta política".
En el caso de la región, "los pueblos se levantan contra injusticias que vienen de muy lejos, y ante ello la poesía no puede ni tiene porqué ser neutra, pero siempre es peligroso que sirva de pancarta, de propuesta banderiza".
El festival se dedica cada año a un poeta venezolano, y la distinción recayó esta vez en el caraqueño William Osuna, director de la editorial estatal El Perro y la Rana y quien ha escrito poemas al Guaire, río que cruza la ciudad, y a otras situaciones de la urbe. Un concurso del festival fue ganado por el venezolano Pedro Borges con su poemario "Elementos".