Un nuevo libro de texto incluido en colegios de Rumania este año, con entrevistas a activistas locales e internacionales, educa a los jóvenes sobre cómo involucrarse en la defensa de los derechos humanos.
El líder espiritual tibetano Dalai Lama, el arzobispo sudafricano Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz, la abogada mexicana Digna Ochoa, el dramaturgo checo Vaclav Havel son algunas de las personas entrevistadas en el libro "Speak Truth to Power" ("Dile la verdad al poder"), de Kerry Kennedy, activista e hija del ex senador y fiscal general estadounidense Robert F. Kennedy.
Muchas de esas entrevistas están incluidas en la versión rumana de un texto educativo sobre derechos humanos que está siendo preparado para su uso en escuelas secundarias en este país.
Junto a entrevistas con prominentes defensores de los derechos humanos, el texto rumano contiene discusiones con activistas locales que trabajan en temas como violencia doméstica y derechos de los gitanos.
En un comienzo, el libro fue introducido como proyecto piloto en colegios seleccionados de la capital y de algunas de las principales ciudades.
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Los contenidos fueron discutidos en una sesión especial organizada por un grupo de 20 maestros el 4 de este mes en Bucarest, donde también se analizó cómo utilizar el texto en clase.
"Este es un proyecto piloto. Veremos paso a paso cómo continuar y estamos totalmente abiertos a sugerencias de los maestros sobre las herramientas educativas, las historias y la introducción del libro", explicó Federico Moro, secretario general de la Fundación Robert F. Kennedy en Europa, organización responsable de promover el libro en el continente.
"El libro no sólo será enseñado por maestros a estudiantes", dijo Moro a IPS. "Tiene el objetivo de ser una herramienta para la acción. Le damos a los estudiantes ideas y recursos para que se involucren en el movimiento de defensa de los derechos humanos".
"Proveemos vías para entrar en contacto con defensores locales e internacionales de los derechos humanos, con héroes y personas comunes y corrientes que trabajan en el terreno", añadió.
"Las voces son, en su mayoría, un llamado a la acción, muy necesitado porque las violaciones a los derechos humanos por lo general ocurren en lugares alejados y oscuros", escribió Kennedy en la introducción de la versión en inglés del libro.
"Debemos llamar la atención internacional sobre las violaciones y ampliar la comunidad de aquellos que conocen y se preocupan por los individuos. Cuanto más voces se alcen en protesta, mayor es la probabilidad de cambio", añade.
El libro no elude denunciar violaciones a los derechos humanos en Estados Unidos.
Van Jones, del Centro Ella Baker para los Derechos Humanos, consigna abusos en el sistema judicial estadounidense.
Fauziya Kassindja, quien pidió asilo en Washington para escapar de la mutilación en Togo, denuncia haber sido víctima de abusos de los servicios de inmigración.
Por su parte, el ex combatiente de la Guerra de Vietnam (1965-1975) Bobby Muller cuenta cómo se convirtió en activista contra el uso de minas antipersonal tras luchar por los derechos de los veteranos de guerra y ser menospreciado por las autoridades.
Muller también expresó malestar por la autocomplacencia de algunas respuestas internacionales a la crisis.
"Una de las cosas que realmente me molestó cuando recibimos el premio Nobel de la Paz (en 1997, la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersonal, co-fundada por Muller) fue el trato romántico dado por los medios para hacer que la gente se inspirara", señaló.
"Fue una mierda. Las personas pensaban que por la princesa Diana, por el hecho de que hubiera un tratado internacional, un premio Nobel de la Paz, todo estaba hecho, el trabajo había terminado. Debemos detenernos un segundo: no hemos universalizado este tratado", señaló.
"El libro de texto no es condescendiente", dijo Oana Popescu, directora de programas de la organización no gubernamental rumana Aspen Institute, asociada al programa educativo. "Ofrecemos material que cada maestro puede usar de la forma en que él o ella quieran y adaptarlo a los temas específicos del lugar", añadió.
"No es para nada normativo, pues no está estructurado en los grandes temas como democracia participativa o tolerancia", dijo Popescu a IPS. "Como es una colección de entrevistas, permite que el proceso educativo se realice de forma menos formal y de maneras más conectadas con la vida real".
"Una de las mayores críticas al sistema educativo rumano es que está demasiado alejado de la vida real", dijo Popescu. Como el plan de estudios rumano no incluye a los derechos humanos como tema independiente, el libro será usado como material adicional en clases de educación cívica, historia y filosofía.