Organizaciones defensoras de los derechos humanos no se convencen de los argumentos del gobierno de Estados Unidos para justificar legalmente los ataques con aviones no tripulados contra sospechosos de terrorismo.
El asesor legal del Departamento de Estado (cancillería), Harold Koh, dijo días atrás en una conferencia que ese tipo de operaciones se realizaban en plena obediencia al derecho internacional.
"Estados Unidos se encuentra en un conflicto armado con Al Qaeda, así como con el (movimiento islamista) Talibán, en respuesta a los horribles actos (terroristas) del 11 de septiembre (de 2001 en Nueva York y Washington), y puede usar la fuerza de acuerdo con su derecho a autodefensa según las leyes internacionales", dijo.
"Los individuos que participan de esos grupos armados son beligerantes y, por tanto, objetivos legítimos", añadió, al hablar ante la Sociedad Estadounidense para el Derecho Internacional.
Además, insistió en que las prácticas estadounidenses respetaban "las leyes de guerra", que exigen limitar los ataques a objetivos militares y que el daño causado a civiles por esas operaciones no sea excesivo.
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Comentaristas conservadores se mostraron satisfechos con las explicaciones de Koh, citando el "derecho a la defensa propia" como lo hacía el presidente George W. Bush (2001-2009). Pero activistas no quedaron convencidos.
"Nos alienta que la administración haya tratado tan en serio el aspecto legal que rodea a los ataques con aviones no tripulados", dijo Johathan Manes, de la Unión por las Libertades Civiles Estadounidenses (ACLU, por sus siglas en inglés).
"Si bien éste era un importante y positivo primer paso, varios otros temas polémicos han quedado sin respuesta", añadió.
"Todavía no sabemos qué criterio usa el gobierno para determinar que un civil actúa como combatiente, y puede por tanto ser asesinado, y si hay algún límite geográfico en los que los ataques con aviones no tripulados pueden ser usados para matar a individuos", dijo a IPS.
"Realmente no dijo nada con lo que no estuviéramos de acuerdo", dijo Tom Malinowski, director en Washington de la organización Human Rights Watch (HRW), pero se quejó de la falta de detalles.
"Todavía queda sin responder la cuestión de hasta dónde se extiende el paradigma de la guerra al que se refiere. Se extiende más allá, por ejemplo, a áreas no gobernadas de Pakistán, Somalia y Yemen? Porque no sería bueno crear una teoría legal que pueda ser explotada por países como Rusia o China para matar a sus enemigos políticos en las calles de una ciudad extranjera", añadió.
El uso de aviones no tripulados se incrementó en forma significativa bajo el gobierno de Barack Obama. Son ampliamente reconocidos como el arma más efectiva en la campaña de Washington contra Al Qaeda y sus grupos aliados, especialmente en las áreas fronterizas del occidente pakistaní.
Durante el primer año de Obama en el cargo fueron realizados más ataques con estos aviones que en toda la administración de Bush.
Llevados a cabo por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), los operativos habrían matado a "varios cientos" de combatientes de Al Qaeda y del Talibán en Pakistán desde que Obama asumió en enero de 2009, obligando a muchos de ellos a abandonar sus escondites y trasladarse a grandes ciudades, donde realizar ataques de precisión sin causar bajas civiles es mucho más difícil.
Pero estas operaciones, así como los ataques con misiles de crucero lanzados contra supuestos objetivos terroristas en Yemen y Somalia, han desatado críticas de algunos grupos de derechos humanos y expertos legales, en especial del reportero especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Philip Alston.
El funcionario señaló que varios aspectos de las operaciones violan el derecho internacional.
Mientras, Malinowski señaló que estos aviones son una de las armas "menos problemáticas desde el punto de vista de protección de civiles", porque "pueden sostenerse en el aire sobre sus objetivos y observar si hay civiles presentes antes de lanzar una carga explosiva, y porque son capaces de cargar municiones relativamente pequeñas que pueden ser guiadas con precisión"
"La cuestión es legal: ¿Bajo qué circunstancias puede usted usar una fuerza letal? Nuestra opinión siempre ha sido de que debe ser limitada a zonas de activo conflicto armado donde no es posible realizar normales operaciones de arresto", añadió.
Otra cuestión es quién puede ser atacado. Washington insiste en que la fuerza letal puede ser usada bajo las leyes de la guerra contra aquellos que participan activamente de conflictos armados, pero emplea esa definición en forma muy amplia. Por ejemplo, incluye a aquellos que son miembros no combatientes o quienes incluso dan apoyo financiero a un grupo armado.
En la conferencia ante la Sociedad Estadounidense para el Derecho Internacional, Koh, uno de los más duros y abiertos oponentes a las estrategias legales del gobierno de Bush en su "guerra contra el terrorismo", reconoció algunas de esas preocupaciones, y señaló que su discurso no era la ocasión para dar una opinión legal detallada.
"Que un individuo particular sea tomado como objetivo en un lugar determinado dependerá de consideraciones específicas en cada caso, incluyendo las relacionadas con la inminencia de la amenaza y la soberanía de otros estados involucrados, así como la disposición y la capacidad de esos estados para eliminar la amenaza que supone ese objetivo", indicó.
* El blog de Jim Lobe sobre política exterior puede leerse en: http://www.ips.org/blog/jimlobe/