En las últimas tres décadas, el sida fue responsable en África de más muertes que las registradas en las guerras y conflictos armados internos desatados en el mismo lapso en ese continente.
Los dos millones de africanos muertos tan solo en un año por sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) duplican la cantidad de victimas fatales registradas en los 41 años que duraron las tres guerras de Angola, consideradas las más largas y destructoras que ha sufrido África.
Esta es una de las aprehensiones más alarmantes del III Congreso de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP) sobre VIH/Sida, iniciado el miércoles y que finalizó este viernes en Lisboa.
África subsahariana es la región más afectada y alberga a 67 por ciento de las personas que viven con VIH (virus de inmunodeficiencia humana) en el mundo y a 91 por ciento de las nuevas infecciones entre niñas y niños, que ha dejado huérfanos a más de 14 millones de ellos. El congreso contó con la participación de delegados de gobiernos a nivel ministerial, así como las principales organizaciones de la sociedad civil de los ocho países de la CPLP dedicadas al combate contra la epidemia.
El esfuerzo central del encuentro se centró en África, al igual que en los congresos anteriores, en Luanda en 2005 y en Río de Janeiro en 2008, que fueron los dos primeros de la CPLP, el bloque constituido por Angola, Cabo Verde, Brasil, Guinea-Bissau, Mozambique, Portugal, Santo Tomé y Príncipe y Timor Oriental.
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La enfermedad fue identificada por primera vez en 1959 en África central, al ser detectada en un marinero británico que visitó la zona, pero pasó inadvertida hasta que empezó a afectar a los países ricos y 1981 es la fecha de conveniencia aceptada como de inicio de la posterior pandemia.
En África ha tenido un impacto devastador. De los 38,6 millones de infectados con VIH/sida en el mundo, 24,5 millones son de África subsahariana, según las estadísticas divulgadas por el congreso. Mozambique, con más de 20 millones de habitantes, es el más afectado entre los afro-lusos, con una epidemia generalizada, donde tienen poco sentido hablar de grupos de riesgo.
Con 3,5 millones de personas infectadas y donde cada día surgen 400 nuevos casos, Mozambique se ubica en octavo lugar entre los 10 países más afectados del mundo.
Leonel Xavier Goenha, preside el Movimento de Acesso ao Tratamento em Moçambique (Matram), una organización no gubernamental que se ha destacado entre las diversas instituciones de la sociedad civil africanas.
El activista explicó a IPS que este congreso "se traduce en grandes ventajas para África, en especial para los miembros de la CPLP y muy en particular para Mozambique, porque es un foro de intercambio de experiencias de lo que son las evoluciones en términos de estrategia de otros países".
En los debates del congreso "se hizo notar, en especial en lo que se refiere al área de los derechos humanos, que en algunos países de África existen leyes sobre la criminalización del VIH/sida que discriminan a las personas, en lugar de ser leyes que ofrezcan más protección a personas seropositivas"
Resaltó la importancia de un acuerdo firmado entre la CPLP y la agencia especializada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el combate a la enfermedad, ya que se trata "de un documento que puede servir como un guión relator de nuestras estrategias y que va a facilitar sobretodo la movilidad de información sobre las buenas prácticas de un país para otro".
El secretario ejecutivo de la CPLP, Domingos Simões Pereira, y el director ejecutivo del Programa Conjunto de Naciones Unidas contra el VIH-SIDA (Onusida), Michel Sidibé, suscribieron un Memorando de Entendimiento para formalizar la cooperación en la respuesta a la enfermedad en los países de lengua portuguesa.
El acuerdo pretende "movilizar apoyo técnico, político y financiero para redes y organizaciones de la sociedad civil, incluyendo personas con VIH en los países de lengua portuguesa y desarrollar canales para intercambio de experiencias entre esos países, por medio de la cooperación técnica horizontal Sur-Sur".
"Nuestro mayor compromiso es con la promoción de los derechos humanos de las personas que viven con HIV y con la prevención de la infección", afirmó Simões Pereira.
Por su parte, Sidibé reafirmó el compromiso de Onusida "con estos países que comparten no sólo el mismo idioma, sino también una serie de características sociales y culturales que convierten la cooperación Sur-Sur en un instrumento estratégico para la respuesta a la epidemia".
En declaraciones a la agencia portuguesa Lusa, el director del Onusida dijo que entre los nuevos infectados ha aumentado el número de homosexuales, tóxico-dependientes y las trabajadoras y trabajadores del sexo, calificando de "inaceptable" que muchos países estén legislando para criminalizar a estos grupos de riesgo, alejándoles de la prevención y del tratamiento. Al ser criminalizados, "son colocados ante un mayor riesgo de infección, en parte porque son incapaces de vivir sus vidas abiertamente, alejándoles de la prevención y del tratamiento". El alto funcionario de la ONU opinó que estas leyes "son desastrosas, porque están contribuyendo para el aumento de las tasas de infección en grupos que por sí solos ya tienen un elevado riesgo de contraer el VIH".
Sin embargo, en países como Portugal, donde no existen leyes en ese sentido e inclusive la discriminación está prohibida constitucionalmente, algunos altos funcionarios estatales o gerentes de empresas privadas pasan por sobre la ley.
Es el caso del portugués Luis Sá, cientista político con título en maestría de comunicación social, quien tenía un buen empleo y lo perdió debido a su condición actual de seropositivo. En diálogo con IPS, lamentó que la ignorancia y el preconcepto de sus ex empleadores primó por sobre su grado académico.
En octubre creó un portal en portugués "para la comunidad de seropositivos y sus amigos (http://positivopt.ning.com) que no sólo tiene información sobre HIV/sida y prevención, sino también cuenta con un espacio para debate, con gran participación de Brasil y que ahora también comienza a ser visitado por los africanos".
La idea fue que sean los propios seropositivos los que lo coordinan, al conocer mejor los problemas de los afectados "porque este es un portal hecho por personas que viven y conviven con VIH/sida, dirigido a personas que viven y conviven con la enfermedad, y también para acabar con los estigmas, en especial en la prensa", relató Sá.
Brasil, a nivel de organizaciones de la sociedad civil, y Portugal, institucionalmente, son los dos países de la CPLP con más condiciones para tender una mano a las naciones lusófonas en situación más precaria.
El activista José Santiago da Silva, de Equipe de Articulação e Assessorias, una organización con activa participación en el congreso, garantizó a IPS que en su país "se está alcanzando una meta muy promisoria en cuanto a impedir el avance del VIH y estamos en condiciones de ayudar a los que hablan portugués, sino a todo el mundo".
En el caso concreto de los luso-africanos y del luso-asiático Timor Oriental, "tenemos algunos encuentros intercambiar experiencias, pero podemos enviar representantes a sus países para colaborar en el fortalecimiento de la sociedad civil, con el objetivo de actuar en conjunto en el combate a ese mal que esta atacando a la raza humana en el mundo".
"Sin embargo, nuestra idea es más vasta: proponemos a nivel de la sociedad civil una cooperación con todos los países, los más afectados, y también los menos, porque en este combate sin cuartel es necesario sensibilizar a las opiniones públicas del mundo entero", concluyó Da Silva. Por su parte, el portugués Henrique Barros, Coordinador Nacional para la Infección VIH/sida, subrayó que las necesidades son muchas y es todavía largo el camino para recorrer en el combate a la enfermedad.
A través del Instituto Portugués de Ayuda al Desarrollo, se han canalizado ayudas a los países mayores carencias, donde en especial, señala Barros, "son necesarios médicos, enfermeros y técnicos de laboratorio"
"Toda una estructura que debe ser montada y que ella misma falta porque sufrió los efectos de la infección, lo que obliga a romper un ciclo, garantizando la formación de recursos humanos de calidad", concluyó.