Rusia le ha ganado ventaja a Estados Unidos en el multimillonario mercado de armas de Yemen, cuyas compras están siendo financiadas principalmente por la vecina Arabia Saudita.
Las fuerzas armadas yemeníes, que actualmente llevan adelante un ambicioso programa de modernización por unos 4.000 millones de dólares, son provistas de armamento mayormente por Rusia, China, Ucrania, países de Europa del este y ex repúblicas soviéticas.
Tras el intento de atentado contra una aerolínea estadounidense el día de Navidad por parte de un estudiante nigeriano que habría sido entrenado por la red radical islámica Al Qaeda en Yemen, la administración de Barack Obama prometió duplicar su ayuda militar y contraterrorista a cerca de 150 millones de dólares para fortalecer al gobierno de su par yemení Ali Abdullah Saleh.
Actualmente, Yemen recibe asistencia bajo diversos programas estadounidenses, como Financiamiento Militar Exterior; Educación y Entrenamiento Militar Internacional; No Proliferación, Antiterrorismo y Eliminación de Minas Antipersonal; y Combate a Armas de Destrucción Masiva.
Pero la propuesta ayuda militar a Yemen, toda ella gratis, junto al suministro de armas que ya le provee Washington, no es nada en comparación con el apoyo que ese país de la península Arábiga recibe de otras fuentes.
[related_articles]
Según el Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (SIPRI, por sus siglas en inglés), uno de los más conocidos centros de estudio sobre desarme, Rusia respondió por casi 59 por ciento de todas las grandes entregas de armas a Yemen entre 2004 y 2008, seguida de Ucrania, con 25 por ciento, Italia, con 10 por ciento, Australia, con cinco, y Estados Unidos con menos de uno por ciento.
El director de Transferencia de Armas de SIPRI, Paul Holtom, dijo a IPS que, a comienzos de este año, los medios rusos informaron que Yemen había firmado un acuerdo para comprar armas a Moscú por 1.000 millones de dólares (algunos informes elevaban la cifra a 2.500 millones).
El armamento incluía aviones de combate MiG-29, helicópteros, tanques y vehículos blindados.
Holtom dijo que también fueron publicados informes sugiriendo que esas compras eran parte de un propuesto plan de modernización militar por un total de 4.000 millones de dólares.
No obstante, señaló que no tiene información actualizada sobre en qué etapa se encuentran esos acuerdos.
Dan Darling, analista de Mercados Militares de Europa y Medio Oriente en la compañía estadounidense Forecast International Inc., líder proveedora de información sobre mercados de armas, señaló a IPS que, en términos de suministro de armamento a Yemen, "casi todo gira en torno a Rusia".
La principal fortaleza de la Fuerza Aérea Yemení es de legado ruso, incluyendo los MiG-21, los MiG-29 y los Su-22, señaló.
Entre 2001 y 2008, Yemen recibió 1.400 millones de dólares en armas, según el Servicio de Investigación del Congreso legislativo de Estados Unidos, 600 millones de los cuales eran de Rusia.
China proveyó 200 millones de dólares, mientras que otros 400 millones provenían de ex repúblicas soviéticas y naciones europeas (principalmente Ucrania, pero también Belarús, República Checa, Polonia, Italia y otras).
Yemen ha visto desaparecer sus recursos naturales, sus reservas de petróleo son insignificantes, y es considerado uno de los países más pobres del planeta. El Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos describió a Yemen como un país "desesperadamente pobre" pero "vital socio contra el terrorismo".
El periódico The New York Times informó el martes que Arabia Saudita había provisto unos 2.000 millones de dólares en ayuda a Yemen el año pasado, "monto que hace enanos los 150 millones de dólares para asistencia en seguridad que (el gobierno de) Estados Unidos pedirá que apruebe el Congreso para el año fiscal 2010".
Con la nueva amenaza terrorista de insurgentes en Yemen, Estados Unidos se prepara para un nuevo frente de guerra contra Al Qaeda, además de Afganistán, Iraq y Somalia.
"Creo que Washington entiende cuán crucial es Yemen para la seguridad y la estabilidad regionales", dijo a IPS Darling, de Forecast International Inc.
El experto señaló que su proximidad con Arabia Saudita (desde donde se cree muchos miembros de Al Qaeda han ingresado a territorio yemení) y su ubicación estratégica para combatir la piratería en la entrada del Mar Rojo hacen que ignorar a Yemen sea un riesgo que Washington no puede permitirse.
La última serie de combates con rebeldes en el norte, la presión contra el presidente Saleh y la sospecha de que Al Qaeda tendría una suerte de refugio en Yemen harán que ese país atraiga cada vez más atención de Estados Unidos, añadió.
"El Departamento de Estado se da cuenta del inminente potencial de un desastre en Yemen, donde la combinación de la lucha civil, la explosiva población, las pocas reservas petroleras, la débil estructura económica, las altas tasas de pobreza y desempleo, y los deteriorados suministros de agua, todo amenaza con convertir a ese país en un proverbial estado fracasado", sostuvo Darling.
"Cómo intentan combatir esta posibilidad, va más allá de mi ámbito pero imagino que se verán varios grados de asistencia al desarrollo y se supervisará la forma en que se usa el dinero", añadió.