El futuro de Sudán parece sombrío cinco años después de la firma de un tratado de paz entre el norte y el sur de este país, el mayor de África. «Sólo un milagro podría salvarlo de la desintegración. Las señales ya están en el horizonte», dice Khamis Lako, comerciante de esta ciudad austral.
El voto popular podría decidir la independencia de Sudán del Sur en enero de 2011, cuando se realice el referéndum estipulado por el Completo Acuerdo de Paz, firmado el 9 de enero de 2005 pero cuya conmemoración se celebró este martes en Yambio, la capital del estado de Ecuatoria Occidental, próximo a la frontera con República Democrática del Congo y República Centroafricana.
La situación actual es muy distinta a la euforia y el optimismo que generó en 2005 el paco de paz, que, al menos desde el punto de vista del norte donde se encuentra Jartum, la capital del régimen autoritario de Omar Al Bashir ofreció la última oportunidad de evitar la desintegración de Sudán a la manera de las antiguas repúblicas yugoslavas.
El convenio, logrado con la mediación de varias potencias, pretendía acabar con el conflicto de 21 años entre el norte de población árabe musulmana y el sur de población negra cristiana. Según organizaciones de derechos humanos, la guerra (1983-2005) causó la muerte de más de dos millones de personas en este país de 42 millones de habitantes ubicado en África nororiental.
Incluso para escépticos como Lako, el acuerdo produjo algunos resultados concretos. "Las armas están en silencio. La gente se desplaza en libertad ahora, haciendo sus cosas sin intimidación ni acoso", dijo desde Juba, la capital de Sudán del Sur.
El sur tiene su propio gobierno, bandera y ejército el otrora rebelde Ejército de Liberación del Pueblo Sudanés (SPLA, por sus siglas en inglés). Casi todas las tropas del norte fueron retiradas del territorio. La región semiautónoma mantiene una serie de oficinas de enlace embajadas de hecho, salvo en el nombre en la mayoría de las principales capitales del mundo.
En la actualidad, el norte y el sur sólo comparten la nacionalidad y la moneda, nada más.
DESAFIO FUTURO
A pesar de los avances logrados, los obstáculos siguen siendo enormes. Los socios de la paz, el Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán (SPLM) y el gobernante Partido del Congreso Nacional (PCN) en el norte, aún no han definido la frontera que divide al norte y el sur desde la independencia en 1956.
En juego está el petróleo de Sudán, que se extiende a lo largo de la frontera norte-sur, aunque en su mayor parte se encuentra en el lado austral.
Este mes, Ghazi Salaheddin, dirigente del PCN y asesor del presidente Al Bashir, advirtió que el referéndum sobre la independencia de Sudán del Sur, que está previsto para enero de 2011, desatará otra guerra si no se resuelven temas claves como la frontera norte-sur, la nacionalidad y la responsabilidad por la deuda externa de más de 30.000 millones de dólares.
Recientemente, el gobernante PCN advirtió que los aproximadamente cinco millones de sureños que viven en el norte perderían automáticamente la ciudadanía si el sur opta por la independencia en 2011. Lo mismo se aplicaría a los norteños que viven en el sur.
PETRÓLEO
Las discrepancias también continúan por los ingresos del petróleo que el sur comparte en partes iguales con el norte. El sur se queja de falta de transparencia en el reparto de las ganancias, pero el norte rechaza esa acusación.
El norte teme que la independencia del sur lo prive de los ingresos petroleros. "La secesión dejará al norte en una situación difícil. El petróleo representa 90 por ciento de las exportaciones del norte", dijo John Luk Jok, ministro de energía de Sudán del Sur, en la conferencia Sudán del Sur: La preparación para 2011 y después, celebrada a principios de diciembre en Juba.
El norte considera el petróleo un producto estratégico. "El norte quiere que sus intereses estén protegidos en un futuro Sudán del Sur independiente, de otra manera lo sabotearán", sostuvo Elijah Malok, presidente del Banco de Sudán del Sur, en la conferencia.
Los amigos extranjeros de Sudán exhortan tanto al SPLM como al PCN para que comiencen a discutir los arreglos posteriores al 2011.
"Debemos tener un proceso que nos permita trabajar con las partes y a estas trabajar entre sí para alcanzar soluciones sobre la ciudadanía, la delimitación de la frontera norte-sur, la distribución de los recursos y eso incluye al petróleo los derechos de pastoreo, y las aguas del Nilo", dijo Scott Gration, enviado especial de Estados Unidos a Sudán, en una conferencia de prensa celebrada el 11 de este mes en Washington.
"Hay tantos temas por decidir que no podemos esperar hasta que el referéndum se realice, hasta que la gente exprese su voluntad. Entonces será demasiado tarde. Esto debe hacerse ya, y estamos alentando el inicio del proceso, en constante comunicación con las partes para ayudarlas a idear una metodología para comenzar las negociaciones", agregó.
LA VIOLENCIA CONTINÚA
Un problema que podría frustrar el frágil tratado de paz es la creciente conflictividad étnica en el sur. Desde 2008, al menos 2.500 personas murieron y 350.000 fueron desplazadas de sus hogares por los enfrentamientos entre grupos étnicos y el robo de ganado, según un informe de enero de 2010 realizado por organizaciones de ayuda, entre ellas la británica Oxfam.
Antes de que comenzara la guerra en 1983, los cuatreros utilizaban armas arcaicas como lanzas, arcos y flechas. Pero ahora cargan con armas automáticas, especialmente con fusiles de asalto AK-47.
Las fuerzas de seguridad de Sudán del Sur confiscaron recientemente armas nuevas.
El origen de las armas es un secreto a voces, aunque el norte niega que sea quien las proporciona. El secretario general del SPLM, Pagan Amum, cree que "los enemigos de la paz" suministran las armas para interferir con el referéndum.
"El referéndum debe realizarse el 9 de enero de 2011, como está estipulado en el acuerdo de paz", dijo a la prensa en Juba.
