En la única fábrica de conservas de Seychelles, miles de latas vacías se apiñan con estrépito en sus bandejas a la espera del atún que pocos días antes nadaba libremente en el océano Índico.
En un extremo de la fábrica Indian Ocean Tuna Limited, la segunda mayor del mundo, unas grúas descargan redes repletas de atún congelado procedente de buques pesqueros de arrastre, mientras en el otro, se llenan 5.000 latas de atún por minuto, equivalentes a 400 toneladas de pescado por día.
¿A este ritmo, podrá sostenerse la generosidad del océano Índico, donde habita más de 20 por ciento del atún del mundo?
Esa fue la pregunta que se hicieron cerca de 200 científicos, pescadores, ambientalistas y autoridades en la primera Conferencia del Atún de Seychelles, en Victoria, la capital más pequeña de África, situada 1.800 kilómetros al este de Somalia y prácticamente en medio del océano Índico.
"Los buques de hoy en día son mucho más eficientes, por eso las existencias de atún están disminuyendo y hay mucho menos que antes", comentó Alain Fonteneau, un científico del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo, con sede en Montpellier, Francia.
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La pregunta es si el atún del Índico será capturado en exceso, como en el resto del mundo, destacó Fonteneau, quien inauguró la conferencia el fin de semana.
El océano Índico tiene una Organización Regional de Pesca (ORP) de atún para impedir la sobrepesca y administrar de manera sostenible las existencias.
En cada ORP, representantes de los gobiernos de la región y de la industria pesquera toman decisiones acerca de cuánto atún se puede capturar, siguiendo el consejo de los asesores científicos. Al menos, así es como se supone que debería funcionar.
Los ambientalistas se quejan de que en la Comisión del Atún del Océano Índico y en las cuatro ORP de las otras cuatro regiones atuneras del mundo se ignora a la ciencia y prevalecen la codicia, la política y la mentalidad de corto plazo.
"Con todo lo que se ha invertido en estas ORP de todo el mundo para cuidar el atún, deberíamos tener bancos de pesca abundantes", dijo William Fox, vicepresidente y director ejecutivo de pesquería de la organización ambientalista World Wildlife Fund/Estados Unidos.
Sin embargo, no es así. Fox enumeró todos los tipos de atún que están en peligro.
El atún de aleta azul, adorado por los amantes del sushi, escasea tanto que se prevé que sea declarado una especie amenazada en la próxima conferencia de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas, en marzo.
Mientras, el atún de ojo grande, el atún de aleta amarilla y el albacora soportan pesca excesiva en la mayoría de las pesquerías, señaló Fox. Sólo el fecundo bonito, de rápido crecimiento, goza de buena salud y constituye la mayor parte del atún envasado.
"Los gobiernos están fracasando por el actual estado de las pesquerías La industria del atún debe asegurar su supervivencia tomando la iniciativa de la sustentabilidad", instó Fox.
Hace un año, ocho de los mayores compradores de atún y el World Wildlife Fund formaron una poderosa alianza llamada International Seafood Sustainability Foundation (ISSF o Fundación Internacional para la Sustentabilidad de los Productos del Mar).
Las empresas participantes se negaron a comprar el atún de ojo grande de las pesquerías del océano Pacífico oriental porque la ORP correspondiente había rechazado en forma reiterada las orientaciones de su grupo de asesores científicos, contó a los participantes Susan Jackson, presidenta de la Fundación.
La amenaza de boicot funcionó, y se pusieron en marcha planes de conservación en el Pacífico oriental. Ahora es el turno de la Comisión del Atún del Océano Índico, advirtió Jackson.
"Recordemos los medios de vida que se perdieron con la crisis del bacalao del norte y ahora la del atún de aleta azul. El océano Índico podría aprovechar la experiencia para no tener que aprender de la manera más dolorosa", dijo Jackson, ex vicepresidenta de la empresa Del Monte Foods.
"Los ojos del mundo están puestos en la Comisión del Atún del Océano Índico", dijo en directa referencia a la reunión de marzo, cuando se tomarán importantes decisiones sobre conservación.
La Comisión, que comprende a 28 países de distintas partes del mundo, es en gran medida inoperante, dijeron a IPS varios participantes de la conferencia de Seychelles.
"Irán, por ejemplo, nunca declaró la captura de un solo atún de aleta amarilla", dijo un participante. Para manejar adecuadamente las pesquerías, los miembros deben declarar cuánto pescado capturan y de qué especies.
"Estamos alentando a los países miembros a seguir las recomendaciones de su propio grupo científico", dijo Jackson a IPS, interrogada sobre si la amenaza de boicot del atún a la Comisión no equivalía a chantaje.
"Nuestro activismo organizado está respaldado por la ciencia, incluso por los mejores científicos del mundo, quienes dicen que esto es absolutamente necesario", añadió.
Joel Morgan, ministro de Ambiente, Recursos Naturales y Transporte de Seychelles, respaldó las acciones de la ISSF.
"El atún no es sólo un recurso importante para el océano Índico, sino también para el planeta en general", dijo Morgan a IPS al final de la conferencia.
* La cobertura de Stephen Leahy de la conferencia fue posible por fondos de la ISSF.