ENERGÍA-EEUU: Vuelven los reactores nucleares

Por primera vez desde la década de 1970, el gobierno de Estados Unidos financiará la construcción de dos centrales de energía nuclear, pese a las críticas ecologistas sobre la inseguridad de este tipo de instalaciones.

En un discurso pronunciado el martes en un centro de capacitación laboral al noreste de Washington, el presidente Barack Obama anunció que el gobierno saldrá de garantía a la empresa constructora Southern Company para obtener un préstamo de 8.300 millones de dólares que permita construir dos reactores nucleares en el estado sudoriental de Georgia.

La garantía implica que Washington asumirá un porcentaje considerable del costo de los reactores, estimado en 8.800 millones de dólares, y lo absorberá todo si la firma entra en bancarrota.

Esta inversión en energía nuclear no es inesperada y tiene dos metas principales, además de la omnipresente creación de empleos.

Obama espera que el nuevo impulso a la industria abra paso a una época de energía más limpia y tienda puentes entre quienes – incluso el presidente – quieren que el Congreso legislativo apruebe leyes sobre el cambio climático y aquellos que se oponen, en su mayoría del opositor Partido Republicano.
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Aunque no se han construido plantas nucleares en 30 años en Estados Unidos, "la energía nuclear sigue siendo nuestra mayor fuente de combustible que no produce emisiones de carbono. Para satisfacer nuestra necesidad creciente de energía e impedir las peores consecuencias del cambio climático, deberemos aumentar nuestro abastecimiento de energía nuclear. Es así de sencillo", declaró Obama el martes.

El mandatario aseguró que una de las plantas nuevas liberaría por año 16 millones de toneladas menos de dióxido de carbono –el principal gas de efecto invernadero— en comparación con una generadora eléctrica similar a carbón. "Eso equivale a quitar 3,5 millones de automóviles de las calles", dijo.

Sin embargo, Obama reconoció que los beneficios ambientales de la energía nuclear no son tan evidentes.

"También habrá quienes discrepen enérgicamente con este anuncio. Lo mismo ha ocurrido en otras áreas de nuestro debate energético, desde la prospección marina hasta ponerle precio a la contaminación de carbono", dijo.

"Pero quiero enfatizar esto: aún cuando tengamos diferencias, no podemos permitir" que "nos impidan avanzar. En un tema que afecta a nuestra economía, nuestra seguridad y el futuro del planeta, no podemos seguir atascados en los mismos debates trasnochados entre la izquierda y la derecha, entre los ambientalistas y los empresarios", sostuvo.

El anuncio no debería sorprender, luego de varias propuestas relacionadas con la energía nuclear que Obama hiciera en las últimas semanas.

El presidente manifestó la intención de apoyar "una nueva generación de plantas de energía nuclear seguras y limpias" en su discurso sobre el estado de la unión ante el Congreso en enero. La semana siguiente, su gobierno presentó un presupuesto que triplicaría los préstamos a las empresas eléctricas con planes de construir plantas nucleares.

Eso llevaría el monto disponible para la industria a 54.000 millones de dólares, frente a los 18.500 millones que el Congreso autorizó para las garantías de créditos por la ley de política energética de 2005. Los 8.800 millones de dólares anunciados para los reactores de Georgia el martes forman parte de esa asignación legislativa.

En la amarga contienda que se libra en el Congreso por la legislación climática, la energía nuclear es uno de los pocos temas que parecería contar con el apoyo republicano.

El senador Lindsey Graham, un republicano que junto con legisladores demócratas está redactando un proyecto sobre cambio climático apoyado por los dos partidos, dijo que para que la iniciativa legislativa prospere deberá incluir la energía nuclear.

Incluso la derechista candidata a la vicepresidencia en las elecciones pasadas, Sarah Palin, habló a favor de la política nuclear de Obama.

"Quedé agradecida de que el presidente al menos mencionara la energía nuclear en (el discurso sobre) el estado de la unión. Pero, una vez más, necesitamos más que palabras, necesitamos un plan que convierta esa meta en realidad, para allanar el camino a proyectos que creen empleos", dijo a sus seguidores el 6 de febrero.

El anuncio del martes abre el paso a una realidad nuclear que Palin y otros conservadores quieren, y Obama espera que también habilite un acuerdo legislativo entre ambos partidos sobre medidas para abatir el cambio climático.

"Mi gobierno trabajará para generar áreas de acuerdo para que podamos aprobar en el Senado un proyecto de ley de energía y clima bipartidista", dijo Obama.

Pero "no vamos a dar un fuerte impulso a la capacidad nuclear a menos que también creemos un sistema de incentivos que hagan rentable la energía limpia", agregó para quienes se oponen a una ley que limite las emisiones de gases invernadero pero que están a favor de las plantas nucleares.

Estados Unidos cuenta actualmente con 104 reactores nucleares, que en conjunto suministran 20 por ciento de la electricidad del país. Las dos generadoras anunciadas el martes producirían 2,2 gigavatios de electricidad cuando se inauguren, en 2016 o 2017.

Sin embargo, varios estudios internacionales ponen en duda la factibilidad de que renazca la generación nuclear a gran escala, debido a los enormes riesgos técnicos y financieros que la hacen prohibitiva para los inversores privados.

El estudio del Citibank "New Nuclear – The Economics Say No" (Nuevas centrales nucleares: la economía dice no) concluyó en noviembre del año pasado que algunos de "los riesgos que enfrentan los constructores… son tan grandes y variables que cada uno de ellos podría por sí mismo derrumbar financieramente a la mayor empresa de servicios públicos".

El Citibank enumeró cinco grandes riesgos que los constructores y operadores deben enfrentar, relacionados con la planificación, la construcción, el precio de la electricidad, el funcionamiento y el cierre de las plantas.

Hasta ahora, los gobiernos de países industrializados sólo han tratado de "limitar el riesgo de planificación" para los inversores, pero los peligros más importantes son la construcción, el precio de la energía y el funcionamiento, afirmó el grupo financiero.

El Citibank basó sus conclusiones en costos estimados de construcción y funcionamiento y en la necesidad de fijar tarifas de electricidad demasiado altas para los consumidores.

La producción de energía nuclear de Estados Unidos está rezagada frente a la de otros países. Francia, por ejemplo, tiene 59 plantas, que proporcionan casi 80 por ciento de su electricidad. Los 53 reactores de Japón abastecen 35 por ciento de la demanda eléctrica de esa nación asiática.

Estos países "han invertido mucho en la industria. Entre tanto, hay 56 reactores nucleares en construcción en todo el mundo: 21 en China, seis en Corea del Sur y cinco en India", agregó Obama.

El mandatario describió paralelismos entre el rezago de Estados Unidos en su energía nuclear y su atraso en fuentes renovables.

"Ya sea energía nuclear, o solar o eólica, si no invertimos en las tecnologías del mañana, entonces vamos a importar esas tecnologías en lugar de exportarlas. Nos quedaremos atrás", advirtió.

La última vez que se construyó una planta nuclear en este país fue a principios de la década de 1970. Los planes aprobados después de 1973 se cancelaron y muchas plantas quedaron inconclusas cuando en 1979 se produjera el peor accidente atómico de Estados Unidos, cuando se recalentó el reactor de la planta de Three Mile Island, en el estado nororiental de Pennsylvania, y liberó gases radiactivos al aire.

El martes, el secretario (ministro) de Energía, Steven Chu, explicó que la tecnología nuclear avanzó mucho desde entonces, y que los reactores nuevos son más seguros. "Si se pierde el control, no se recalientan", aseguró.

Las autoridades aún deben aprobar los planes propuestos para proceder con la construcción de las plantas en Georgia.

La noticia no cayó bien entre los ambientalistas.

"Debemos priorizar la forma más limpia, barata, segura y rápida de reducir las emisiones, y la energía nuclear no es limpia, barata, rápida ni segura", sostuvo Carl Pope, director ejecutivo de Sierra Club, la mayor y más antigua organización ecologista de este país.

Pope criticó especialmente la posibilidad de que los contribuyentes asuman el préstamo por miles de millones de dólares, "sobre todo cuando la autónoma Oficina Presupuestaria del Congreso estima el riesgo de bancarrota en más de 50 por ciento".

El secretario Chu discrepó de la cifra de 50 por ciento.

El mayor problema ambiental que implica la energía nuclear es el almacenamiento de los residuos producidos por los reactores. El gobierno de Obama cesó los planes de enterrar esos residuos en la montaña Yucca, del estado de Nevada. El mes pasado creó una comisión para buscar posibles soluciones.

Obama reconoce los obstáculos.

"Nada de esto quiere decir que no existen serias deficiencias con respecto a la energía nuclear que deben resolverse", dijo. "Genera residuos, y debemos acelerar nuestros esfuerzos para hallar formas de almacenarlos y descartarlos de manera segura", concluyó.

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