El modelo de agricultura que aplicó China en los últimos 30 años es un ejemplo que los países más pobres de África subsahariana deben seguir en su búsqueda de desarrollo y crecimiento para erradicar la pobreza, según expertos.
Shenggen Fan, director general del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés) y coautor del estudio "Desarrollo agrícola y rural de China: las implicaciones para África", dijo a IPS que existe consenso sobre la importancia que tienen la agricultura y el desarrollo rural como motor de crecimiento en África subsahariana.
El IFPRI, con sede en Washington, busca abatir los indicadores de hambre y pobreza con el apoyo de gobiernos, fundaciones privadas y organizaciones internacionales y regionales.
La agricultura presenta un "mecanismo de respuesta viable a los nuevos desafíos para el crecimiento y la seguridad alimentaria que son la recesión mundial, la volatilidad de los precios de los alimentos, y el cambio climático", sostuvo Fan.
El estudio realiza un análisis comparativo del desarrollo agrícola en China y África subsahariana desde 1980, y fue presentado en una reciente reunión del grupo de estudio Comité de Asistencia al Desarrollo-China (DAC-China), celebrada en Bamako, Malí, y a la cual asistieron expertos africanos, chinos y estadounidenses en economía, agricultura y desarrollo.
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El grupo DAC-China fue creado en 2009 por el Centro Internacional de Reducción de la Pobreza en China (IPRCC) y el DAC, el comité coordinador de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre asuntos relacionados con la cooperación con el Sur en desarrollo.
La OCDE representa a los 31 países más industrializados del mundo.
"Mientras los líderes y donantes nacionales buscan nuevas estrategias para el crecimiento agrícola en África, es útil examinar las experiencias de otros países, como China, que tuvieron éxito en su desarrollo conducido por la agricultura", agregó Fan.
Las estadísticas del Banco Mundial indican que la agricultura en África subsahariana descendió de 19 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 1980 a 14 por ciento en 2008. Al mismo tiempo, hubo una expansión en el sector de los servicios.
No obstante, los números oficiales revelan que en algunos de los países más pobres del continente, como en República Centroafricana, Guinea-Bissau y Liberia, la agricultura sigue absorbiendo más de la mitad de la producción total. El sector brinda empleo a 86 por ciento de la fuerza de trabajo en Etiopía, 82 por ciento en Madagascar y 76 por ciento en Tanzania.
El estudio del IFPRI recordó que el alto crecimiento económico comenzó en China en 1980 "partiendo de un nivel de producto interno bruto levemente inferior al de África subsahariana".
Para 1993, el PIB por habitante en China había superado al de África. En promedio, la economía china creció 10 por ciento anual entre 1980 y 2009, comparada con sólo tres por ciento para África subsahariana en el mismo período.
"El PIB agrícola en China duplicó al correspondiente en África subsahariana en 1980, y lo triplicó con creces en 2008", según Fan.
Entre 1980 y 2005, el número de personas en situación de pobreza descendió de 835 millones a 208 millones de habitantes en China, mientras creció de 202 millones a 384 millones en África subsahariana.
Los investigadores hallaron que el fuerte énfasis inicial que puso China en el crecimiento agrícola fue esencial para reducir la pobreza en el país asiático. Se calcula que el sector contribuyó cuatro veces más con la reducción de la pobreza que el sector industrial y los servicios.
La primera etapa de la reforma agrícola y rural de China se concentró en la descolectivización del sector, la descentralización de la producción rural, la introducción de un sistema de responsabilidad familiar para obtener los títulos sobre la tierra, y la adopción de una política de precios que implicó mayores precios de adquisición.
Este sistema ayudó al estado a cumplir con la creciente demanda alimentaria. Al mismo tiempo, estimuló la iniciativa y acumulación de la riqueza privada. Fan explicó que la reforma de la política agrícola china "fue impulsada por una fuerte voluntad política y se basó en un proceso de ensayo y error gradual pero constante". A diferencia del caso de África, donde las decisiones de la política agrícola siguieron paradigmas extranjeros, en China se basaron en "las evidencias, mucho más que en la teoría o la ideología", agregó.
Estas características de la agricultura china podrían aplicarse en África subsahariana, dijo Fan.
En África "es necesario incrementar la productividad dándole incentivos a los minifundistas, como los títulos sobre la tierra y mercados más fuertes", agregó. Además, la inversión en la infraestructura rural, como los caminos rurales y el riego, debe incrementarse y adaptarse a las condiciones específicas africanas.
En general, la inversión en la agricultura debe ascender a un mínimo de 10 por ciento del presupuesto nacional, y debe acompañarse de políticas favorables a los pobres, recomendó Fan.