Unas 200.000 personas se espera participen este viernes en la procesión de Jesús del Gran Poder por las calles del centro histórico de la capital de Ecuador, mientras otras 50.000 lo harían en tres peregrinajes más, dos de ellos nocturnos, que cerrarán una semana con festival de música incluido.
Las cifras, proyectadas por las administraciones zonales del área antigua y del centro sur del municipio de Quito, "se quedarán cortas", dijo a IPS, más optimista, el sacerdote Esteban Chamorro, de la Orden Mercedaria y capellán de la Presidencia de Ecuador.
Pero las manifestaciones por la Semana Santa católica no se limitan a las procesiones: la alcaldía de Quito organiza, desde hace una década, el Festival de Música Sacra, con solistas y bandas locales y del exterior presentándose en teatros, iglesias e incluso al aire libre en los 10 días previos.
En esta ocasión participaron los organistas Ray Cornils, de Estados Unidos, Ángel Justo Estebaranz, de España, Diego Innocenzi, de Argentina, y Darwin Ronconi, del Brasil. También los grupos de música antigua Quadro Cervantes, de Brasil, Kalenda Maya, de Colombia, y el estadounidense Lipzodes, que interpreta música de Guatemala del siglo XVI.
Todos ellos acompañados por grupos corales e instrumentales de Ecuador, como la Orquesta de Instrumentos Andinos, que pertenece al Teatro Sucre de la capital, así como la Banda Sinfónica Metropolitana.
Las gigantes manifestaciones de fe se escenificarán también en la sudoccidental ciudad de Guayaquil, con la procesión del llamado Cristo del Consuelo, en la que se espera que participen unas 150.000 personas, así como en otras urbes ecuatorianas.
El modo de celebrar la Semana Santa en Ecuador recoge ritos y formas de la tradición sevillana, en España, aunque con perfiles muy locales, según el historiador Alfonso Ortiz.
El experto hace notar que en Sevilla, las llamadas cofradías que participan en estas celebraciones están vinculadas con los barrios, mientras que en Quito fueron vinculadas por la Iglesia Católica y los gobiernos con los gremios artesanales desde la época de la colonia.
Jesuitas y franciscanos se esforzaban en que en cada cofradía hubiera una "sección de españoles" y una "sección de indios". No se mezclaban entre sí en las procesiones, pero intentaban dar la idea de la cristiandad como una "comunidad moral".
Aunque las procesiones fueron reguladas o prohibidas en diferentes momentos de la historia ecuatoriana, éstas han continuado con fuerza y la de Jesús del Gran Poder se realiza desde hace 60 años con una participación masiva.
Portavoces de la Orden Franciscana, organizadora de la procesión principal, señalaron que más de 2.000 personas acudieron, desde hace semanas, a las charlas preparatorias que se imparten a quienes participarán en papeles destacados durante la caminata.
Entre ellos estarán más de 500 penitentes cubiertos de violeta, con grandes bonetes cónicos en sus cabezas, conocidos como "cucuruchos", otras decenas que cargarán cruces, y otros que se azotarán, o llevarán coronas de espinas, en una manifestación estremecedora, producto de promesas hechas a lo largo del año.
También participan en las charlas preparatorias los voluntarios que cuidan del orden, quienes dirigen los diferentes grupos de fieles, así como delegados de la Cruz Roja y efectivos de las policías nacional y municipal.
