A pesar de que 2009 fue el quinto año con temperaturas más altas desde 1850, según la Organización Meteorológica Mundial, la preocupación pública en Estados Unidos y Canadá sobre el cambio climático cayó drásticamente en los últimos 18 meses.
¿Por qué? Por el implacable esfuerzo de desinformación de los intereses en los combustibles fósiles, los cristianos evangélicos conservadores y algunos medios, dijo Naomi Oreskes, profesora de estudios de historia y ciencia en la Universidad de California, en la sudoccidental ciudad estadounidense de San Diego.
Oreskes y Erik Conway, historiador de la ciencia en el Jet Propulsion Laboratory, documentaron esfuerzos de esos sectores para sembrar dudas sobre afirmaciones científicas también en torno a otros temas, como la lluvia ácida, el agujero de ozono, los efectos nocivos del humo del tabaco y los pesticidas DDT.
Todo esto será incluido en el próximo libro "Merchants of Doubt: How a Handful of Scientists Obscured the Truth on Issues from Tobacco Smoke to Global Warming" ("Mercaderes de la duda: cómo un puñado de científicos oscurecen la verdad sobre temas que van desde el humo del tabaco al recalentamiento planetario").
En 2004, Oreskes fue duramente criticada en televisión, radio y medios escritos por diversos comentaristas, luego de haber demostrado de que existía consenso científico sobre el recalentamiento planetario.
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En un ensayo publicado por la revista Science, Oreskes revisó todos los documentos científicos arbitrados de los 10 años anteriores y halló que ninguno disentía de la tesis que establece las causas humanas del cambio climático. Su estudio nunca fue refutado, pese a varios intentos.
IPS entrevistó a Oreskes vía telefónica.
IPS: ¿Dónde se origina la oposición a la idea de que necesitamos hacer algo sobre el cambio climático?
NAOMI ORESKES: Parte de ésta es ideológica, parte viene de una larga historia en Estados Unidos que asocia las regulaciones ambientales a una suerte de espiral que lleva al socialismo. Y parte tiene origen religioso. A los cristianos evangélicos no les gusta la ciencia en general, y han encontrado una causa común con la industria del carbón como vía para enseñar el creacionismo.
IPS: ¿Cuáles son algunas de las tácticas comunes usadas en el pasado y hoy?
NO: Estas personas generan informes y comunicados de prensa que parecen científicos y aseguran que existe un debate, aun cuando no proceden de la comunidad científica ni (sus afirmaciones) de una investigación básica. Todos niegan la gravedad del problema y señalan que la ciencia es incierta.
Por ejemplo, la industria del carbón lanzó una campaña para cuestionar a la ciencia antes de la Cumbre de la Tierra de 1992 en Río de Janeiro.
La comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos, consideraba una acción contra el recalentamiento planetario, y creó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
La industria del cobre entonces contrató a firmas de relaciones públicas para que hicieran investigaciones sobre cómo cambiar la opinión pública en torno al tema. Fueron muy sistemáticos.
IPS: ¿Qué papel han jugado los medios en la caída de la preocupación pública sobre el cambio climático?
NO: El escándalo mediático sobre los mensajes de correo electrónico (robados de la británica Universidad de East Anglia y usados para acusar a científicos de adulterar datos) casi me enferma. ¿Por qué los medios confían en información dada por personas que usan material robado?
Los medios tienen mucho qué responder. Le han causado un gran perjuicio al público.
Lo que se aprendió de todo esto es que los científicos son humanos, y que cuando se los somete a presión se molestan, se frustran, se ponen a la defensiva y a veces hacen juicios errados. Nada esto socava 50 años de ciencia climática.
IPS: Varias encuestas de opinión muestran que la mitad de los estadounidenses piensan que la tesis del cambio climático es exagerada y muchos no creen que los humanos seamos responsables.
NO: La opinión pública es inconstante, y espero que esto cambie. De todas formas, los científicos necesitan unificar sus acciones de comunicación. Han dependido de periodistas para explicar la ciencia climática. Deben hacerlo por sí mismos.
IPS: ¿Qué piensa de la revisión independiente que realizará este año el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés)?
NO: No creo que vaya a ser muy útil. La gente realmente no sabe qué es el IPCC o cómo funciona. No saben que la revisión es un proceso extremadamente inclusivo. Los resúmenes del IPCC tienen estimaciones muy conservadoras y son aprobados por gobiernos como el de Arabia Saudita. El IPCC ha hecho un trabajo muy pobre en comunicaciones, y el vacío ha sido aprovechado por los que se encargan de desinformar.
IPS: ¿Cuáles son las probabilidades de un tratado mundial sobre cambio climático?
NO: Muy pocas. La historia nos muestra que los cambios se producen desde abajo, tanto en el ámbito del Estado como de la ciudad. No hay nada que esperar. Allí deposito mis esperanzas, lo contrario es deprimente.