Un proverbio turco dice que el café debe ser negro como el infierno, fuerte como la muerte y dulce como el amor. Pero los cultivadores del grano tipo arábiga en México no están para proverbios ante un plan de gobierno que los perjudica.
La Secretaría (ministerio) de Agricultura, Ganadería Pesca (Sagarpa) lanzó el programa Trópico Húmedo para promover el cultivo del tipo robusta, un grano más barato y de menor calidad, en nueve de los 32 estados mexicanos. Hasta ahora 95 de la producción del país es arábiga.
"Nos va a afectar, porque va a generar una nueva crisis de precios del café y va a llenar el mercado de un producto barato", señaló a IPS Cirilo Ruiz, miembro del Consejo Regional del Café de Coatepec, una localidad del estado de Veracruz, situada a 400 kilómetros al sureste de la capital.
Inicialmente, Sagarpa entregará unos tres millones de dólares para ampliar la siembra de cafetos robusta en esos nueve estados, con el fin de llevar en 2012 su producción anual a 500.000 mil sacos frente a los actuales 150.000. Cada saco tiene 60 kilogramos.
Las directas beneficiadas serían las procesadoras, como la transnacional suiza Nestlé y la local Sabormex, que su materia prima para la producción de café soluble.
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Nestlé comercializa 80 por ciento de ese tipo de café industrial e instantáneo en el país, que representa a la vez 57 por ciento del consumo cafetero nacional.
El tipo arábiga es el más cotizado en el mercado mundial, se cultiva por encima de los 800 metros sobre el nivel del mar y es muy preciado por su sabor y aroma. El robusta puede cultivarse por debajo de los 600 metros y tiene más cuerpo.
México es el tercer productor latinoamericano de café, detrás de dos potencias mundiales del sector: Colombia y Brasil.
En el país hay unos 490.000 caficultores que cultivan más de 600.000 hectáreas, con una producción anual de unos 4,2 millones de sacos. Más de tres millones de personas dependen de esta actividad en el país.
El tipo robusta es cosechado por unas 19.000 familias, en 34.000 hectáreas, en los sureños estados de Chiapas, Oaxaca y Puebla, y en el propio Veracruz, una de las mayores zonas cafetaleras del país, donde 90.000 productores cultivan el tipo arábiga en 136.000 hectáreas.
El precio del café repuntó en los últimos meses en el mercado internacional, lo que benefició a los caficultores, aunque mucho menos que los intermediarios con los procesadores.
El saco de café arábiga lavado y listo para tostar se paga a 165 dólares y el de robusta a 70 dólares.
De hecho la cotización del robusta cayó 15,4 por ciento entre febrero de 2009 y el mismo mes de este año, mientras que las otras variedades subieron, según datos de la Organización Internacional del Café, con sede en Londres y que reúne a los principales productores y consumidores del grano.
"Lo que he visto es que la demanda permanece muy estable y la oferta es volátil, pero no tiene una tendencia al alza", comentó a IPS Juan Albín, caficultor en la sierra del estado de Puebla y director del autónomo Consejo de Promoción de Café de México.
Los productores de cafetos de arábiga quieren evitar la repetición de la crisis del bienio 2000-2001, cuando países como Vietnam e Indonesia, favorecidos con créditos del Banco Mundial, inundaron el mercado internacional con café robusta, lo que hundió el precio.
Dentro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, vigente desde 1994 entre Canadá, Estados Unidos y México, el café soluble está exento de arancel desde 2004, lo que favorece la oferta mexicana en los otros dos mercados.
"Lo que quieren las empresas es llevarse el negocio redondo, porque van a bajar los costos y van a vender más café soluble", resaltó Ruíz.
La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) elaboró en 2006 un estudio para Sagarpa en que recomendó no elevar la producción de robusta por encima de su actual cinco por ciento del total.
El informe destacó que el costo mexicano de la producción del tipo robusta está por encima del promedio mundial, y recomendó que el sector se afincase en la especialización y diferenciación que le ofrece la variedad orgánica oro azteca, por su considerable calidad.
Este año Sagarpa destinará unos 42 millones de dólares en subsidios a los caficultores, de ellos más de 9 millones para los de Veracruz.
La Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras enfatizó en un documento dirigido a Sagarpa que las empresas industrializadoras del rubro quieren "producir cafés más baratos, como los robustas y naturales para tener altas ganancias en el café soluble".
Las organizaciones cafetaleras mexicanas trabajan también en la definición de una estrategia que les permita incursionar en el muy rentable mercado gourmet de Estados Unidos y Europa.
México fue pionero en la producción y comercialización de café orgánico y es uno de los proveedores más fuertes del grano en el sistema de comercio justo, mediante el que los cultivadores tratan directamente con los compradores y reciben precios más altos.
"Nuestro proyecto consiste en la promoción de cooperativas cafetaleras. Queremos que el rendimiento pase de los nueve quintales por hectárea de hoy a los 30 quintales", refirió Albín.
Cifras de la OIC indican que en el mercado interno se consumen 1,22 kilos de café per cápita al año, muy por debajo de Brasil y Colombia. Pero eso está cambiando, y uno de los negocios de moda ahora en México son las cafeterías.