Inversores locales e internacionales se están haciendo de cantidades cada vez mayores de tierra arable en Malí. Los pequeños agricultores están preocupados.
Arabia Saudita y la Comunidad de Estados del Sahel y el Sahara —que Libia integra— y Senegal se encuentran entre los países que quieren desarrollar grandes establecimientos agrícolas en Malí.
Un gigante proyecto de canal de irrigación está en la etapa final de su construcción en la meridional comuna de Macina. Libia está en proceso de desarrollar 100.000 hectáreas de tierra que arrendó a Malí junto al río Níger.
"Según el acuerdo de arrendamiento que firmaron (en 2008), los libios tendrán acceso al área por 50 años. Las instalaciones que construyan les permitirán producir 200.000 toneladas de arroz híbrido al año", dijo a IPS Augustus Drago.
Drago dirige el trabajo de una agencia del gobierno responsable de administrar el área arrocera del delta del río Níger. Su Office du Niger (Oficina del Níger) controla las actividades de unos 56.000 pequeños agricultores, entre ellos 2.370 mujeres, que pagan cuotas anuales de irrigación de acuerdo al volumen de agua consumida.
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La agencia de Drago administra aproximadamente dos millones de hectáreas de tierra arable, de las cuales apenas 83.900 están desarrolladas. Esto puede sugerir que hay abundante tierra para arrendar a grandes proyectos agrícolas, pero los cultivadores locales están preocupados.
"Durante mucho tiempo, los senegaleses hicieron campaña para acceder a la tierra. Les ofrecimos 25.000 hectáreas, pero luego no oímos nada de ellos" desde 2005, dijo a IPS el funcionario Kassoum Denon, de la Office du Niger.
Jóvenes de las aldeas cercanas al lugar donde se erige el proyecto libio dan la bienvenida a una inversión que les ha generado fuentes laborales.
Cuando la obra se haya terminado "la gente podrá trabajar en fábricas y redes de irrigación", dijo a IPS Adama Coulibaly, de la aldea de Kolongo.
Además de cultivar arroz, Libia considera dedicarse a una ganadería industrial que le permita producir 25.000 toneladas anuales de carne. También promete invertir en instalaciones locales de procesamiento agrícola para productos como el extracto de tomates.
Sin embargo, a las organizaciones de agricultores les preocupa que el proyecto viole ciertos derechos de las aldeas que se ubican a lo largo del canal.
La Coordinación Nacional de Organizaciones Campesinas de Malí (CNOP, por sus siglas en francés) criticó a los libios tras visitar el sitio en julio de 2009.
"La población local no está bien informada sobre el proyecto. Por ejemplo, no sabemos cuándo o cómo serán compensados los pequeños agricultores que han sido desplazados de sus aldeas y cultivos", dijo Lamine Coulibaly, director de comunicaciones de la CNOP, en una entrevista con IPS.
Según Drago, "Malí les arrienda la tierra quienes ofrecen las mejores oportunidades".
"Tenemos que enfrentar los hechos: después de 50 años de independencia, Malí no ha logrado hacer eso, y podemos seguir 50 años más sin poder hacerlo", agregó.
Libia ha invertido 52 millones de dólares en la construcción de canales gigantes, de 45 metros de ancho, según la Office.
También ha pavimentado las carreteras de las aldeas cercanas.
"Esto sólo puede ser bueno para Malí. Podremos desarrollar 100.000 hectáreas adicionales nosotros mismos gracias al trabajo inicial del canal realizado por los libios", dijo Drago.
Y no son sólo los inversores extranjeros quienes se esfuerzan por asegurarse tierra en esta área fértil y bien irrigada. La población rica de Malí ha aprovechado las regulaciones favorables para hacerse de varias parcelas a un precio irrisorio.
"Esto se debe a que es fácil tener un terreno. El interesado no paga nada, pero financia los estudios socioeconómicos y los costos de desarrollo", explicó Moustaph Maiga, director de comunicaciones de la Office.
Sin embargo, la inacción de muchos de estos aspirantes a inversores ha comenzado a molestar a la Office du Niger.
"Quiero publicar una lista de todos aquellos que no invirtieron en sus predios, pero les concederé un periodo de gracia por 2010", dijo Denon.
El gobierno de Malí alienta las inversiones privadas en el área, aunque no se beneficia directamente de ellas. Esta política se basa en una ley aprobada en 2006, cuyo objetivo es modernizar el sector agrícola.
"A causa de la actual crisis de granos, todos los países socios de Malí ponen la mira en la Office du Niger. Por lo tanto debemos usar esta crisis para lograr lo que no pudimos hacer antes", dijo Drago.
El área produce principalmente arroz y caña de azúcar. Pero ahora la Office alienta a los agricultores a producir cultivos como papas y otras verduras fuera de temporada.
Estas iniciativas benefician económicamente al gobierno de modo indirecto, a través del cobro de cuotas de acceso a la irrigación.