Las conversaciones para fijar nuevas metas de reducción de gases invernadero no avanzan desde la Cumbre de Copenhague de diciembre. Habrá que ver si la reunión de Cochabamba, la semana próxima, puede incidir en el rumbo de las negociaciones oficiales.
Por primera vez tras la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 15), realizada en la capital danesa, unos 2.000 delegados de 190 países se reunieron del viernes de la semana pasada al domingo en esta ciudad alemana para evaluar formas de llegar a un acuerdo.
El secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Yvo de Boer, reconoció oficialmente en Bonn el fracaso de la cumbre de Copenhague. También señaló que los objetivos planteados por las naciones industrializadas "no son ni de cerca los adecuados" y las urgió a "eaumentar sus ambiciones" para reducir los gases invernadero.
De Boer, quien en febrero anunció su renuncia a la CMNUCC, que se efectivizará el 1 de junio, descartó toda posibilidad de que se llegue a un acuerdo en la COP16, a realizarse a fin de año en el balneario mexicano de Cancún.
Por su parte, el jefe de la delegación boliviana en Bonn, Pablo Solón, calificó el acuerdo final de la COP 15 de "poco democrático" y recordó que el documento no fue aprobado por la sesión plenaria, "sino que impuesto por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama".
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"El Grupo de los 77 (G-77) países en desarrollo y China discutíamos un borrador cuando Obama apareció frente a cámaras anunciando el contenido del acuerdo", relató Solón.
El documento es un "laissez-faire que permite que todos hagan lo que quieran. No tomaremos ese camino", aseguró.
El delegado boliviano también condenó la decisión de Estados Unidos de recortar la asistencia para cuestiones ambientales, en el marco de la llamada Iniciativa Climática Global, para las naciones en desarrollo que se oponen al acuerdo de Copenhague, incluidos 5,5 millones de dólares para Bolivia y Ecuador.
Washington "tiene derecho a tomar esa decisión, pero no es muy elegante y parece un castigo" contra países soberanos, se lamentó.
Solón invitó a la sociedad civil y a todas las naciones, en especial los países en desarrollo, a participar en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, que organiza su gobierno la semana que viene en la central ciudad boliviana de Cochabamba.
La mayoría de los delegados y de los especialistas presentes en Bonn atribuyeron los pronósticos negativos sobre las futuras negociaciones a la negativa de Estados Unidos de cumplir con los objetivos sobre reducción de gases invernaderos previstos en el Protocolo de Kyoto.
"Estados Unidos no quiere ratificar el Protocolo de Kyoto", señaló De Boer. El tratado firmado en 1997 y en vigor desde 2005, obliga a los 37 países industriales que lo ratificaron a reducir sus emisiones para 2012 a volúmenes 5,2 por ciento inferiores a los de 1990.
Estados Unidos se niega a ratificarlo pese a hacer el mayor emisor de gases invernadero por habitante.
Las naciones en desarrollo, encabezadas por China e India y por Bolivia y Ecuador, rechazaron el acuerdo de la COP 15 porque no fija objetivos precisos para reducir las emisiones contaminantes.
El documento sólo se propone evitar que la temperatura promedio del planeta aumente dos grados para 2050, en comparación con 1850, cuando comenzaron los registros.
Las diferencias al parecer insalvables llevaron a De Boer a pronosticar en Bonn que de la COP 16 pueden salir "dos acuerdos". Uno, a instancias de Estados Unidos y otras naciones industriales, como Canadá y Japón, y otro de los países en desarrollo, como China e India.
Los especialistas también mencionaron que las naciones industriales no cumplen con sus obligaciones previstas en el Protocolo de Kyoto.
"El compromiso actual de los países ricos supone una reducción mínima de emisiones de 13,2 por ciento y una máxima de 17,8 por ciento para 2020", según un estudio de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la Unión Europea.
El documento divulgado el 9 de marzo analiza la disminución real que hubo hasta el momento de gases invernadero.
El objetivo "ya no es suficiente para lograr que el aumento de la temperatura promedio de la Tierra no llegue a dos grados", según el informe. Para lograr la meta, las naciones ricas deben disminuir sus emisiones entre 25 y 40 por ciento.