Los diamantes no han estado entre las principales preocupaciones del Foro Social Mundial estos últimos 10 años. Pero en el marco de la recesión y de la aún tambaleante recuperación económica internacional, un nuevo destello en esa industria parece señalar el camino para un mundo más brillante.
Ocho de cada 10 diamantes vendidos en el mundo son cortados y pulidos en India, la mayoría en torno de las occidentales ciudades de Mumbai y Surat.
Solían ser pequeños diamantes, pero ahora también hay grandes, de un quilate o más. Los tres grandes mercados eran Estados Unidos, Europa y Japón.
La recesión golpeó duramente al negocio. La caída en las ventas provocó pérdida de empleos, e incluso una ola de suicidios de algunos trabajadores desesperados. Pero la industria se ha recuperado sustancialmente gracias a una mayor venta a los mercados de Asia y Medio Oriente.
Alrededor de 40 por ciento de las 1.250 empresas que habían cerrado regresaron al negocio, recuperando el empleo de unos 100.000 trabajadores calificados.
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Japón fue superado como segundo mercado por compradores del Sur.
Las ventas de diamantes son sólo el más brillante ejemplo de cómo la recuperación se puede lograr a través del comercio Sur-Sur. La salida a la crisis tiene cada vez menos que ver con la idea de un Sur sinónimo de pobreza que necesita venderle a un Norte rico. Estos conceptos están rápidamente pasando de moda.
La recuperación económica está siendo impulsada ahora por acuerdos entre países con relativo poder.
El Área de Libre Comercio de China y Asean (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), conocida por sus siglas en inglés CAFTA y que entró en vigor este año, es hoy la mayor zona de libre comercio del mundo.
El bloque está conformado por Brunei, China, Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur y Tailandia, mientras que los otros cuatro miembros de la Asean, Birmania, Camboya, Laos y Vietnam, se sumarán en 2015.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), conformado por Canadá, Estados Unidos y México, y la Unión Europea, son mayores en valor económico, pero el CAFTA recién comienza.
La región ahora abarca a 1.900 millones de personas, con un producto interno bruto combinado de seis billones de dólares. «El CAFTA es un importante vehículo para el crecimiento impulsado por el comercio y la recuperación en la Asean», dijo Ganeshan Wignaraja, economista principal de la Oficina de Integración Económica Regional en el Banco Asiático de Desarrollo.
«Esperamos una recuperación liderada por el comercio, para un crecimiento (regional) de 3,9 por ciento en 2009 a 6,4 por ciento en 2010», indicó.
Las diferencias de recuperación entre el mundo industrializado y las economías emergentes en el Sur en desarrollo son drásticas: la primera caída se produjo en los países ricos, donde el PIB disminuyó dos o tres por ciento en Estados Unidos y Francia el año pasado, y cinco y seis por ciento en Japón y Alemania.
China registró una caída de su PIB de seis a siete por ciento a fines de 2008. En el último trimestre del año pasado, tuvo un crecimiento de 10,7 por ciento. India prevé una expansión de siete por ciento este año, aunque esto irá acompañado de temores de inflación.
El CAFTA es sólo la señal más visible de los crecientes negocios entre China y otros países del Sur, y entre ellos mismos.
«El impacto de los actores del desarrollo en el Sur sigue aumentando a pesar de la crisis financiera mundial», dijo el mes pasado el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban ki-moon, cuando el foro mundial celebró el Día de la Cooperación Sur-Sur.
El intercambio de mercaderías Sur-Sur ha crecido desde 1995 a un promedio de 13 por ciento anual, alcanzando en 2007 los 2,4 billones de dólares, o 20 por ciento del comercio mundial, mientras que la tasa anual de crecimiento en el intercambio a nivel internacional fue de sólo nueve por ciento.
Se espera que la recesión y la caída del poder de compra en algunos países industrializados impulsen un aun mayor dinamismo del comercio Sur-Sur.
Las conversaciones sobre un gran acuerdo entre la compañía de telecomunicaciones india Bharti y la sudafricana MTN fracasaron el año pasado. Pero el comercio entre India, Brasil y Sudáfrica ha crecido en forma sostenida, impulsado por la iniciativa IBSA.
Y ahora hay movimientos para nuevas alianzas regionales. La iniciativa para un acuerdo comercial preferencial entre India, los cinco países de la Unión Aduanera de Asia Meridional (SACU – Botswana, Lesotho, Namibia, Sudáfrica y Swazilandia) y los cuatro miembros plenos del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) comenzó a ser discutida formalmente en reuniones técnicas en 2007.
«Esta iniciativa refleja la nueva realidad que estamos experimentando», dijo a IPS el canciller brasileño Celso Amorim.
La opinión mundial se ha dado cuenta de que las economías emergentes de rápido crecimiento del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) son probablemente más importantes para la recuperación de la actividad económica mundial «que muchas, no todas, pero muchas de las economías industrializadas», sostuvo.
También se están logrando muchos acuerdos con poca difusión. La Organización de la Conferencia Islámica creó el Foro de Intercambio Tecnológico, que facilitará la transferencia de tecnologías locales e internas en ingeniería, farmacéutica, medicina, agricultura, biotecnología, agroalimentos y energía.
Estas tecnologías serán compartidas entre los 57 estados miembros de la organización, todos pertenecientes al Sur.
*En esta serie de tres informes, corresponsales de IPS analizan el efecto de la recesión en el empleo, los esfuerzos para que los gobiernos sean más cercanos a la gente y las medidas adoptadas en países en desarrollo para reducir la dependencia del mundo industrializado.