Una periodista israelí continúa bajo arresto domiciliario y otro se ve obligado a vivir en el exterior tras informar que unidades encubiertas de su país llevaban a cabo asesinatos selectivos de oponentes políticos no combatientes.
Anat Kam, de 23 años, quien trabajaba para el sitio web de noticias Walla, fue arrestada en diciembre por supuestamente haber copiado documentos secretos de las Fuerzas de Defensa Israelíes cuando cumplía servicio militar obligatorio.
Esos documentos revelaban cómo escuadrones israelíes planeaban asesinar a combatientes y a líderes políticos civiles palestinos, y luego hacer pasar sus muertes como "percances" durante "fracasados" intentos de arresto.
Uri Blau, del diario Haaretz, escribió entonces un artículo sobre los documentos. Ahora permanece en Gran Bretaña y se niega regresar a Israel por temor a que lo arreste la agencia de inteligencia de su país, la Shin Bet.
Por orden militar, las noticias sobre este caso han sido suprimidas en los medios, a pesar de iniciativas de periodistas ante la justicia para que se revierta la medida.
[related_articles]
El tema fue cubierto también días atrás por el periodista Donald McIntyre, del diario británico Independent.
Esto volvió a generar controversia sobre las ejecuciones extrajudiciales realizadas por Israel, que violan el derecho internacional y han causado la muerte o herido a miles de civiles palestinos.
El sistema judicial israelí ha aprobado los "asesinatos selectivos" pero sólo contra combatientes involucrados en la planificación de ataques armados contra soldados o civiles de Israel.
El Centro Palestino para los Derechos Humanos en Gaza (PCHR) señaló que, entre septiembre de 2000 y marzo de 2008, fueron ejecutados 500 palestinos acusados de estar involucrados en acciones de resistencia contra la ocupación.
El "daño colateral" durante esos asesinatos fue la muerte de otros 228 transeúntes civiles, 77 de los cuales eran niños y niñas. Once palestinos han sido asesinados en los últimos dos años.
"Israel usa una fuerza desproporcionada. Civiles están pagando el precio. En la abrumadora mayoría de los casos, los individuos elegidos como objetivo pudieron haber sido arrestados o llevados a juicio sin ser asesinados. Muchos de ellos han sido ejecutados a sangre fría", dijo a IPS
"El derecho a la vida en la ley internacional indica que las autoridades estatales están obligadas a seguir el debido proceso cuando están en posición de arrestar a individuos", dijo Michael Kerney, de la organización Al Haq, con sede en Ramalah, que investigó y documentó muchos de los asesinatos.
"Todos tienen derecho a un juicio justo, y ningún Estado puede ignorar eso", dijo Kerney a IPS.
Algunos de los ejecutados eran individuos que habían sido "perdonados" por los israelíes tras haber aceptado renunciar a la lucha armada contra la ocupación.
En diciembre pasado, tres disidentes de las Brigadas de Mártires de Al Aqsa fueron asesinados a tiros en la norteña localidad cisjordana de Naplusa tras la muerte de un colono judío.
Según sus familias y las investigaciones de organizaciones por los derechos humanos, ya se habían rendido y estaban desarmados a pesar de las afirmaciones israelíes de que se resistían al arresto.
"Al no poder presentar ninguna evidencia que vincule a los individuos con ataques supuestamente cometidos por miembros de la resistencia palestina, así como no utilizar medios pacíficos para detener a sospechosos, los soldados han asumido el papel de jueces y de verdugos", señaló Al Haq.
Semanas atrás, cuatro adolescentes palestinos murieron bajo circunstancias poco claras en dos incidentes separados, en las aldeas de Awarta e Iraq Burin, cerca de Naplusa.
Fueron asesinados a tiros después de que se produjeran combates entre jóvenes palestinos y soldados israelíes. De acuerdo con informes médicos, recibieron los disparos a corta distancia.
Sin embargo, no habían participado de los enfrentamientos, según investigaciones realizadas por Al Haq, el PCHR y el grupo israelí defensor de los derechos humanos Btselem.
Uno recibió disparos en la espalda y otro en la nuca, a pesar de que los soldados israelíes afirmaron haber usado munición no letal.
Después de que los soldados involucrados dieran testimonios contradictorios, la policía militar israelí anunció que investigaría el caso.
Cuando IPS visitó hace una semana uno de los escenarios de los incidentes pudo encontrar aún en el suelo unos 20 cartuchos de bala usados, guantes de latex con sangre, un botiquín con solución salina y otros elementos de evidencia.
Nada de esto es nuevo. Israel tiene antecedentes en el asesinato de oponentes políticos
En 1944, la organización terrorista israelí Leji conocida como "la banda de Stern" por su fundador, Abraham Stern, asesinó a Lord Moyne, ministro de Gran Bretaña para Medio Oriente y gobernador militar de Egipto, acusándolo de interferir con la migración de judíos a Palestina.
En 1948, el conde Folke Bernadotte, diplomático sueco que permitió la liberación de 15.000 prisioneros de guerra en campos se concentración nazis cuando se desempeñaba como vicepresidente de la Cruz Roja de su país, fue también asesinado por Leji.
Los miembros del grupo de Stern creían que Bernadotte, como mediador de la Organización de las Naciones Unidas en el conflicto de Medio Oriente, simpatizaba con los árabes. Isaac Shamir, quien luego se convertiría en primer ministro de Israel (1983-1984 y 1986-1992), fue uno de los líderes de Leji.