La afirmación de Estados Unidos de que el Hezbolá (Partido de Dios) posee más misiles que la mayoría de los gobiernos del mundo volvió a poner sobre el tapete el arsenal de ese movimiento islámico chiita libanés.
La presión creció en las últimas semanas contra el Hezbolá, organización política y paramilitar proiraní creada en 1979 para resistir a la ocupación israelí de Líbano (1978-2000). A la organización se la acusa ahora de adquirir misiles Scud de origen soviético,.
"Nos encontramos en un punto en el que Hezbolá tiene mucho más cohetes y misiles que la mayoría de los gobiernos del mundo", aseguró el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, tras una reunión con su par de Israel, Ehud Barak.
Después de la guerra de un mes entre Israel y Hezbolá en julio de 2006, que causó la muerte de unos 1.200 libaneses pero dejó al comando de la organización chiita prácticamente intacto, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la resolución 1701, que prohíbe el tráfico de armas a Líbano.
Sin embargo, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en su informe de febrero de 2008 al Consejo de Seguridad, declaró que el Hezbolá había logrado recuperar su arsenal.
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Washington acusa ahora a Siria e Irán, dos aliados regionales de Hezbolá, de brindar apoyo militar, logístico y financiero al movimiento.
"El principal proveedor de armas del Hezbolá fue Irán, y bajo el régimen de Hafez Al Assad en Siria (1966-2000), el suministro de armas al partido era supervisado por Damasco. Cualquier cosa que pudiera afectar el equilibrio de poder en el sur de Líbano (donde operaba el Hezbolá) estaba prohibida", explicó Nicholas Blanford, analista de defensa en la revista militar Janes Defence Weekly.
Bashar al Assad fue elegido presidente de Siria en 2000 tras la muerte de su padre, y bajo su liderazgo el tráfico de armas continúa. "Siria ahora provee a Hezbolá de misiles antitanques AT-13 Metis y AT-14, así como lanzacohetes Uragan de largo alcance", señaló el analista.
Fue en la guerra de 2006 que Israel experimentó por primera vez el verdadero poder militar del Hezbolá. El movimiento chiita "tuvo éxito en la guerra de 2006 porque fue capaz de mantener su capacidad de fuego a pesar de los bombardeos israelíes", opinó Timur Goksel, analista de defensa y profesor de resolución de conflictos en la Universidad Estadounidense de Beirut.
Blanford pone en duda la afirmación de las Fuerzas de Defensa Israelíes de que los principales misiles de largo alcance del Hezbolá fueron destruidos al comienzo de la guerra. "El partido instaló varios lanzacohetes falsos", lo que le habría permitido proteger a sus armas de mayor alcance, explicó a IPS.
El conflicto de 2006 también reveló que la organización chiita poseía misiles crucero C-802 de origen chino, usados contra Israel en una batalla el 14 de julio. "Nadie imaginaba que el Hezbolá tuviera este tipo de armamento", señaló Goksel.
El experto sostuvo que los combatientes chiitas mostraron una gran capacidad de movilidad y cautela, peleando fundamentalmente con lanzacohetes cargados en vehículos que podían ser fácilmente escondidos.
También contaban con una red de búnkers, que ahora parecen haber sido trasladados al norte del río Litani, fuera de la jurisdicción de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano (Unifil, por sus siglas en inglés).
Israel estima que el arsenal del Hezbolá hoy consiste en unos 40.000 misiles, pero no hay evidencia sólida de que así sea, coincidieron analistas, aunque admitieron que el poderío armamentístico del movimiento no se ha visto afectado por la presencia de la Unifil en el sur libanés.
Según Blanford, el Hezbolá hoy posee una gran variedad de armas, incluyendo lanzacohetes múltiples Katiusha con un alcance de 20 kilómetros. Goksel añadió que el arsenal del movimiento incluye armas de mediano y corto alcance que son fáciles de ocultar y utilizar.
"Aún no está claro el inventario de misiles de largo alcance, pero parece que consiste en cohetes iraníes Fajr-3, de 240 milímetros de diámetro y con un alcance de 43 kilómetros, Fajr-5, de 333 milímetros y con alcance de 75 kilómetros, y Zelzal-2, de 610 milímetros con alcance de 210 kilómetros", señaló Blanford.
"Entre los cohetes suministrados por Siria habría también Uragan, de 220 milímetros con alcance de 70 kilómetros, y uno de 302 milímetros con alcance de 100 kilómetros", añadió.
Hezbolá además tiene el lanzagranadas antitanques ruso RPG-29, y cohetes Kornet de corto alcance usados contra vehículos blindados.
Pero el punto débil del movimiento sigue siendo la defensa aérea, sostuvo Goksel. En 2006, Hezbolá tenía sólo misiles antiaéreos livianos portátiles, incapaces de dañar a los aviones israelíes, que podían casi libremente realizar bombardeos.
"Es por esto que Hezbolá ahora está interesado en obtener sistemas antiaéreos de largo alcance y misiles guiados por radar", explicó Blanford.
En respuesta a informes de prensa occidentales y árabes indicando que miembros del Hezbolá habrían sido entrenados en Siria para utilizar baterías antiaéreas SA-6, Blanford explicó que se trata de un sistema anticuado que no constituye una amenaza a los aviones y puede ser sólo empleada contra helicópteros a una altitud baja.
El experto señaló además que el movimiento chiita está más interesado en obtener sistemas de radar que armas de mayor alcance. Por su parte, Goksel no está convencido de las afirmaciones israelíes y estadounidenses de que la organización chiita ya posee misiles Scud.
"Los Scuds son muy voluminosos y difíciles de transportar, esconder y manipular. Requieren de 45 minutos de preparación" para ser disparados, explicó Blanford. "No le proveen mucha ventaja al Hezbolá comparados con los misiles superficie-superficie Fateh 110, con un alcance de 250 kilómetros y equipados con una ojiva de 550 kilogramos".