Yemen, categorizado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como uno de los países menos adelantados del mundo, representará este año al Sur en desarrollo en las negociaciones de asuntos económicos y sociales que están en la agenda del foro mundial.
Entre las reuniones de este año se contarán las del 15 aniversario de dos grandes conferencias internacionales realizadas en marzo de 1995, la Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing) y la Cumbre Social Mundial sobre Desarrollo (Copenhague).
La ONU prevé revisar la aplicación de los planes de acción adoptados en las dos conferencias, una sobre el empoderamiento de género y la otra sobre los progresos sociales y económicos en los países en desarrollo.
En ambas reuniones, Yemen será el actor clave entre los países del Sur en desarrollo en cualquier medida de seguimiento que se adopte.
El G-77 también adoptará una postura colectiva sobre cuestiones clave en otras tres conferencias este año: la cumbre de líderes mundiales sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que se realizará en septiembre en la sede de la ONU, en Nueva York, la décima conferencia de la Convención sobre Biodiversidad, a realizarse en Japón en octubre, y las negociaciones sobre cambio climático, que se reanudarán en México en noviembre.
El embajador de Singapur ante la ONU, Vanu Gopala Menon, confía en que "Yemen hará un buen papel como presidente del G-77", dijo a IPS.
Abdulá Al-Saidí, el embajador yemení que encabezará las negociaciones del G-77, "es un hombre sabio, muy respetado, muy conocedor y experimentado, y es un constructor de consensos", destacó Menon.
"Todos estaremos contentos de trabajar con él para buscar soluciones constructivas a los muchos problemas y desafíos que tiene la ONU en su agenda", agregó.
Yemen ocupó titulares de la prensa internacional recientemente por los vínculos de la insurgencia yemenita con el estudiante nigeriano que intentó hacer estallar un avión estadounidense en pleno vuelo, el pasado diciembre.
El canciller Al-Qirbi destacó que su país asume la presidencia del G-77 en un momento en que el mundo atraviesa una situación financiera, económica y ambiental sumamente compleja.
"Pese a los enormes esfuerzos que los países en desarrollo han realizado desde 2000 para alcanzar los Objetivos de Desarrollo para el Milenio, sucesivas crisis han revertido en los últimos años los progresos realizados y les hacen más difícil alcanzar esas metas para 2015", resaltó.
Hoy en día, sostuvo, los países en desarrollo se enfrentan a las consecuencias de la crisis financiera mundial, sin haber superado el impacto de la problemática alimentaria de 2008, el consiguiente aumento de los precios, el hambre y la creciente pobreza.
Al-Qirbi señaló que las repercusiones de la crisis financiera y económica en los países en desarrollo han sido "catastróficas" debido al derrumbe del comercio, la caída de los precios de los productos básicos, la fuga de capitales, el creciente costo del crédito, la imposición de restricciones a la ayuda oficial para el desarrollo y la abrupta reducción de la inversión extranjera.
En muchos países en desarrollo, en particular en los 49 países menos adelantados, estos factores combinados han causado recortes en el gasto público y privado en servicios sociales como la salud, la educación y los programas de reducción de la pobreza, agregó.
El G-77 y China representan la mayoría de los países miembros de la ONU, dijo a los delegados el secretario general del foro mundial, Ban Ki-moon.
"Sus preocupaciones impulsan el trabajo de la ONU en muchos frentes, particularmente en materia de desarrollo, como forma de alcanzar paz y estabilidad duraderas y promover los derechos humanos", resaltó.
Ban subrayó que el G-77 tiene un "papel especial" en la campaña mundial para alcanzar los ODM, incluido el alivio de la pobreza y el hambre, a más tardar en 2015, y anunció que planea emitir un informe en marzo con su propia evaluación de las necesidades.
Asimismo, manifestó su esperanza en que el G-77 designe un "líder dinámico" para una nueva entidad de la ONU que se ocupará de asuntos de género, y pidió la cooperación del Sur para terminar las negociaciones sobre cambio climático antes de fin de año.
