La japonesa Mami Naito está dispuesta a aportar su pequeño grano de arena para frenar el cambio climático mediante paneles solares en el techo de su vivienda.
Naito, de 42 años, y su esposo pronto tendrán un dispositivo capaz de producir electricidad en su vivienda de Kawasaki, a las afueras de la capital japonesa, y no son los únicos interesados en reducir sus emisiones de gases contaminantes.
Antes, sólo los más pudientes se interesaban en esos aparatos, según uno de los gerentes de una cadena de comercios que vende dispositivos para viviendas residenciales. Pero ahora, cada vez más personas de entre 30 y 40 años se sienten atraídas por esos equipos.
"Es el mismo interés que tienen los jóvenes por los automóviles híbridos, a medida que se hacen más accesibles", apuntó.
Los japoneses instalan cada vez más dispositivos para poder utilizar la energía solar.
[related_articles]
La distribución de baterías solares para viviendas particulares se multiplicó a más del doble entre abril y septiembre, con una capacidad combinada de generación eléctrica de 205.833 kilovatios, respecto del mismo periodo del año anterior, según el Centro de Expansión Fotovoltaica de Japón.
La Federación de Organizaciones de Viviendas de Japón observó una tendencia similar en el mismo periodo: nuevos propietarios instalaron el doble o el triple de paneles solares en los techos de sus casas, en comparación con el año pasado.
Más de 75 por ciento de los compradores de casas también solicitaron paneles solares en los mismos meses, según Sekisui Chemical Company Limitada, gran proveedor residencial de esta nación insular.
En la central prefectura de Nagano, donde hay más horas de sol durante el día que en el resto de Japón, la gente se abalanzó sobre los subsidios del gobierno para comprar dispositivos que permiten aprovechar la energía solar, un programa reflotado hace poco.
El Centro de Actividades para Prevenir el Recalentamiento Global de esa prefectura suele recibir entre 100 y 200 solicitudes para acogerse a ese beneficio. Pero en los últimos meses, la cantidad aumentó a más de 300 y en diciembre a 500.
El volumen de solicitudes obligó al Centro a contratar más personas. Aun así "apenas damos a basto", señaló Takashi Sasaoka, a cargo de procesar los pedidos.
Una organización de Nagano es considerada responsable de la rápida difusión de la energía solar.
Ohisama (luz del sol) Energy Co. tiene sede en la ciudad de Iida, conocida por ser la que tiene más horas del sol al día en Japón, recauda fondos desde 2004 para promover dispositivos de energía solar.
La compañía ya instaló paneles solares en 162 lugares, desde jardines de infantes, edificios municipales, hospitales, viviendas residenciales y comercios. La capacidad de generación eléctrica combinada implica una reducción de 711 toneladas de emisiones de dióxido de carbono al año.
"A la gente siempre le ha interesado la energía solar, pero ahora tienen más incentivos económicos para instalar los equipos", indicó Hiroyuki Sunaga, presidente de Japan Roof Nagano.
Casi se triplicaron las ventas de paneles solares desde abril, comparado con el año pasado. "El mercado está en auge este año con una demanda explosiva", añadió.
El gobierno dispuso este año nuevas políticas para incentivar el uso de la energía solar.
En enero, las autoridades reanudaron el programa para subsidiar la compra de paneles solares, una política que le dio un fuerte impulso a esa alternativa hasta que fue suprimido en 2005, cuando unas 73.000 viviendas residenciales instalaron los dispositivos en sus casas.
Así, Japón se convirtió en el primer país en utilizar y expandir sistemas de energía solar.
El gobernante Partido Democrático de Japón es un férreo defensor de las energías renovables.
Poco después de asumir el cargo en octubre, el primer ministro Yukio Hatoyama se comprometió a recortar sus emisiones de gases contaminantes en 25 por ciento para 2020, respecto de los niveles de 1990. También declaró que la solar iba a ser la principal fuente de energía alternativa.
A partir de 2006, el interés disminuyó y el mercado de paneles solares se contrajo.
Japón, considerado el quinto emisor de gases de efecto invernadero, que aceleran el recalentamiento global, terminó siendo desplazado por Alemania en lo que a utilización de energía solar respecta.
Los seis gases mencionados en el Protocolo de Kyoto y que la mayoría de la comunidad científica considera responsables del recalentamiento global que intensifica el cambio climático son: dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, hexafluoruro de azufre, hidrofluorocarbonos, perfluorocarbonos.
El acuerdo firmado en esa ciudad japonesa en 1997 y en vigor desde 2005, obliga a los 37 países industriales que lo ratificaron a reducir sus emisiones para 2012 a volúmenes 5,2 por ciento inferiores a los de 1990.
Pero con la intensificación de las discusiones sobre cambio climático y las críticas de los escépticos respecto de los objetivos fijados por Hatoyama, el interés del gobierno por las fuentes de energía alternativas se renovó y se reflotó el programa de subsidios a principios de este año.
En el marco del programa que resurgió en enero, el Estado otorga el equivalente a 795 dólares por kilovatio por cada aparato con capacidad para generar hasta 10 kilovatios de electricidad diaria. Además, más de 400 gobiernos locales, alcaldías y pueblos tienen sus propios subsidios.
Un residente de Adachi-Ward, en Tokio, puede beneficiarse del subsidio del gobierno nacional y también de otro equivalente a unos 1.162 dólares de las autoridades capitalinas, que se propusieron tener 20.000 viviendas más con paneles solares en los próximos dos años.
La instalación de un sistema de energía solar de 3,5 kilovatios en una vivienda ya construida puede ascender a unos 23.255 dólares y para una nueva a unos 17.440 dólares.
Los precios deberían ser más accesibles en el futuro porque el gobierno creó en 2008 un plan que se propone reducir su costo a la mitad en los próximos tres a cinco años, promoviendo la investigación y el desarrollo de nuevos materiales y tecnología, entre otros rubros.
No sorprende entonces que haya familias sacando cuentas sobre la posibilidad de reducir la factura de electricidad de unos 185 dólares, al mes, a unos 135 dólares con la instalación de paneles solares.
Otra política del gobierno que contribuyó al auge de la energía solar en Japón es el requisito impuesto a las compañías de electricidad de comprar el excedente producido por los dispositivos solares instalados en las viviendas residenciales.
El costo asciende a unos 56 centavos de dólar el kilovatio, el doble del precio anterior. Esa política, implementada en noviembre, regirá durante los próximos 10 años.
Con los subsidios, la reducción de las facturas de electricidad y el aumento del precio por el excedente de energía producida, los consumidores podrán recuperar la inversión inicial en paneles solares entre 10 y 15 años, según la Agencia de Energía y Recursos.
Naito y su esposo creen que muchos de sus amigos seguirán su ejemplo y tratarán de reducir su huella de carbono.
"No sólo es una cuestión económica", señaló, y añadió que escuchó que las familias que comienzan a utilizar energía solar se vuelven más conscientes de la necesidad de ahorrar energía y ayudar a mitigar el recalentamiento global.
"Eso es lo que me gustaría que pasara en mi propia familia", añadió.
* Este artículo es parte de una serie producida por IPS (Inter Press Service) e IFEJ siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales) para la Alianza de Comunicadores para el Desarrollo Sostenible (http://www.complusalliance.org).