EEUU-PALESTINA: Cambios cosméticos

Un año después del fin de la guerra en Gaza, la situación humanitaria y de seguridad en la franja sigue siendo desesperante.

Entre el 27 de diciembre de 2008 y el 18 de enero de 2009, Israel llevó a cabo contra Gaza una operación militar a la que llamó Plomo Fundido.

Esta semana se cumplió un año de la retirada de los últimos tanques israelíes de ese enclave costero palestino, dejando una población y un paisaje devastados.

Pese al tiempo transcurrido, la situación allí no mejoró, mientras el gobierno estadounidense de Barack Obama continúa pasando por alto la crisis en la franja. Algunos expertos sostienen que este enfoque supone una continuación de la política del gobierno anterior, de George W. Bush (2001-2009).

Esta política también hizo poco por aliviar lo que algunas organizaciones de derechos humanos advierten es una creciente crisis humanitaria, que está sumiendo a Gaza en una mayor pobreza e inseguridad.
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Obama asumió la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero, dos días después del cese del fuego en Gaza y, ya desde el principio de su gestión, dio relevancia al proceso de paz en Medio Oriente en su política exterior. Sin embargo, esa retórica no logró materializarse en un avance en las negociaciones o en alivio para la población de la franja.

Estados Unidos se mantiene firme en su negativa a comprometerse con el palestino Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que gobierna ese territorio palestino y al que el Departamento de Estado (cancillería) designa como organización terrorista.

Esta política comenzó a tener un efecto dramático sobre los gazatíes en 2007, bajo el gobierno de Bush, cuando Hamás tomó el control del territorio.

"Estados Unidos tomó la decisión de marginar a Hamás luego de las elecciones (palestinas) de 2006, que (inicialmente había apoyado) junto con Israel, marginando, por defecto, a Gaza", dijo Paul Woodward, editor y creador del prestigioso blog warincontext.org.

"El gobierno de Obama se ha comprometido en cambios mucho más cosméticos que estratégicos", declaró a IPS.

Algunos de esos cambios cosméticos incluyeron una retórica que llegó a las comunidades árabe y musulmana, en un esfuerzo por fortalecer los lazos que se habían debilitado durante el gobierno anterior.

"Estados Unidos no dará la espalda a la legítima aspiración palestina de dignidad, oportunidad y un estado propio", dijo Obama durante un histórico discurso en El Cairo.

Pese a esos compromisos, Gaza, que desde 2007 ha estado sometida a un intenso bloqueo por parte de sus vecinos Israel y Egipto, continúa languideciendo sin poder acceder a la necesaria ayuda humanitaria, así como a materiales para la reconstrucción y a oportunidades comerciales que le permitirían recuperarse del devastador conflicto.

Al profundizarse la crisis, la complicidad de Estados Unidos en el sitio se vuelve más evidente a ojos del mundo árabe.

"La idea de que Estados Unidos es impotente es algo que no cree ningún palestino de Gaza que hayamos conocido", dijo la semana pasada Amjad Atallah, en la estadounidense Brookings Institution. Atallah es codirector de la Fuerza de Tareas para Medio Oriente en la New America Foundation.

Se estima que la guerra del año pasado en Gaza dejó entre 1.387 y 1.417 muertos palestinos, la mayoría civiles, mientras que del lado israelí hubo cuatro civiles muertos por los cohetes lanzados por Hamás contra el sur del Estado judío y nueve soldados caídos en combate en Gaza, cuatro de ellos por fuego amigo.

Según Human Rights Watch, el bloqueo obligó a 80 por ciento de los 1,5 millones de habitantes de Gaza a depender de la asistencia humanitaria, y también del mercado negro que alimentan los contrabandistas.

Los túneles subterráneos utilizados para ese tráfico clandestino cruzan la frontera entre Gaza y Egipto, y constituyen el único vínculo de los gazatíes con el mundo exterior.

Sin embargo, incluso esta manera de evadir el bloqueo se ve amenazada. La cadena de radio y televisión británica BBC informó que Egipto ha comenzado a trabajar en una barrera subterránea, con ayuda del Cuerpo de Ingenieros del ejército estadounidense.

"No creo que jamás haya habido una instancia en la historia en que Estados Unidos jugara un rol tan complicado en el bloqueo físico de una población. No sorprende que no quiera llevarse los créditos por eso", dijo Yousef Munnayer, director ejecutivo del Centro Palestina, sobre la poco declarada participación del gobierno de Obama en esa medida.

Algunos analistas creen que con esa participación Estados Unidos busca presionar a Hamás para que se reconcilie con el más moderado partido Fatah, que gobierna en Cisjordania, a fin de reiniciar las estancadas conversaciones de paz.

"Lo que posibilita la nueva y dura posición de Egipto hacia Hamás son los actuales esfuerzos de El Cairo por reiniciar las negociaciones de paz", dijo Yossi Alpher, ex director del Centro Jaffee de Estudios Estratégicos de la Universidad de Tel Aviv, en su columna de The Jewish Daily Forward.

Hamás es presionado en todos los frentes, agregó.

Mientras el gobierno de Obama no cumplió sus compromisos de aliviar la crisis humanitaria en Gaza, el Congreso legislativo de su país parece haberla ignorado ampliamente. Desde enero de 2009 está estancada una resolución de la Cámara de Representantes que expresa su preocupación por la situación en la franja.

En contraste, la Cámara apoyó abrumadoramente en noviembre una resolución que condenó el informe presentado en septiembre por la Misión de Investigación de las Naciones Unidas para el Conflicto de Gaza, dirigida por el juez sudafricano Richard Goldstone, que concluyó que tanto Hamás como Israel cometieron crímenes de guerra durante el conflicto.

No obstante, "apuesto a que nadie (de mis colegas parlamentarios) leyó el Informe Goldstone, ni siquiera el resumen ejecutivo. Así que estamos listos para condenar un reporte que no hemos leído en absoluto", criticó el representante Keith Ellison, ante los participantes en la conferencia de la Brookings Institution.

Ellison es uno de los escasos funcionarios elegidos en Estados Unidos que han visitado la franja palestina, cuando más de 70 congresistas viajaron a la región. En febrero del año pasado, Ellison se reunió tanto con habitantes de Gaza como de la ciudad fronteriza israelí de Sderot.

La guerra y el sitio han sumido a Gaza en la pobreza, afectando de modo catastrófico al sector de la salud. Amnistía Internacional señaló que la escasez crónica de equipos y suministros médicos hacen que los profesionales de la salud no cuenten con suficientes recursos para tratar a sus pacientes.

Aunque el gobierno de Obama intente reiniciar el proceso de paz, algunos expertos sostienen que las negociaciones serán inútiles mientras no se aborde el bloqueo a Gaza.

"Ésa es la condición previa a todo", expresó Andrew Whitley, de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Oriente Medio (UNWRA).

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