Tras el atentado fallido contra una aerolínea, expertos legales y defensores de los derechos humanos en Estados Unidos se resisten a los pedidos de algunos congresistas para que se detenga la liberación de yemeníes recluidos en Guantánamo.
El terrorista, un nigeriano de 23 años, quien llevaba un explosivo en su ropa interior, fue reducido por los propios pasajeros y la tripulación del vuelo 253 de la compañía Northwest Airlines, que se dirigía de Amsterdam a la nororiental ciudad estadounidense de Detroit. El sospechoso ahora se encuentra bajo custodia oficial.
Las autoridades creen que la bomba fue fabricada en Yemen, donde un ala de la red radical islámica Al Qaeda se adjudicó responsabilidad por el intento de atentado.
El incidente motivó llamados de diversos políticos a no cerrar la prisión en la base militar de Guantánamo, Cuba, como prometió el presidente Barack Obama, por considerar que sería peligroso y prematuro. Algunos incluso sugirieron específicamente que se detuviera la liberación de prisioneros yemeníes, como anunció el gobierno.
Pero defensores de los derechos humanos instan a Obama a que no demore más el cierre de la cárcel y que permita la liberación de los presos, quienes fueron exonerados de culpa luego de que sus casos fueran revisados por un grupo gubernamental de alto nivel.
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"El problema principal con Guantánamo ha sido la detención prolongada de individuos por parte del gobierno de Estados Unidos sin acusación" formal, señaló a IPS Jonathan Hafetz, de la Unión por las Libertades Civiles Estadounidenses.
"Si el gobierno tiene evidencia, debe presentarla en un tribunal, donde se puede hacer justicia", afirmó.
"La administración anterior detuvo a personas más o menos arbitrariamente y las liberó de la misma manera, todo sin una revisión judicial, incluso a dos ex detenidos que inicialmente fueron vinculados al reciente intento de atentado con bomba", añadió.
Con Hafetz coincidió el Centro para los Derechos Constitucionales, grupo legal que moviliza a decenas de abogados para defender a los detenidos en Guantánamo.
"Sabemos por los propios registros de los militares que la mayoría de los detenidos en Guantánamo no tienen vínculos con el terrorismo. Fuentes militares y de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) han repetidamente dicho a periodistas que la mayoría de los detenidos no tienen nada que ver con el terrorismo", señaló el Centro en un comunicado.
"Vale la pena recordar que los dos ex detenidos supuestamente vinculados con Al Qaeda en Yemen fueron liberados de Guantánamo por la administración de (George W.) Bush (2001-2009), no por una orden judicial o después de algún cauto y formal proceso de evaluación que ahora está haciendo el equipo especial, sino basándose simplemente en cálculos políticos", añadió.
"Detener la repatriación de los hombres yemeníes exonerados por el equipo especial tras meses de una revisión cuidadosa es una inconciencia", sentenció.
Expertos legales contactados por IPS también criticaron los llamados de detener la liberación de los yemeníes.
"Nunca podemos saber con absoluta certeza que una persona liberada de Guantánamo no se unirá a un movimiento yihadista (radical islámico) y procurará dañar a estadounidenses. En lo que nos debemos concentrar es en si tenemos base legal para detener a alguien", dijo David Frakt, profesor de la Escuela de Leyes de la Western State University y ex defensor de un detenido de Guantánamo.
"Si cometieron un crimen, deben ser juzgados. Si estuvieron involucrados en hostilidades contra Estados Unidos, deben estar detenidos bajo las leyes de guerra. Si no hay evidencia suficiente para detener a alguien, debe ser liberado", añadió.
"Los que se oponen al cierre de Guantánamo aprovecharán cualquier motivo para demorar la liberación de los detenidos y pondrán todos los obstáculos en el camino del presidente Obama", sostuvo.
Por su parte, Brian J. Foley, profesor asociado de la Escuela de Leyes de la Universidad de Boston, señaló: "Esto es o una falsa preocupación usada tendenciosamente por funcionarios estadounidenses para mantener viva su política injustificada e inhumana o una reacción exagerada basada en sus temores y cobardía".
"Si el gobierno no puede probar que esos individuos en Guantánamo son peligrosos o cómplices de terrorismo, entonces cómo los funcionarios pueden creer que un intento de atentado cerca de Detroit convirtió a todas estas personas en terroristas", añadió.
Legisladores del opositor Partido Republicano rápidamente utilizaron el intento de atentado para presentar al gobierno de Obama como "suave con el terrorismo".
El congresista Pete Hoekstra, quien pretende convertirse en gobernador del nororiental estado de Michigan e integra el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, divulgó una carta criticando a los que llamó "liberales de rodilla débil".
Al hablar con la cadena Fox News, Hoekstra sostuvo que la lenta reacción de Obama al incidente demostraba que el terrorismo no ocupaba un lugar importante en su agenda.
Con él coincidió el congresista Peter King, del nororiental estado de Nueva York, en diversas declaraciones a la televisión.
"Me decepciona que el presidente haya tomado 72 horas para si quiera referirse al tema. Prácticamente nadie, ni el presidente, ni el vicepresidente, ni el fiscal general, nadie salió a hablar, excepto la secretaria" de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, lamentó.
"Y ella dijo ayer que todo funcionaba bien. Lo que espero es que el presidente canalice esto a través de los dos partidos, reconozca que se cometieron errores y prometa que se hará todo lo posible para que no ocurra de nuevo", agregó.
Pero las críticas no son sólo republicanas. La senadora Dianne Feinstein, del gobernante Partido Demócrata, dijo no estar de acuerdo en que más detenidos en Guantánamo sean repatriados a Yemen.
"Los detenidos en Guantánamo no deben ser liberados a Yemen en este momento, que es demasiado inestable", señaló la legisladora, integrante del Comité de Inteligencia en la cámara alta.
La advertencia de Feinstein se produjo apenas nueve días después de que el Departamento de Justicia anunció la liberación y repatriación de 12 detenidos de Guantánamo, seis de ellos a Yemen.
La administración de Obama anunció que continuará liberando a presos de Guantánamo, incluso yemeníes, que constituyen una mayoría en esa cárcel.